Diario El Litoral recibió la visita del doctor Claudio Marcelo Palacín, quien este miércoles dará a conocer en la ciudad de Santa Fe detalles sobre su libro "1975 Larrabure", de reciente aparición (Kanon Editores, 2024).
Así se expresó el ex fiscal general, autor del libro "1975 Larrabure", trabajo que cuenta con prólogo del reconocido abogado constitucionalista Daniel Sabsay. La obra, que está dedicada "a todas las víctimas" de crímenes de lesa humanidad de la República Argentina y a sus familias, será presentada este miércoles en el Club del Orden de Santa Fe.
Diario El Litoral recibió la visita del doctor Claudio Marcelo Palacín, quien este miércoles dará a conocer en la ciudad de Santa Fe detalles sobre su libro "1975 Larrabure", de reciente aparición (Kanon Editores, 2024).
Se trata de una obra literaria relacionada principalmente con el dictamen del año 2007 sobre la causa judicial basada en el cautiverio, la tortura y el fallecimiento del coronel Argentino del Valle Larrabure, quien fuera secuestrado el 11 de agosto de 1974 (durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón), mantenido como rehén durante 372 días (en una de las llamadas "cárceles del pueblo") y finalmente estrangulado el 19 de agosto de 1975 a manos del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
Tras haber presentado su libro en Buenos Aires y Rosario, Palacín hará lo propio mañana, desde las 18.30, en el Club del Orden de la capital provincial (San Martín 1936).
En la ocasión, el ex Fiscal General estará acompañado por el doctor Javier Vigo Leguizamón. Justamente, este último es el abogado patrocinante de Arturo Larrabure -uno de los hijos del militar asesinado por el ERP-, con quien compartió en su momento la autoría de un escrito, titulado "Argentino del Valle Larrabure, mártir por la fe", que fue publicado por El Litoral en su edición del 18 de mayo de 2023.
Allí, entre otras cosas, se destaca que el oficial recordado "murió perdonando a sus enemigos", y que el 14 de marzo del año pasado la Santa Sede lo declaró Siervo de Dios, dando inicio así al debido proceso para su posterior beatificación y canonización.
Evidentemente, "1975 Larrabure", implican mucho más que un año o una fecha y un apellido. Mucho más. Son huellas, señales, indicios, que nos retrotraen y a la vez nos acercan a una época de la Argentina particularmente marcada por la violencia social y política, quizás como en ninguna otra en nuestra historia. Y nos vislumbran, como sostienen Palacín y Vigo Leguizamón, la posibilidad de tratar y analizar al tema de las víctimas del terrorismo de Estado desde otro enfoque, es decir "del lado de la historia por lo general descartada", o bien "relegada en la Argentina de las últimas décadas".
Palacín trabajó el último año y medio en su libro, siendo la base del mismo el dictamen que emitió el 30 de octubre de 2007 en la denominada "Causa Larrabure", a raíz del pedido que hizo Arturo Larrabure con el patrocinio letrado de Vigo Leguizamón. "Luego de estudiar largamente la causa llegué a la conclusión de que había que investigar el secuestro, las torturas y la muerte sufridos por Larrabure como crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad", explicó el autor.
"Una vez retirado de la justicia me dediqué a la redacción del libro con la misma inquietud y el mismo fin que tuve al emitir el dictamen: que se haga justicia, que se reconozca y se repare a las víctimas del terrorismo de Estado guerrillero", acotó Palacín, sin dejar de aclarar que tanto el ERP como Montoneros eran apoyados por Estados nacionales concretos, como Cuba, Argentina, la ex Unión Soviética y la ex Checoslovaquia, a los que cabe sumar la Organización para la Liberación de Palestina (OLP),de Yasser Arafat.
"Nosotros, con el doctor Vigo Leguizamón, buscamos que se reconozca a las más de 17.000 víctimas; algunas, unas 1.500 aproximadamente, son las personas que fallecieron, pero también están los hijos, nietos, hermanos y demás de todas ellas, quienes todavía no han sido reparados ni reconocidos", remarcó luego Palacín.
A su vez, Vigo Leguizamón, hizo hincapié en que estas víctimas, las de la guerrilla, "son los desaparecidos de la memoria pública", sin dejar de mencionar que luchar por este reconocimiento, "no implica para nada negar los errores cometidos por las Fuerzas Armadas, pero sí tener una mirada más objetiva". Lo que queremos, insistió –con el acompañamiento de Palacín-, es "que la historia prime sobre la memoria, porque lo que nosotros hemos escuchado en los últimos cuarenta años es una versión o memoria maniquea de nuestra historia, que trata de centrar toda la culpa exclusivamente en un sector, el sector militar".
La "Causa Larrabure" se encuentra actualmente a la espera del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, habiéndosele solicitado que repare la arbitrariedad –tal cual lo afirma Javier Vigo Leguizamón- en la que incurriera la Cámara Federal de Rosario, al alegar, para no respetar el dictamen de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que el ejército no había combatido en el ataque de 1974 a la fábrica militar de Villa María, en el que fue secuestrado Argentino Larrabure. Cuando en realidad lo hicieron tanto soldados como el jefe de la misma, el teniente coronel Osvaldo Guardone.
Se trata de un hecho fundamental para aplicar el informe Nº 55/97 de la CIDH, emitido cuando ocurrió el ataque al Regimiento de La Tablada (de 1989), oportunidad en la que el mismo organismo internacional reconoció la existencia de "un conflicto armado interno", que tornó aplicable las Convenciones de Ginebra de 1949, que debían respetar tanto los guerrilleros como los militares.
Cuando se lo consultó por las características del trabajo de Claudio Palacín y se le pidió una opinión respecto al texto como obra literaria, Javier Vigo Leguizamón dijo: "Es una pieza de un gran rigor jurídico, que antepone la ley y los tratados internacionales a los sofismas con los cuales se ha mantenido impune el terrorismo guerrillero".
Además, prosiguió el entrevistado, "es absolutamente sólida", en cuanto "respeta todos los precedentes de la jurisprudencia internacional y tratados internacionales, entre los que se encuentran las Convenciones de Ginebra de 1949, en cuyo artículo tercero se impide torturar y asesinar a los prisioneros de guerra y mucho más a los civiles".
Tras estas últimas palabras, Vigo Leguizamón, aclaró que "no hay que olvidar" que Larrabure, que padecía de asma y estuvo "detenido en un pozo infame de un metro", era en esos momentos alguien que se encontraba en una situación "equiparable a la de un civil", ya que "era un militar desarmado". De acuerdo a la doctrina y a la jurisprudencia internacional, agregó, "es un civil".
"El libro es muy sólido jurídicamente", volvió a destacar Vigo Leguizamón, pero, en lo fundamental y desde el punto de vista humano, dijo, "revela el coraje y la valentía de un hombre como Palacín". "Había que pararse como funcionario judicial o del ministerio público y emitir ese dictamen como él lo hizo, yendo totalmente contra la corriente", completó.