Por Raúl Emilio Acosta
Uno de los mas importantes cuentistas de Argentina fue Riestra, Jorge Riestra. También está en el juego Roberto Fontanarrosa. El mas importante narrador santafesino es Juan José Saer, el “Turco” Saer.
Por Raúl Emilio Acosta
Uno de los mas importantes cuentistas de Argentina fue Riestra, Jorge Riestra. También está en el juego Roberto Fontanarrosa. El mas importante narrador santafesino es Juan José Saer, el “Turco” Saer.
A Saer pocos lo tratamos en Rosario y la vida de Riestra y Fontanarrosa en Ciudad de Santa Fe es bastante anónima. Algo pasa.
Entre los más importantes poetas argentinos debe mencionarse a José Pedroni, Migno, Madrejón, Hugo Diz, Concepción Bertone, Héctor Berenger y músicos como Guastavino -tal vez el más alto- y nombres como Hugo Gola, Gastón Gori, Ariel Ramírez, Aissemberg (foráneo pero de aquí) Guarany, el Cholo Montironi, Gustavo Beytelman, Néstor Marconi.
La música de El Litoral creció con Claudio Monterrío (Vandenberghe) y “Chacho” Müller. Viene remando Fandermole. Los pintores y diseñadores son muchos. El mas actual Piazza. Pocos como “el viejito” Ouvrard o Gustavo Cochet. Aquí se para la nómina. Para no cansar. Es mas grande y extensa como ignorada. Algo nos pasa.
LA CINTA DE MOEBIUS
Esas causalidades (nada de cuanto nos ocurre es casual, simple azar y capricho) hace que vuelva a “Cultura” el último que estuviese en ese cargo cuando cayó el peronismo provincial en mitad del mas fenomenal tiempo de los K. En el 2007. Allí apareció Cultura como Ministerio. Aquel que se fue con Obeid era el bajista y sonidista Jorge Llonch. Un músico. Le siguió la señora María de los Ángeles González, “ la Chiqui”, que Hermes Binner trajese a la función pública. Se ha ido “la Chiqui” y vuelve Jorge Llonch, ahora como ministro.
Se aduce que fue una designación de los tiempos finales, pocos días antes del 11 de diciembre de 2019. Lo dicho. No hay casualidades. El Gobernador Perotti eligió personalidades que ya habían estado en la función pública en todos los sitios importantes. Educación, Salud, Seguridad (los tres pilares del contractualismo) y pone a Llonch al frente de un ministerio.
Todos 12 años más viejos. Todos sabiendo cómo son las paredes y los timbres. En Cultura también.
Dos elementos de fondo y simbólicos. El título formal del ministerio. Creo que es “Cultura”, sin el acople de “Innovación”, agregado verdaderamente anacrónico o ucrónico. Definir la cultura como innovación o diferenciarlas es un concepto equívoco. La otra cuestión es presupuestaria. El presupuesto oficial de cultura no llega al 1 % del presupuesto total del Poder Ejecutivo Provincial. En rigor es el 0,4 a 0,7 del 100, una cifra que parece grande. Parece. No lo es.
En la cinta de Moebius uno parece que va hacia delante y termina en el mismo lugar. Algo nos pasa.
PRECISAMOS UTOPÍAS
El título de una canción del grupo que comandaba Héctor “Pichi” Debenedictis, de su autoría, era el que se menciona. Utopía es, en segunda acepción “un buen lugar”. El Ministerio de Cultura, en esta etapa peronista de la provincia de Santa Fe, necesita buscar ese destino, la Utopía. También un buen lugar.
No he sido, no soy un aplaudidor de “La Chiqui”; sostengo que personalizar la cultura al punto que todo gire alrededor de una creatividad como la suya no fue bueno para el total y si para su sistema planetario. Un fenomenal sistema planetario, acorde a su cerebro. Fueron años de “El planeta Chiqui”.
Hoy Llonch debe, si quiere sobrevivir, sostener como buena la tarea de su antecesora. El tiempo define, no los contemporáneos. La “museificación” del pasado era tendencia en otro siglo; en este no.
Doy ejemplos: el Centro Cultural Bernardino Rivadavia fue re denominado Centro Cultural Roberto Fontanarrosa. Con el mismo presupuesto, los mismos ascensores cansinos y peligrosos y la misma quietud. No fue un cambio. Fue un título. Es Municipal. Sirve para no creer que sólo la chiqui desafina. No es un nombre o un título. Es qué se hace. La “Chiqui” definió titulares importantes.
Un amigo escribió: “El almanaque ya cambió. Ahora debemos cambiar nosotros”. Recibió 150.000 visitas en tuiter. Qué dicen los tuiters de “la Chiqui”. Su Instagram. Su Facebook. Que dice “la Chiqui” en mitad del envión del siglo XXI. Que dicen todas los funcionarios del 2020.
“Lito” Nebbia debería visitar, como funcionario, todos los teatros provinciales dando escuelas sabatinas de lo suyo. No hay ni una editorial musical ni una personalidad que se le acerque. No lo llaman.Rodolfo Páez igual.
El rock del mundo los reconoce y no se los estudia en las escuelas. Escuelas donde música es una materia de relleno y la historia de los santafesinos una ausencia.
No hay registro de las charlas de la ministra González con esos personajes mundiales.
Zapata. Bollea. Néstor Mozzoni. Cánepa. Isaías. Merlo. Hernández Larguía. Los que viven bueno, viven de lo suyo y el Estado paga a otros personajes de los que sólo se sabe su existencia en la nómina. No hay un “blanqueo” del uso de Teatro El Círculo. Fuera de Buenos Aires nada con ésa historia y ésa acústica.
Tampoco han hablado con Raúl Lavié. Vamos, Mateoli nacio, creció, triunfó y murió sin que la provincia se enterase. Los Palmeras son un grano duro, tal vez la confesión de un fracaso o la prepotencia de una oscuridad inatajable.
DINEROS Y CENSURAS
Sin que aparezca objeción, el presupuesto de Cultura depende, para cualquier emprendimiento serio, del dinero que proporcionará, proporcionaba, proporcionaría cualquier otra repartición. A la caja que mas se acudía era a la de la Lotería, pero hay constancia de “mangueos” a otros Ministerios.
La pregunta parece poco menos que obvia, inevitable: ¿se promocionaba lo que quería “La chiqui” o aquello que además, además, además... servía para un cartel de propaganda socialista...?
Gustavo Beytelman, pianista venadense, vive entre París y Amsterdam. Grabó con Piazzolla. Enseña tango. Servía o no servía. El “Peludo” Jorge Cánepa era el mitológico pianista de La Fragata. El músico día por día del noticiero del mediodía. El pianista compositor y arreglador de La Forestal.
Hay pocos “saxos” para tocarlo, enseñar y contar historias como “el chivo” González. Los músicos de la ciudad de Santa Fe lo saben. Deben pagarse entre ellos los viajes para cruzar al trompetista tatengue, Pedro Casís, con el saxofonista canalla.
Walter Operto vive en Rosario y, mas allá de sus logros periodísticos internacionales, nunca “la chiqui” lo escuchó para desarrollar propuestas teatrales. El peronismo está en deuda con Operto. El socialismo también. En La Bancaria su mas reciente obra es sobre un dialogo Moreau /Evita.
Tengo para mi que charlar con habitantes santafesinos que tenían, tienen su nombre y no se rinden ante su creatividad, conspiró contra el futuro de la cultura como hecho de desafío, riesgo, apertura.
También tengo para mi que no quiso discutir un presupuesto porque parte de su pacto de existencia socio política es inventar y delegar esas ideas (algunas brillantes en su momento)
LA SALIDA ES HACIA ARRIBA
No es sencillo salir de un vendaval de títulos, ideas, propuestas como las que ofertó la”chiqui” en sus primeros años. Sobre el final cierto cansancio la acompañó, cansancio propio y sordera ajena. La suma de las partes fue superior al todo (Gestalt al revés)
Contemporáneos el negro, La chiqui y quien esto escribe, entre muchos de nosotros las historias personales se entrecruzan con los hechos oficiales, los de gobierno, los que suman al futuro. El “negro” no precisó al Estado. La chiqui se adueñó del Estado. Ni bien ni mal. Sucedió. El porvenir es adherir al Siglo XXI y ésa es la deuda de “la chiqui” y la carga de Llonch. (Nota: prometo no escribir, por un tiempo, del tema Cultura. Si así no lo hiciese... Que Borges y Atahualpa me lo demanden).
En la década del 50 un poeta español escribió una poesía manifiesto que Paco Ibáñez musicalizó. Gabriel Celaya la tituló: ”La poesía es un arma cargada de futuro”. Paráfrasis. La cultura es un arma cargada de futuro. Ojalá en la provincia disparen hacia delante. 2020, Siglo XXI. El resto es un olvido del mandato universal: crecer.