A dos semanas del cierre de listas, la salud de las cuentas provinciales irrumpió en la agenda pública. Y el responsable de instalar la situación financiera de Santa Fe como tema fue el propio gobernador Omar Perotti. Lo hizo el 1° de mayo, ante la Asamblea Legislativa, al dejar inaugurado un nuevo período de sesiones ordinarias.
"Estamos en un año particularmente difícil. Así como la provincia expuso todo su potencial en 2020, 2021 y 2022, este 2023 recibimos el impacto profundo de la sequía, así como del contexto nacional de inflación y escasez de dólares", planteó. Perotti habló en su discurso de la caída de la recaudación y de la desaceleración del empleo registrado que "ya se siente en cada pueblo y ciudad", para concluir en que las cuentas cerraron en el primer trimestre de 2023 con un resultado financiero negativo. "Hemos superado contextos adversos y lo haremos otra vez", prometió.
Una vez finalizada la Asamblea y ante la consulta de El Litoral, el mandatario ratificó y amplió sus dichos. "Es bueno también contarlo y decirlo, como hacemos siempre, porque muchos siguen hablando de que tenemos plazos fijos y demás", dijo, en alusión implícita a los cuestionamientos recurrentes que venía formulando la oposición. "Sin embargo - acotó-, el primer trimestre cerró con déficit, cuando marzo es un mes donde se acumulan recursos para enfrentar lo que viene. Hemos sido claros en la explicación; la magnitud de lo que ha implicado el efecto de la sequía tiene un impacto directo en las cuentas públicas", sostuvo.
En sólo los dos primeros meses del año, la provincia acumuló un déficit de más de cinco mil millones de pesos, de acuerdo con los propios informes que se publican en la página oficial del Ministerio de Economía.
El diagnóstico trazado por Perotti "blanqueó" una situación que se venía advirtiendo pero en voz baja, y disparó una serie de encuentros promovidos por el propio Ministerio de Trabajo para analizar la coyuntura. Lo hizo en primera instancia Juan Manuel Pusineri con la mesa tripartita de la construcción de la que participaron tanto referentes sindicales de la UOCRA como empresarios del rubro. Lo propio hizo después con el sector industrial. En paralelo, ya adelantaron las autoridades del Ministerio de Infraestructura que se ralentizará el ritmo de la obra pública, en el marco de un contexto económico sobre todo nacional que "no perdona a nadie". Así lo expresó la ministra Silvina Frana; la funcionaria adelantó que se evaluará la situación "obra por otra", tanto las que tienen financiamiento del estado central como de la provincia. La premisa es preservar los puestos de trabajo.
La situación financiera de la provincia en la recta final de la actual gestión fue motivo también de conversación en una reunión de gabinete convocada por Perotti el último viernes. Veinticuatro horas antes, el gobernador había estado reunido con el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, en el marco de una recorrida por despachos oficiales que incluyó reuniones para analizar – precisamente- el desarrollo de las obras que se ejecutan en Santa Fe. Dos de ellas – Plan Circunvalar y ampliación de la planta potabilizadora en esa ciudad- , de hecho, motivaron los primeros conflictos con obreros suspendidos. Todo, en la previa de un cierre de listas que operará en menos de una semana.