Por Silvana Etchepare
Sobre obsesiones.
Por Silvana Etchepare
Los celos es una emoción como cualquier otra, como lo es la tristeza, el miedo, la culpa, la alegría, la esperanza, el enojo entre otras. Todas son inherentes a la naturaleza humana, algunas de ellas son placenteras y otras no, pero todas tienen por objetivo enseñarnos algo, dándonos un mensaje. La tristeza, nos expone ante una posible perdida, los celos surgen frente a un posible abandono o engaño, la alegría nos estimula el festejo, el goce de haber logrado algo tan esperado por nosotros.
Los celos, dentro de una vinculo amoroso surgen, cuando se percibe la amenaza de una perdida y/o abandono. La misma puede ser real o imaginaria. En el primer caso, cuando sufrimos infidelidad y/o nuestra pareja nos expresa que dejara el vínculo, pero no lo hace, creando mayor dependencia emocional, situaciones conflictivas, discusiones, malos entendidos.
En el segundo caso, cuando la persona celosa, tiene creencias disfuncionales, creadas por pensamientos, fantasías, experiencias de infidelidad/abandono no resueltas. De esta manera la persona celosa, va creando un mecanismo cognitivo que le hace sospechar, de cada accionar de su pareja, sin tener certeza.
Como toda emoción, los celos generan una respuesta no solo fisiológica (síntomas físicos) sino también emocional y conductual. Toda persona celosa permanece en una búsqueda incansable de querer confirmar sus sospechas, hasta el punto de considerar necesaria poder confirmarla, para sentirse libre de toda preocupación. Además de los síntomas emocionales (experimentar altos monto de angustia, ansiedad, irritabilidad, desconfianza, ira), la persona permanece en la búsqueda compulsiva y agresiva, ya sea para sí mismo como para la pareja. Porque de los celos surge la envía, y de ella toda reacción de insatisfacción expresada en irritabilidad, impulsividad, hostigamiento.
Sin dudas, los celos abruman a la persona celosa como a quien es celado, por el nivel de hostigamiento, control y manipulación que genera. Cuando estos celos, no son controlados, regulados por la persona que lo padece, se convierten en patológicos, al ser delirantes, obsesivos y pasionales.
Ahora bien, toda persona celosa debe comprometerse en un proceso terapéutico para resolver el origen de dicha emoción. Deberá fortalecer su autoestima, lo que le permitirá sentirse una persona valiosa, con autoconfianza y libertad emocional. Siendo feliz consigo misma podrá comprometerse en un vínculo de pareja sano, donde los valores más relevantes sean el respeto, el buen trato, la empatía, la comunicación asertiva, la libertad emocional y la paz no solo interior sino en el vínculo amoroso. Desplazando toda su atención desde la creencia disfuncional de un supuesto engaño/abandono a un proyecto de vida donde la pareja sea una parte de todas las facetas a desarrollar, incluyendo el desempeño profesional, laboral, familiar, realizando actividades deportivas, aprendiendo técnicas de relajación y meditación, entre otras.