Por María Inés Vincenti
Por María Inés Vincenti
El distrito de Galisteo, emplazado en el Departamento Castellanos de la Provincia de Santa Fe, está formado por la unión de campo, colonias y estancias y en ese sentido se constituye en un caso excepcional de la jurisdicción. Este año cumple 130 años la colonia, la estancia El Porvenir data de 1884, el origen de la estancia Santa Ana debe buscarse en 1889 y Campo Dardatti tiene un inicio que, aún, no se ha logrado determinar.
Las 16.028 hectáreas del territorio, permanecieron bajo el dominio provincial hasta 1882 y se destinaron a pagar las indemnizaciones originadas por las incorrecciones del catastro provincial y para cumplimentar la ley de Premios Militares de 1865.
Severo de los Santos fue uno de los resarcidos, con 2.529 hectáreas. Su viuda, Elena Rodríguez logró, en 1884, la pertinente escritura y ese mismo año, su hermano, el Cnel. José Rodríguez obtuvo, por sus servicios militares en la frontera norte y su grado de Coronel, 2.700 hectáreas Las 5.229 hectáreas pasaron prontamente, por donación, al patrimonio de Dolores Rodríguez Galisteo de Iturraspe Freyre.
En el año 1882, Diego Giménez y Pedro de Larrechea, también fueron indemnizados por superposición de títulos y las 10.779 hectáreas por ellos conseguidas fueron vendidas a Simón de Iriondo que, tras su fallecimiento en 1883, se transfirieron a sus hijos Clorinda, María Mercedes y a Urbano y 4.050 hectáreas fueron cedidas a Petrona Candioti de Iriondo.
En Galisteo no se desplegó una pequeña aldea, dependiendo enteramente de Ataliva para su abastecimiento de bienes y servicios. La Comuna data de 1920 y hasta ese año fue un paraje del vecino distrito.
El Ferrocarril a las Colonias recorría Ataliva y también servía al distrito Galisteo; en 1912 se sumó el ramal Laguna Paiva-Deán Funes que circulaba por la propiedad de Dolores Rodríguez Galisteo. La estación fue de primera categoría y es notable su valor arquitectónico (actualmente abandonada y en ruinas) a pesar de su pertenencia secundaria al entramado ferroviario.
Demetrio Iturraspe Freyre estableció la colonia Galisteo sobre las 4.050 hectáreas que, en 1892, compró a Petrona Candioti de Iriondo y ese mismo año comenzó a vender en concesiones y a plazos. Las transacciones se realizaron rápidamente; los principales compradores fueron los colonos de Ataliva y como era habitual en el centro de Santa Fe floreció un sitio para la distribución de la tierra en pequeñas y medianas parcelas. Iturraspe Freyre conservó las tierras más productivas, 1.000 hectáreas que llegó a sus sucesores.
Era nieto de Juan Luis Iturraspe, arribado a Santa Fe en 1770. Su vinculación con las familias coloniales devenía de su abuela materna, Vicenta Gálvez Troncoso, y a través de ella su genealogía en la Argentina se remonta a Alonso Fernández Montiel, arribado a Santa Fe con Ortiz de Zárate. Su padre José Buenaventura logró una sólida fortuna integrada, por varias estancias, comercio y molino harinero.
Su hermano, el gobernador, junto a Guillermo Lehmann, fue el colonizador más notable de la provincia y su hermano, Ignacio, un prominente estanciero, pero en su caso su patrimonio derivó, esencialmente, de su matrimonio con Dolores Rodríguez Galisteo, heredera de más de 12.000 hectáreas.
Un grado de audacia se desprende de sus prácticas empresariales: la escasez de un capital sólido y la inconsistencia del nivel de acumulación lo llevaron a recurrir al crédito formal e informal, como ocurrió con Lehmann y numerosos propietarios territoriales santafesinos, aunque su estilo empresarial no logró la envergadura que es viable detectar en el empresario de la colonización agrícola establecido en Esperanza.
Debemos señalar los disímiles trayectos biográficos: Iturraspe formaba parte de las 19 familias que gobernaron la provincia durante 400 años. Se movía en el mundo santafesino con la facilidad de alianzas parentales, educativas y sociales ya constituidas.
Lehmann, en cambio, era un extranjero arribado en la década de 1860, con una mentalidad weberiana y adversario al "jesuitismo santafesino". No integró la elite de Santa Fe a través de las formas convencionales; en cambio, se relacionó con hombres de negocios de la talla de Ataliva Roca y Gregorio Torres.
Iturraspe, en las décadas de 1860 y 1870 participó en las revoluciones santafesinas, fruto de las guerras civiles; le cupo un papel significativo en la revolución radical de 1893 y como caudillo del departamento Castellanos, asumió el liderazgo en las revueltas de julio y setiembre.
Fracasada la rebelión, debió huir a Montevideo; regresó en 1894 y retornó a la política en los primeros años del siglo XX como legislador provincial.
Luis Dardatti, inmigrante italiano y colono de Ataliva, fue el primer Juez de Paz de esa localidad y su cargo se debió a que arribó a la Argentina con una instrucción superior a la de la mayoría de los recién llegados.
A pesar de las incesantes búsquedas no se logró establecer si Dardatti fue el encargado de las ventas del campo de Clorinda Iriondo de Irigoyen y Carlos Benavídez o lo había adquirido y ulteriormente lo colonizó. De cualquier modo, se está en circunstancias de aseverar que esa superficie estaba, en 1906, en manos de un número significativo de colonos de Ataliva.
Juan Stoessel y Alberto Hugentobler, por su parte, establecieron la estancia "Santa Ana", y hoy sus propietarios son Nicolás Schneider Rodríguez y la familia Quiroga Hugentobler, todos descendientes indirectos de Enrique Hugentobler. El origen de ese establecimiento está en la compra que Stoessel y Hugentobler formalizaron en el año 1891. Stoessel vendió su fracción al segundo y se trazó sobre esa superficie, la Colonia Ramírez, pero no se concretó y se levantó la estancia.
Ya se puntualizó que Dolores Rodríguez Galisteo era la propietaria del sector sur del distrito Galisteo y que sumaba un área de 5.229 hectáreas y "El Porvenir" fue poblada rápidamente. La casa del casco fue demolida y solo se conserva un galpón, cuyas dimensiones permite correr carreras cuadreras.
"El Porvenir" fue heredada por José Iturraspe Rodríguez (1885-1960) y la fracción denominada "El Puesto" le correspondió a su hermano Demetrio (1891-1965) quien levantó el casco, caracterizado por la multiplicidad de sus instalaciones que no es viable observar en ningún otro del departamento Castellanos. "El Puesto", es una circunstancia única de una posesión, en toda la jurisdicción, que pasó de ser tierra realenga al Estado provincial y de este a los Rodríguez y a sus descendientes, al menos, por seis generaciones y conservada en una porción significativa de su extensión inicial. Ese escenario es frecuente en las familias de los colonos del departamento Castellanos, pero extraordinario entre los propietarios territoriales santafesinos.
Hoy está en manos de las familias Mas, Recalde, Mántaras e Iturraspe y el casco de "El Puesto" pertenece a la sucesión de Enrique Mántaras Iturraspe. Una verdadera joya del patrimonio rural santafesino que merece ser preservada.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos.