Todos los días leemos en los diarios que el "supremo" ministro de Economía, Sergio Massa, hizo viajes a China y a Estados Unidos, como nosotros salimos a caminar hasta la costanera. Entonces me pregunto… ¿Cómo es posible que un ministro tenga tanta potestad para visitar a cuantos países nos abren una puerta, que de pronto se transforma en un brete, o sea algo "sin salida"? Y lo lamentable es que nos siguen otorgando préstamos, sin medir la situación caótica de nuestra economía.
Cuando se habla de préstamos no hay amigos. Solamente hay intereses. Los bancos, como el FMI y los chinos, analizan los intereses que perciben; no les importa el capital, solo quieren los intereses… y los intereses representan el sudor de nuestra frente, nuestro trabajo y esfuerzo. Claro, cada uno busca un interés y los chinos, en el último arreglo, acordaron pautas solo para que les compremos lo que ellos producen; no nos dan un crédito para producir, es para comprarles a ellos. Y si nosotros no vendemos al exterior o sea no exportamos …¿cómo vamos a pagar las Importaciones, si no producimos y vendemos lo producido?
Lo podemos hacer, sí, de una forma: emitiendo billetes. Pero así es como generamos inflación y, pequeño detalle, también más pobreza. Cuando no podemos pagar los intereses, los acreedores nos dan nuevos préstamos, por eso nos siguen -y nos van a seguir- recibiendo y abrazando. No seamos giles.
Nos deberíamos preguntar: ¿Si no podemos pagar más los intereses y no nos pueden dar más créditos, qué nos van a pedir a cambio? Lo llamaremos al actual ministro, o caeremos de rodillas ante nuestros acreedores.
En estos momentos nuestro "súper ministro" está trabajando denodadamente con los acreedores -extranjeros y nacionales-, porque se vienen vencimientos en pesos de 10 billones, en junio, julio y agosto de este año. ¿Cómo va a hacer el Estado Nacional para afrontar estos compromisos? Recurriremos al FMI seguramente (próximo viaje a Estados Unidos) y si no conseguimos un nuevo crédito vamos a recurrir a la máquina de imprimir, para generar más inflación y a la vez más pobreza.
Siempre me pregunto si el Poder Legislativo nacional se reúne o reunirá (que yo sepa, no lo hace) para considerar el "libre albedrío" de los requerimientos de préstamos "sin ton ni son" por parte del Ejecutivo?¿Tendrán algún control sobre la situación?
Lógicamente conozco una fórmula que justifica requerir préstamos y es para ser usados por productores e industriales, que los usan para producir bienes y generar trabajo. Y con trabajo generamos movilidad social. Además de generar fondos por exportaciones. ¿Es tan difícil?
¿Cuesta tanto trabajo al Estado ser austero? ¿Cuesta tanto trabajo ser buenos administradores? ¡¿Qué nos pasa?! No somos lo exigentes que deberíamos ser, no se nota demasiada preocupación. Pero igual tengo un sueño: cuando en diciembre haya renovación política, se podrá hacer una Comisión de Notables para analizar los préstamos recibidos y su utilización.
La verdad, hay tanto despilfarro que seguimos generando créditos con fechas de vencimiento para nuestros nietos (que futuro les dejamos). Por lo que a nuestro futuro lo podemos predecir. Lógicamente es para aquellos que nos vamos a quedar en nuestra patria (dentro de lo posible cuando los anteriores y los actuales gobernantes ya no vivan en ella), el verdadero pueblo, que seguirá recibiendo de las naciones acreedoras un plato de arroz y verá cómo siguen explotando nuestras tierras.
Cuando leo que nuestros representantes, los que administran los bienes de la patria, van al exterior a solicitar que inviertan en Argentina, evidentemente desconocen que las grandes empresas ya son extranjeras. A nosotros solo nos quedan algunas medianas empresas y… ¿Con qué futuro?
"La realidad es la única verdad", ese es nuestro futuro. Mientras los que gobiernan y la oposición continúen de esta manera, nuestro futuro lo podemos avizorar en el horizonte gris de la desesperanza. Loas a nuestros hijos políticos que administran al Estado, que nos entregan de pies y manos, y además nos dejan en la telaraña del narcotráfico. Les pido que me entiendan: me duele la patria.