El federalismo argentino se consolida con el Pacto de Confederación que suscriben las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe el 4 de enero de 1831. Mediante el mismo se ligan y constituyen en alianza, y crean una "Comisión representativa de los gobiernos de las provincias litorales de la República Argentina", que residirá en Santa Fe, con atribuciones para "Invitar a todas las demás provincias de la República, a reunirse en federación con las tres litorales; y a que, por medio de un Congreso General Federativo, se arregle la administración general del país, bajo el sistema federal (...)". (Artículos 15° y 16°)
Las restantes provincias se fueron adhiriendo a este Pacto de Confederación. Mendoza, Corrientes, Córdoba, Santiago del Estero y La Rioja, lo hicieron el mismo año 1831. Tucumán, San Juan, San Luis, Salta y Catamarca, en 1832. El viejo sueño de Artigas, de constituirnos como un estado federativo –el que continuara en Estanislao López-, parecía cristalizarse. Pero debieron transcurrir más de veinte años para que renaciera, mientras se fortalecieron las autonomías provinciales.
El pronunciamiento de Urquiza
El 1 de Mayo de 1851, en Concepción del Uruguay, el gobernador de la provincia de Entre Ríos, Justo José de Urquiza, declara que reasume la soberanía territorial, en virtud del Pacto de Confederación de 1831, y se entenderá directamente con los demás gobiernos del mundo hasta que, con las demás provincias hermanas, constituyan la República.
Mirá tambiénApreciaciones sobre el texto constitucional de 1853, de la mano de Arturo SampayEste "pronunciamiento" fue una declaración de guerra para el gobernador de Buenos Aires, quien ejercía las Relaciones Exteriores. El 3 de febrero de 1852 se enfrentan en la Batalla de Caseros. Su vencedor, el general Urquiza, comienza a tomar las primeras decisiones.
El Protocolo de Palermo
El 6 de abril de 1852, el propio Urquiza; Vicente López, gobernador provisorio de la provincia de Buenos Aires; Benjamín Virasoro, gobernador de la provincia de Corrientes; y Manuel Leiva, en representación de Domingo Crespo, gobernador de la provincia de Santa Fe; se reúnen en la casona de San Benito de Palermo para considerar la situación general luego de la caída de Rosas.
Acuerdan que Urquiza sea el Encargado de las Relaciones Exteriores y que las provincias signatarias del Pacto de Confederación de 1831 nombren sus representantes para constituir la comisión creada por ese pacto. El 30 de mayo de 1852 Juan Bautista Alberdi, desde Valparaíso, le escribe una carta a Urquiza, y le manda su trabajo "Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina".
Alberdi sostenía que "El desquicio del gobierno central no viene desde 1820 -cuando cae el Directorio- sino desde los primeros pasos de la Revolución de Mayo, que destruyó el gobierno unitario colonial deponiendo al Virrey, y no acertó a reemplazarlo por otro gobierno patrio de carácter central (…). Hoy es más fácil mejorar el estado de cosas que viene de Artigas, Francia, López y Quiroga (…)".
"La soberanía local tomó el lugar de la soberanía general (…) y ese es el origen inmediato del federalismo o localismo republicano en las Provincias del Río de la Plata". ("Bases", Librería y Editorial Castelví, Santa Fe, 1973, página107)
El Acuerdo de San Nicolás
A pesar de lo resuelto en el Protocolo de Palermo, Urquiza decide apurar los trámites porque el clima político de Buenos Aires se empieza a complicar. Convoca a los gobernadores a reunirse en San Nicolás de los Arroyos. Debe persuadirlos para formar un gobierno central, que sólo será posible si las provincias delegaban algunas de sus facultades. El 31 de mayo de 1852, diez gobernadores suscriben el Acuerdo de San Nicolás. No asisten los gobernadores de Córdoba, Salta y Jujuy que adhieren por acta adicional de fecha 1° de julio de 1852. Por su parte, el gobernador de Catamarca delegó los poderes en Urquiza, con lo cual las catorce provincias lo suscriben.
La Sala de Representantes de la provincia de Buenos Aires sostiene que el Acuerdo de San Nicolás, firmado por su gobernador, debe ser ratificado por ley. En este debate, Vélez Sarsfield sostiene que los gobernadores se excedieron en sus facultades porque ese Acuerdo creó órganos por sobre las provincias, como el de Director Provisorio de la Confederación o el Congreso Constituyente, sin ninguna autorización previa.
Beatriz Bosch, en su obra "Urquiza y su tiempo" (Eudeba, Buenos Aires, 1971, página 257), dice que el verdadero motivo era la pérdida de las rentas de la Aduana y la igualdad de representación de todas las provincias. Buenos Aires se autoexcluye, y al poco tiempo crea el Estado de Buenos Aires, separado de la Confederación Argentina.
La Constitución
El 1 de mayo de 1853, en la ciudad de Santa Fe, se sanciona la Constitución de la Confederación Argentina. Durante cuarenta años, entre batallas y pactos, se había logrado frenar al centralismo porteño. Ahora las provincias constituyeron un gobierno central.
Alberdi, toma el ejemplo del sistema norteamericano, "donde también se disputaban el poder las dos tendencias, unitaria y federal, y la necesidad de amalgamarlas en un sistema compuesto (…)". "La ejecución del sistema mixto que proponemos será realizable por la división del cuerpo legislativo en dos cámaras: una destinada a representar a las Provincias en su soberanía local, debiendo su elección, en segundo grado, a las legislaturas provinciales, que deben ser conservadas; y la otra, debiendo su elección a todo el pueblo de la República, como si todas las Provincias formasen un solo Estado Argentino" ("Bases", ob. cit., páginas 112-113).
A los fines de incorporar a Buenos Aires a la Confederación, luego de la batalla de Cepeda y el pacto de San José de Flores, llega la primera reforma constitucional en 1860. Pero Buenos Aires, con su pretensión hegemónica, nos lleva hasta la batalla de Pavón, en 1861, cuando inclinó la balanza a su favor.
Alejo Peyret, refiriéndose a la intervención de Entre Ríos, dispuesta por el gobierno nacional luego del asesinato de Urquiza, sostendrá que "(…) los interventores nacionales venían a cometer un crimen mayor todavía porque venían a matar la autonomía, la soberanía provincial, es decir, el fundamento primordial de la Republica, venían a destruir el derecho federativo en su germen " (citado por Fermín Chávez en su trabajo "La Confederación, un proyecto nacional olvidado", Cuadernos de Crisis N° 29, página 62).
Dicen que a los mismos hechos, se los puede contar de distintas maneras. Entonces, podríamos decir que, Santa Fe, en 1853, fue el escenario donde Urquiza y Alberdi, presentaron su mejor obra: "Una Constitución para la Confederación Argentina".
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos y desde la Asociación Museo y Parque de la Constitución Nacional.
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