Tengo guardados los audios (off, tal vez ilegalmente capturados) que la prensa difundía de conversaciones de la señora Cristina Elisabet Fernández de Kirchner con sus funcionarios (sumisos inútiles, serviles, obedientes, utilitarios… táchese lo que no corresponda). Dos son connotativos. "Soy yo, Cristina, pel…". Y otro: "A esa gorda hay que hacerla m…". Casi todos connotan más que aquello que denotan y no se escapan de un desfiladero: el off sirve para que el alma se desnude. Cuando en estos días CFK sostiene que en los off se dicen cosas, tiene razón. Definamos: Argentina es un país en off, con sordina, con relatos públicos de una territorialidad circunstancial, una democracia ausente y un futuro que nadie desea. Eso está en el off, en los pasillos.
En la calle hay un relato y un contrarrelato. La oposición acepta que debe narrarse un Estado tan omnipresente que finalmente se rinde y dice no juego más. Advertencia: la oposición juega el juego del relato.
Raúl González Tuñón (cada día lo quiero más, en el 1926 "El Violín del diablo", no olvidar; se vienen los 100 años) sostenía, en sus poemas de Juancito Caminador: "…que todo en broma se toma, todos menos la canción…".
CFK sobre la realidad no tiene nada que decir, su silencio sobre las cuestiones del día a día es una definición de cuánto le importan. No quita ni pone a lo suyo, la charla con quienes entienden su idioma de intenciones que se resuelven en gestos.
Una Fernández gestual, encerrada en sus cavilaciones y sus fantasmas, no resulta positiva para el presente y el mañana, si se considera a esta fotografía (el hoy) y su perspectiva (el mañana) con un criterio diferente al de sus íntimas necesidades de equilibrio sicosomático, en su caso visiblemente referenciado a cuestiones legales e históricas.
Atención, es un yerro quitarle a CFK una de sus obsesiones manifiestas: "me va a juzgar la historia". También, convengamos, los juicios que sus contemporáneos le han interpuesto en Tribunales son el eje. Puede perder parte de su fortuna y quitarle a sus hijos dos cosas. Dinero y trascendencia.
La trascendencia de CFK está muy comprometida. Su familia podría cantar: "hoy resulta que el guerrero que murió lleno de honor, no murió ni fue guerrero, como me engrupistes vos, está en cana, prontuariado...". El texto es de un tema conocido, recomiendo versiones de Gardel, Rivero y Sosa ("Chorra" es un tango cuya letra y música pertenecen a Enrique Santos Discépolo, estrenado por Marcos Caplán el 4 de abril de 1928 en el Teatro Apolo; si bien otra versión atribuye el estreno a Sofía Bozán en el teatro Sarmiento con el antiguo título de -Cuando te apaguen la vela). No se le puede pedir a esa mujer que, encima de sus problemas personales, se preocupe por las cosas que le pasan al país. Ya sus exégetas cantan una extraña canción: "luche y vuelve".
El título de tapa de La Capital de Rosario, resaltado entre comillas, que indica una frase textual, para que nadie se equivoque, dice: "Trajimos a Rosario las fuerzas federales necesarias para entrar a cada barrio". El 9 de marzo de 2023. El título está tomado textualmente de las declaraciones de Aníbal Fernández.
"Trajimos", del verbo traer. Quien… Aníbal Fernández… el total del Estado nacional… cuándo trajeron, cuántos trajeron…
"Las fuerzas federales necesarias". Otra vez: cuántas son las necesarias… quién hace el calculo de esa necesidad… necesidad para qué… necesarias a qué fin… cuando dice federales, qué son… gendarmes…policía aeroportuaria… policía federal…prefectura…
"Para entrar a cada barrio". Otra vez, qué significa entrar… pasar y saludar… quedarse a tomar mates… tomar por asalto… establecer un destacamento… entrar, el verbo entrar soluciona algo en la narcocriminalidad compleja, sus tentáculos, sus ramificaciones…más elemental: soluciona algo en el barrio… qué barrio… cuáles barriadas… le dicen barrio a qué cantidad de manzanas.
El Barrio Toba, aquel barrio donde durante tantos años visitamos a "la hermanita Jordán", odiada por el socialismo y los "ladri" progresistas al punto que no tiene recordatorio en el nomenclador del Barrio Toba, que de ese barrio estamos hablando con la muerte del pibe Máximo Jerez, no es el único barrio, cuántos son, está incluido "tío Rolo", Las Flores… cuántos son, llegó Aníbal sabiendo el número, cuántos militares por barrio, cuándo vuelven a casa y llega el recambio, el número concreto de efectivos… Es extraño un general, un político, recibido de abogado sobre el fin del Siglo XX, que llega al territorio perdido después de declarar "los narcos ganaron".
Nunca tantos penales con arco libre en un mismo titular de primera plana.
Cuando Alberto Fernández dijo hay que ayudar a los rosarinos y santafesinos, porque ellos también son argentinos, evidenció varias cosas.
Alberto Ángel Fernández, porteño y abogado, está cansado y en una fuerte situación de agobio. No atiende, no conecta lo que debería decir con lo que verdaderamente dice. Pero, si considera a la Ciudad Autónoma Buenos Aires como su país, es de una generosidad inmensa reconocer que por estos pagos también hay argentinos, no solo los vecinos de su último domicilio privado conocido: Puerto Madero (reparemos: asumió como presidente viviendo de prestado en la casa de un publicista de campaña cuya señora esposa es ahora ministra y antes cabeza de serie en las diputaciones nacionales). Sin embargo, este cronista advierte que, en el más profundo inconsciente de Fernández se encuentra algo tan histórico como real. El río Salado. Hacia allá Santa Fe, hacia acá Rosario. Es muy visible, con las tantas cosas que lo dejan en evidencia, que hay dos provincias, la de los santafesinos y la de los rosarinos. Fernández lo sabe y nos quiere a los dos por igual, por eso nos considera argentinos.
Queda, por fuera de estos Fernández (¿tres personalidades y un solo desorden conceptual verdadero?) algunas reivindicaciones que mi corazón precisa. Macedonio Fernández. Baldomero Fernández Moreno y José, casi un Fernández, pero tan necesario.
Macedonio decía: la "continuidad de mentira es la dignidad del Arte de la novela". Baldomero resolvía: "Si no aman las plantas no amarán el ave, no sabrán de música, de rimas, de amor. Nunca se oirá un beso, jamás se oirá una clave...". Aquellos Fernández.
Si todos mienten y alteran, permitan, dispensen una. No es Fernández, es Hernández, pero hace tanta falta…De este José, que es Hernández, su consigna maltratada: "tengan unión verdadera". Salvaría a todos, incluidos los inútiles Fernández.
En el más profundo inconsciente de Fernández se encuentra algo tan histórico como real. El río Salado. Hacia allá Santa Fe, hacia acá Rosario. Es muy visible, con las tantas cosas que lo dejan en evidencia, que hay dos provincias, la de los santafesinos y la de los rosarinos. Fernández lo sabe y nos quiere a los dos por igual, por eso nos considera argentinos.