Un "Punto Cero" de nuestro sistema democrático es el voto. El voto es Secreto. Además obligatorio, aun cuando esto va tendiendo al folclore antes que a la pena real por la renuncia a cumplir con la obligación. La democracia, se sabe, no es perfecta, sino perfectible. Tal vez ayude la suma de elecciones. En eso me planto. Prefiero muchas elecciones a pocas y muy espaciadas. Apoyo límites de mandatos a diputados y senadores. Sueños de mejorías. El voto popular fabrica sueños. Algunos sueños el voto popular los cumple.
En el pasado santafesino hay muchas historias que, en sus comienzos, fueron, cuanto menos, muy originales. La "Boleta Única" desvirtuó el sentido de los partidos políticos y aún de las ideas filosóficas de las que se nutrían. Quitó el fraude por robo de boletas y el diferente poderío económico de partidos grandes y chicos y, finalmente, quitó el sentido de un cauce por un partido. Inscripción de un partido nuevo, propio, avales, una cara… y ya está: a la cancha.
Ya existía el "extra partidario". Carlos Reutemann, una de las pruebas más notorias. Un senador provincial con su conjunto de cumbias (en actividad). Un concejal que le hizo un gol de palomita a su archirrival… en el fútbol. Un delantero, de su archirrival, que le devolvió la gentileza con un "zapatazo". Ambos son concejales. Un cocinero artífice de mondongos televisivos. Una diputada con entremeses muy particulares, verdadero Caballo de Troya, que obtuvo más votos que todo "el peronismo" en el 2019.
Estamos prolíficos en historias originales. La Boleta Única las ha llevado, lleva, llevará a límites que no se conocen (desconocidos). El Grado de Conocimiento ahorra dineros para eso, para que conozcan a los candidatos. Hay una derivación peligrosa e inatajable. El Grado de Conocimiento ha derivado en el auténtico certificado de capacidad para pedir la representación popular.
Completa la situación que, si el conocimiento del nombre y el rostro no proviene de actividades cercanas a la militancia partidaria o la gestión de la cosa pública, no aparecerán cadáveres en el placard. Listo. A pedir el voto. Mientras menos aparezca "actividad político/partidaria" en el placard, tanto mejor. Genial contra sentido. Nada mejor que un placard vacío de experiencias políticas para triunfar… en la política.
El caso de Saúl Perman, concejal santafesino, es singular, extraña que no haya una investigación más profunda sobre su desarrollo. La información periodística dice: Polémica en Santa Fe por el proyecto de un concejal. Saúl Perman propone crear un "espacio de conexión extraterrestre y observación de ovnis".
Saúl se pasea en bicicleta por la ciudad de Santa Fe. Bandera argentina. Ecologista. Grita por las calles mandarina, mandarina, mandarina… Usa un megáfono y pide que lleven a los decentes al Concejo. Que nos preparemos para la invasión extraterrestre. Que es necesario abrazarse más.
A su modo, Perman resuelve el libro de Eduardo Galeano (el libro de los abrazos) y el pedido de Roberto Galán ("hay que besarse más"). También sostiene que es necesario "poner" estaciones gratuitas para aprender a abrazarse y así estar preparados para la llegada de los extraterrestres. A su vez, indica lugares: calles peatonales en Santa Fe, en Rosario, en Buenos Aires.
Con el voto popular de quienes están registrados en el padrón de la ciudad de Santa Fe, Saúl Perman terminó como… concejal electo. Ahora mismo ejerce. Uno de sus primeros y más importantes pedidos, ya en el cargo, es media hora de meditación antes de comenzar cada sesión. Nada impide que se presente como candidato a intendente… a gobernador… a presidente. Todo depende del voto popular.
El caso de Carolina Losada está en el otro extremo. No fue con "Boleta Única"; en una interna de radicales y PRO, amontonados en Juntos por el Cambio, los posibles candidatos a senadores nacionales eran Corral, Angelini y Pullaro. Un armador de listas, radical, hombre experimentado en lo que es el sustento del radicalismo, las internas, propone a Carolina Losada. El armador de listas conoce a una hermana militante radical que es quien, en sustancia, trae a su hermana, Carolina, al parecer también militante, y la oferta se concreta.
Rosarina, estudiante del bachillerato en el Colegio Alemán, modelo publicitaria, Carolina venía de ser panelista en "Intratables" (programa diario de televisión) y estaba de panelista en el programa de Baby Etchecopar. Ese era su trabajo. Dignísimo. De alta exposición mediática. Habla, discute, opina; es reconocida.
"El armador sabe armar" y completa la grilla con un sobreviviente de lujo: intendente de Avellaneda, plena zona de Vicentin y "affaire" Vicentin. Sorpresa general. Sin la mayoría de los votos de Rosario, con los votos "norteños" de Scarpin (el radical paladar negro, intendente) la dupla triunfa en una interna. Vencidos Corral, Angelini, Pullaro. Sorpresa.
Con el mismo descuido sobre el norte santafesino, un periodista deportivo (Lewandowski) y una ignota dirigente del sur santafesino, enaltecida por el dedo porteño (Sacnun) ambos representando al peronismo, pierden en el mismo sitio: el norte santafesino. Sorpresa otra vez.
Carolina Losada y Scarpin, senadores nacionales. Triunfan en la elección general. Nada impide que Carolina, ahora, se presente como candidata a intendente/intendenta… a gobernador /gobernadora… a presidente/presidenta. Todo depende del voto popular.
¿Saúl Perman intendente? ¿Por qué no? Sería una legítima aspiración. Scarpin no es lo mismo. Hijo de un dirigente radical, con la intendencia en su lomo, sus pergaminos son de gestión política previa, el gran pergamino olvidado. Lo repito: gestión política previa. Repito el diploma: gestión política previa.
Revisemos ciudad y provincia. El caso de Reutemann, que ganó todas las elecciones en que se presentó (Primera Ley de Lemas mediante) el caso del Midachi (perdió una vez por 30.000 votos norteños muy descuidados, después por 1.500 votos en un recuento en escritorios oscurecidos y descuidados).
Los votos de la Granata, los votos de la Losada, los votos de Perman, del cocinero, de los cumbiamberos, de los movileros periodísticos, de los integrantes de la sociedad que, por el Grado de Conocimiento que poseían, son invitados a participar y aceptan, pone la cuestión en este punto: ¿Quiénes nos gobiernan?
Se necesitan ganas, atrevimiento, voluntad, grado de conocimiento en la población y luego esperar el voto popular. Honestidad brutal en la democracia nacional. Respuesta: gobiernan los que obtienen el voto popular.
En mayo del 2023 un exmovilero de Canal 5 y un exconductor televisivo de Canal 3 pueden ser pre candidatos a intendentes y/o a diputados. También senadores departamentales. Aun no cumplieron con todos los deberes y derechos de su cargo de concejal, pero…
¿Qué estamos observando en todos los casos mencionados? El voto popular consagra. El voto popular pone fe, de eso se trata, al suponer que las cuestiones del estado municipal, provincial, tal vez nacional, se resolverán por gente que viene de otras actividades. Simpatía, rostro, fe. Un ciento por ciento lícito. Nosotros somos lo que votamos. Digresión: votamos a Macri y a Fernández. No olvidar.
Parémonos donde corresponde: el voto popular. Puestos a observar cómo se ha desarrollado, desde 1983 a la fecha, la forma y el fondo de la Democracia Republicana Representativa y Federal, que es el sitio seguro de donde no debe apartarse Argentina, advertimos que el salvoconducto es el voto popular.
Tenemos los gobernantes que votamos y, pese a cuanto se diga sobre el voto popular, hay que rescatar para la historia que Saúl y Carolina son ejemplos. Debemos persistir. Esto es Argentina. Votamos al de la bicicleta y el megáfono. Votamos a la señora del panel Anti K… que le ganó al comentarista deportivo. Se insiste: somos lo que votamos. Sigamos votando.
La mayoría de los concejales "conocidos" en Rosario, tienen reconocimiento popular por otras tareas ajenas a la gestión, a la administración de la cosa pública a la que llegaron sin saber, pero con Grado de Conocimiento Público… y por eso son reconocidos. No es un destrabalenguas. Es el facto. Sigamos votando.
Espero la pancarta: Perman Intendente. Carolina Presidente. Están en su legítimo derecho. Como siempre, nos queda Charly: "No existe una escuela que enseñe a vivir…". A votar sí. Pero esa es otra historia.