Inspectores de tránsito en los barrios
LECTOR DE SALVADOR DEL CARRIL
"Llamo para decir que nunca veo que se haga un operativo de tránsito en calle Salvador del Carril. Nunca, pero nunca, nunca. Hay infracciones del calibre que quieran, como por ejemplo en este momento, que son las 10.15 de la mañana y está un camión de gran porte tratando de pintar la doble raya amarilla, pero no puede hacer ese trabajo porque hay autos mal estacionados. Obviamente, los grandes ausentes son los inspectores de tránsito municipales. No se puede trabajar, tanto en Salvador de Carril como en General Paz, porque los coches están parados hasta en doble fila. Señor intendente: faltan inspectores de tránsito en los barrios, para que corrijan los malos hábitos de los ciudadanos. Los inspectores están amontonados como 'bosta de cojudo' en calle Tucumán, La Rioja o San Martín, pero en los barrios nunca se ve a ninguno. Nunca".
Incongruencias inexplicables
CARLOS MUES
"Hay incongruencias inexplicables de quienes intentan gobernarnos. Una de ellas: RTV y patente automotor. ¿Para qué? ¡Si las rutas y las calles están deterioradas e intransitables a tal extremo, que son las causales del deterioro de trenes delanteros, llantas, cubiertas, amortiguadores con el daño y gasto que ellos ocasionan! Otra: la gente mayor jubilada, castigada por serlo y sobrevivir se le van deteriorando los ingresos, dolencias, medicamentos etc., etc. ¿Por qué cada año debemos pagar cánones para renovar el carné de conducir? Es una erogación que debería reverse, dado que somos ciudadanos de segunda castigados por ser mayores. ¡Señor intendente y concejales: tengan piedad y piensen en sus mayores!"
¡Hay que hacer algo con las palomas!
UN LECTOR
"A colación de lo que está sucediendo en Rafaela, donde aparecieron casos de psitacosis, tengo dos preguntas o cuestiones. La primera: ¿La Municipalidad de Santa Fe no va a instrumentar ninguna política para disminuir la población de palomas que hay en la ciudad, que la han convertido en un estercolero? Uno no puede caminar por la ciudad o no puede sentarse en el banco de una plaza de la cantidad de palomas que existen. Este no es un problema estético, es un problema sanitario. Las ves en general, y las palomas en particular, trasmiten enfermedades. La segunda cuestión que me planteo con este tema es que me sigue pareciendo un terrible error lo que hizo el municipio con el palomar. Se tendría que haber eliminado ese foco infeccioso en el centro de la ciudad y resguardar la salud de los miles de chicos que van ahí y están en contacto con esas aves. Es peligroso señor intendente. Está demostrado: las palomas transmiten enfermedades. Y acá se junta el problema estético con el sanitario. Los genios que dirigen la ciudad tendrían que buscarle la vuelta y plantear por lo menos una política de mínima para controlar el exceso de población de palomas. Si no, que vaya el intendente y se pare en el ex Hotel Ritz. Quédese quietito un rato a ver cómo le va. Esa vereda está llena de caca de palomas".
Sobre la muerte de Carlos Monzón
ORLANDO AGUSTIN GAUNA
El pasado 8 de enero desde el paraje Los Cerrillos, donde perdieran la vida el campeón de boxeo Carlos Monzón y Gerónimo Mottura, confirmé el testimonio prestado para el libro "Leyla y Carlos. Carta a un hombre libre antes de decirle adiós", de Sergio Ferrer, periodista de El Litoral. A la supuesta hora en la que se produjo el trágico episodio de 1995, con el ex policía Ricardo Límido y otros colaboradores, bajo un sol abrazador, comentamos ante las cámaras aquellas anécdotas que cada uno de nosotros tiene muy presente en relación con el que ha sido nuestro ídolo deportivo.
En el caso de Límido, comisionado en su momento para acudir al lugar del vuelco, detalló los pormenores de su actuación como oficial a cargo y remarcó que no sintió olor a alcohol en los fallecidos, ni adentro del vehículo, al cual tuvo que ingresar para poder revisar la guantera, donde encontró una documentación que le sirvió para identificar a los ocupantes. Solo pudo ver un carné a nombre del campeón -extendido por el Club de Bochas Los 40-, lo que reveló quien era uno de los involucrados.
Por mi parte, relaté la instancia en la que conocí personalmente a Monzón, en los años 80, estando de servicio en la Seccional Primera de la Policía de Santa Fe. Recuerdo que hubo una denuncia en su contra por tenencia de arma de guerra (que no le pertenecía) y también su correcto comportamiento mientras estuvo detenido.
Con el correr de los meses, y por estar en contacto con otros colaboradores que tuvieron que ver en la publicación de la referida obra literaria, tuve a mi alcance datos, muchos provenientes de personas que alientan y creen en otras hipótesis sobre las causas de lo ocurrido con Monzón, más allá de la versión oficial de accidente. Por ejemplo, un joven que supo trabajar en el desarmadero donde estuvo el Renault 19 varios años tapado con una lona, hasta que en algún momento lo sacaron de allí y lo llevaron a otro lugar.
Al recordar la fecha de su muerte, así como la del episodio que desencadenó la condena que cumplía en el penal de Las Flores, lo que puedo decir es que resulta lamentable el estado del monumento sobre la ruta provincial Nº 1. Creo que para tenerlo así, abandonado, mejor sería que dejen de dar excusas y desmantelen lo que queda del mismo, al menos por respeto hacia quienes colaboraron en su realización y emplazamiento.
Supongo que piensan que dejando al paso del tiempo la destrucción de una obra –durante años enriquecida por la escultura del artista plástico Roberto Favaretto Forner (que ya no está en el monumento sobre la ruta)-, la gente que aún lo recuerda como el admirado boxeador que fue se olvidará de sus grandes logros deportivos. No creo que puedan silenciar los triunfos para Argentina de un hombre que entiendo no se propuso llegar a ser considerado asesino y mucho menos que su muerte siga siendo una incógnita.