Por Jorge Bello
Por Jorge Bello
Además de la covid y de todas sus muchas y variadas incertidumbres, el 2021 nos trajo, entre otras, dos noticias, dos realidades que son pura esperanza. Una se refiere a la ivermectina y la otra se refiere al chagas congénito.
En ambas realidades trabajan personas discretas, luego más eficaces. Estas personas, y las otras muchas que trabajan así de bien por la esperanza de los demás, merecen todo nuestro reconocimiento. Y a ellas les estamos muy agradecidos.
Unos nueve mil bebés nacen cada año con la enfermedad de Chagas. De éstos, uno de cada tres desarrolla problemas crónicos del corazón. Estos problemas comprometen el desarrollo personal del niño, y por tanto el de su familia.
Comprometen también el desarrollo de la comunidad donde vive porque al tratarse de una enfermedad crónica, luego un enfermo crónico, sus aportes a la comunidad quedan limitados, y se convierte así en una carga. Ya se sabe que la enfermedad, sobre todo cuando es crónica, lastra el desarrollo individual y colectivo.
Para combatir este flagelo, Argentina presentó la estrategia "Ningún bebé con chagas", que pretende contribuir de manera decisiva a eliminar el chagas en las mujeres de edad fértil, para así eliminar el chagas de las embarazadas, y erradicar en consecuencia el chagas congénito. Lo hizo junto con Brasil, un país donde el chagas es un problema aún mayor, con el apoyo del Instituto Evandro Chagas (de Brasil), la Fundación Mundo Sano (de la Organización Mundial de la Salud), la Organización Panamericana de la Salud y el Instituto de Salud Global de Barcelona.
Esta estrategia se aprobó en el contexto de la Iniciativa Iberoamericana sobre Chagas Congénito, que se llevó a cabo durante la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, en abril, en Andorra. Otros países también se integraron: Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Paraguay, España.
La estrategia incluye la propuesta de trabajar de manera conjunta y cooperativa para conseguir que todos los bebés nacidos con chagas tengan oportuno diagnóstico y tratamiento, así como también las embarazadas e incluso las mujeres jóvenes antes de la gestación.
Se trata de controlar la transmisión materno-infantil del chagas y evitar así sus secuelas en el corazón del bebé. El bebé debe criarse sano y fuerte para poder contribuir, de adolescente y adulto, al desarrollo de la comunidad.
La citada estrategia incluye también un vídeo promocional que sin duda vale la pena. Está en YouTube bajo el título "Herencia - Campaña Ningún bebé con Chagas".
También vale la pena reconocer el trabajo que se está haciendo en África para desterrar una enfermedad que es pariente del chagas: la enfermedad del sueño. Gracias a estos esfuerzos, discretos y efectivos, el número de casos de esta enfermedad se redujo de manera notable durante 2021.
El caso de la ivermectina es distinto. La descubrió el bioquímico japonés Satoshi Omura, que por este motivo recibió el Premio Nobel de Medicina en 2015. La ivermectiva es una medicamento valioso, imprescindible, puesto que es muy efectivo, incluso en dosis única, para curar enfermedades parasitarias que afectan mucho a niños y adultos de todo el mundo, incluso en Argentina.
Incluso en Salta. Es el caso de la helmintiasis, una enfermedad por gusanos que afecta a millones en América Latina. En efecto, un grupo de investigadores liderados por Alejandro Krolewiecki, de la Universidad Nacional de Salta, está trabajando para mejorar el tratamiento de estas enfermedades, y lo hace con una prometedora combinación de ivermectina y albendazol, que es otro anti-parasitario.
Recordemos que la ivermectiva es uno de los pocos medicamentos que ha demostrado suma utilidad cuando se la administra a toda una comunidad de personas (cientos, incluso miles) con el objetivo de combatir ciertas enfermedades parasitarias como la malaria o la sarna.
Aunque muy distintas entre sí, estas dos enfermedades son difíciles de controlar a título individual dado el gran número de afectados que pueden observarse en una determinada comunidad, en determinados países.
Recordemos también que, pese a los muchos estudios, hasta ahora la ivermectiva no demuestra utilidad en la covid, ni para la prevención ni para el tratamiento. La covid es una enfermedad por virus, y la invermectiva es útil para enfermedades provocadas por diversos parásitos, incluso gusanos y larvas, lo cual es muy diferente, y esta diferencia es definitiva.