Por Sergio Alfredo Fenoy (*)
Mensaje con motivo del Día del Periodista
Por Sergio Alfredo Fenoy (*)
En una época que corre el riesgo de ser rica en tecnología y pobre en humanidad, el periodismo tiene en sus manos y en su trabajo una potencia "humanizante", que vale la pena considerar. Aunque la inteligencia artificial llegase a unos niveles de sutileza y calidez quasi humana, el espíritu libre y creativo de quien se detiene ante la realidad, la escruta con su mirada, y pone el cuerpo y el alma para comprehenderla, nunca podrá ser reemplazado por un conjunto de algoritmos.
Como trabajadores de la comunicación, nuestra responsabilidad para hacer de este mundo un lugar más cálido, más humano, más fraterno, es irrenunciable.
Sumidos en la vorágine cotidiana, los tiempos acotados, y las presiones económicas, políticas o publicitarias, puede aparecer con frecuencia la tentación de caer en la desinformación, la calumnia, la difamación o la coprofilia -el amor al escándalo, a la inmundicia que vende-.
Ante este panorama, los alentamos a tomar unos instantes para considerar la importancia de redescubrir y cultivar más el principio de realidad, la observación atenta y respetuosa de los hechos, la apertura al otro y a sus razones, entendiendo que la realidad compleja y llena de matices es siempre superior a la idea abstracta, sintética, muchas veces reductiva y polarizada.
El año pasado, en dos oportunidades, el Papa Francisco exhortó a todos los que honran esta profesión, a cultivar la amabilidad como antídoto contra la crueldad que puede envenenar los corazones e intoxicar las relaciones.
En su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones, pidió "que la comunicación no fomente el rencor que exaspera, genera rabia y lleva al enfrentamiento, sino que ayude a las personas a reflexionar con calma, a descifrar, con espíritu crítico y siempre respetuoso, la realidad en la que viven".
Luego, al recibir el premio italiano "Es Periodismo", compartió con los presentes su inquietud por "la urgencia de una comunicación constructiva, que favorezca la cultura del encuentro y no del enfrentamiento; la cultura de la paz y no de la guerra; la cultura de la apertura al otro y no del prejuicio".
Sabiendo que tenemos en nuestras manos un precioso talento para la construcción de una civilización que apueste por la armonía y la paz, les deseamos un Feliz Día del Periodista, con el anhelo de que seamos, cada uno desde su lugar de trabajo, sinceros buscadores de la comunión, a partir de la escucha y diálogo que brotan desde la sincera apertura del corazón humano.
(*) Arzobispo de Santa Fe. Junto al Equipo de Comunicación Arquidiocesano.