Desde joven, en la educación que recibimos, lo primero que nos enseñaron nuestros docentes fue que "nuestros derechos terminan donde comienzan los del otro". Es decir que mi derecho termina donde empieza el de la otra persona. Pasan los años y nos damos cuenta que esto no se respeta. El pueblo, según lo que manifiestan quienes dicen representarlos a través de diversas entidades de la sociedad -distintos movimientos sociales, gremios, subgrupos de esos grupos y cualquiera que diga representarlos como ciudadanos que son-, puede obstaculizar el libre tránsito y el libre comercio (normas constitucionales ambas), o a otros ciudadanos que libremente transitan y comercian debido a sus necesidades diarias normales, pero tienen dificultades para hacerlo.
Es aquí donde uno lee lo establecido por nuestra Constitución Nacional y detecta que lo que está normado no se respeta, porque los "ciudadanos de a pie" nos preguntamos: ¿A nuestros derechos quién los hace respetar, nosotros en forma individual? ¿Ante una agrupación que se arroga un "Derecho de Movilización", que es contrario a lo determinado por la Constitución, quién resguarda nuestros derechos (a transitar, a comerciar, a comprar, a vender, a ir a trabajar)? ¿Qué derecho superior tienen los que se movilizan para hacerlo, muchas veces, haciendo uso de la falta de respeto y la prepotencia?
Parece que no aprendimos que el pueblo –o quienes dicen actuar en su nombre- "no legisla", lo hace solo a través de sus representantes en el Poder Legislativo. Tampoco aprendimos a poner en práctica el derecho constitucional de peticionar correctamente. Entonces, se hacen fuertes los grupos que se "movilizan" y se expresan con su forma de "peticionar" al Poder Legislativo, que es movilizándose, pisoteando los derechos de los demás ciudadanos, los que no participan de dicha movilización.
Lógicamente, surgen preguntas: ¿Si los ciudadanos en grupos o en forma individual no cumplen con las normas constitucionales… quién resguarda los derechos de los "ciudadanos de a pie"? ¿Dónde podemos peticionar, ante quién o ante quiénes? ¿Ante los responsables de hacer cumplir las normas constitucionales, los representantes del Estado? ¿Ante la policía, los fiscales? ¿Realmente podemos llegar a ellos o confiar en ellos, si cuando aparecen en la calle los que determinan en base a su "Derecho de Movilización" quienes son el pueblo y quienes no, los responsables de evitar dicha movilización como algo perjudicial para nuestros derechos (los de los "ciudadanos de a pie"), no lo hacen… y no actúan en el cumplimiento de su deber?
Esto se hizo tan común -nos referimos al "no respeto" a nuestros derechos- que nos hemos acostumbrados y lo tomamos como "defensa de los derechos de los demás", pero nos olvidamos de lo más importante: nuestro derecho individual. El Estado, cualquiera sea su administrador circunstancial, no ha cumplido con el deber de respetar los derechos individuales y constitucionales de los "ciudadanos de a pie". Ahora nos damos cuenta, pero… ¿Qué hicimos? ¿Qué podemos hacer?
La Constitución Nacional, por la cual juran los políticos cuando asumen una función... ¿Será real que conocen uno por uno sus artículos? ¿Si los conocen, por qué no los respetan y los hacen cumplir? Hay anuncios de paros generales, me pregunto: ¿No podrán peticionar como lo establece la máxima norma, a través de nuestros legisladores? ¿O quienes ordenan esos paros son los dueños de la interpretación de las normas (total, saben que el Estado nada hace y menos la Justicia)? Todos sabemos que un paro, aunque no hagan movilizaciones, entorpece a todo lo que signifique producción, al trabajador y a la patria.
¡Viva el cumplimiento del deber, aunque con nuestro Estado y nuestra Justicia, estemos desnudos y a la intemperie! Nuestro derecho (mi derecho) termina donde comienza el del otro. ¿Esta norma constitucional, se cumple? Sí, en parte, seguro: un cincuenta por ciento de los ciudadanos la cumplimos, los que todavía esperamos el respeto a los derechos prescriptos y determinados por la Constitución Nacional. Por eso, Constitución Nacional perdón… como dijo Jesús: "No saben lo que hacen".