Por Pablo Crippa (*)
Por Pablo Crippa (*)
El 5 de octubre se celebra en Argentina el Día del Camino y la Educación Vial, un día especial para promover la educación vial y lograr un cambio cultural en el que prevalezca el respeto de las normas de convivencia vial y el cuidado de la vida. El Día del Camino y de la Educación Vial, fecha institucionalizada para recordar el 5 de octubre de 1925 cuando se celebró en Buenos Aires el Primer Congreso Panamericano de Carreteras que marcó el inicio de la expansión de las rutas en el país y fue símbolo de la integración entre los pueblos y el desarrollo.
Mientras crece el parque automotor y se complejiza la movilidad en las ciudades, el rol de las escuelas, o, mejor dicho, de la totalidad de los ámbitos de formación, es incorporar la Educación Vial a sus currículas. ya que se trata de una necesidad "imperiosa" de la sociedad, casi exigida, pero no menos significativa, ya que se insertan en el sistema educativo con intención de darle una orientación definida, por ejemplo, la educación sexual, la educación ambiental, la educación en derechos humanos, la educación para el consumo, y tantas otras que podrían sumarse. En todos estos casos, se trata de temáticas que transcienden los límites o alcances de las materias tradicionales de enseñanza y sus procesos, por lo que requieren de reordenamientos curriculares, docentes innovadores estrategias superadoras, que no siempre son fáciles de formular o sencillas de trasladar a las prácticas efectivas de enseñanza.
El Estado es el encargado de diseñar un sistema de tránsito y de circulación eficiente y seguro, de garantizar las mejores condiciones de movilidad, y de ejercer el control y la sanción en los casos de incumplimiento de la normativa que regula dicha circulación; también es responsable de promover e impulsar una nueva cultura vial que se proyecte hacia la mejora de la calidad de vida de todos/as los/las ciudadanos/as. La implementación de propuestas desde una nueva lógica de la Educación Vial superadora del modelo tradicional limitado a la transmisión de la normativa de tránsito vigente es determinante. De este modo, los aportes educativos que se promueven exceden un planteo del problema desde un enfoque meramente normativo, para emprender un abordaje desde una perspectiva transversal, desarrollando una "educación del transeúnte"; desde los aportes conceptuales específicos de las diferentes áreas curriculares focalizando la problemática vial de modo transversal y en articulación con la diversidad cultural y geográfica de cada institución.
El trabajo sostenido en instituciones escolares debe garantizar un importante aporte respecto a la remoción de saberes de sentido común y por tanto de conductas naturalizadas y sedimentadas respecto de las significaciones y representaciones acerca de la problemática vial para dar lugar a una transformación de los saberes y de las conductas ciudadanas al respecto. Las ejecuciones de estas políticas integrales tienen que favorecer a la educación de los/las santafesinos- entendiendo que toda formación guarda estrecha vinculación y coherencia con una reglamentación que la legitime y garantice en sus etapas de implementación.
Se considera esencial retomar urgentemente las políticas educativas direccionadas a la nueva cultura vial a través de las instituciones escolares del sistema educativo, que apunte a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Esto implica asumir la tarea central de formación para la comprensión de la complejidad de las situaciones de movilidad en la vía pública, el conocimiento de las regulaciones que favorecen la circulación segura, la reflexión sobre las causas que provocan los altos índices de siniestralidad y la toma de conciencia orientada a la prevención de siniestros viales. El respeto por la vida y la de los otros y otras es la base para abordar las causas de cualquier conducta de riesgo. En este sentido, el aula, no como la conocemos, debe ser el espacio propicio para el auto cuidado y el cuidado del otro y la otra, así como también el respeto por las normas de convivencia en el espacio público.
(*) Subdirector de Tránsito y Seguridad Vial municipal.