Los liderazgos en política se construyen en el día a día, en la tarea, en el contacto, en la ejecución. La desaparición de un líder deja un vacío que será ocupando por otro u otros dirigentes con sus diferencias y particularidades. Tiempo al tiempo.
Con la definición de autoridades en la Cámara vendrán las decisiones legislativas. En el medio, el proceso pre electoral amenaza romper la mayoría del Frente Progresista.
Los liderazgos en política se construyen en el día a día, en la tarea, en el contacto, en la ejecución. La desaparición de un líder deja un vacío que será ocupando por otro u otros dirigentes con sus diferencias y particularidades. Tiempo al tiempo.
Miguel Lifschitz era un líder y ejerció ese liderazgo siendo intendente de Rosario, luego como gobernador de Santa Fe y en la Cámara de Diputados donde llegó encabezando una lista ampliamente respaldada por el voto de la ciudadanía. "Una lista con gente joven y paridad para trabajar en la renovación de la dirigencia santafesina" como señalara el socialista Joaquín Blanco en el homenaje al fallecido dirigente.
Ante la muerte de Lifschitz, la Cámara de Diputados está armando su nueva estructura de poder, el nuevo mapa de funcionamiento interno y está claro que la definición no es de un día para otro, ni de una semana hacia otra. El cambio además se produce en un año electoral, en un cuerpo donde la mayoría es de un color político diferente o de una policromonía variopinta a la alianza que gobierna desde el Poder Ejecutivo la provincia de Santa Fe.
Pablo Farías, socialista, asumió el enorme desafío de presidir la Cámara Joven con el voto unánime de sus pares, pero en dos semanas el cuerpo no pudo darse la elección de los dos vicepresidentes ni aún ordenar las autoridades de comisiones, paso éste último que se dará la semana venidera.
Lifschitz ordenaba internamente las pujas entre socialistas y radicales en el Frente Progresista. Pero también ofrecía esperanza hacia el futuro electoral. Con Lifschitz, el Frente llegaba ordenado al recinto y esa solidez permitía también ordenar a los restantes bloques opositores que vieron perder protagonismo y fuerza política, salvo que ensayaran acercamientos con el Frente.
Ahora, ya con el proceso electoral en marcha, las grietas en el Frente se advierten. El socialismo ensayará el camino que les había marcado Lifschitz de ser opción entre kirchnerismo y Juntos por el Cambio. La mayoría del bloque radical entiende que en Santa Fe hay que hacer un frente grande y busca referentes nacionales que están en Juntos por el Cambio. Lo mismo está haciendo el PDP. Gen y Creo no siguen esos caminos. A propósito de Creo, no son pocos los que miran los pasos que da Ariel Bermúdez, el legislador de ese espacio que tiene como referente a Pablo Javkin. "Debemos saber diferenciar el proceso electoral nacional con sus alianzas y el proceso municipal y comunal con otras alianzas" dice un realista legislador frentista no encolumnado ni en el socialismo ni en el radicalismo.
La Casa Gris conoce ese panorama y aceleró la construcción de puentes hacia la Legislatura. El Ejecutivo dejó de lado la ignorancia o el desprecio hacia otro poder de los primeros tiempos de Omar Perotti y empezó a tender líneas de aproximación. Los primeros acercamientos al socialismo fueron con el propio Lifschitz. Los ministros Roberto Sukerman y Marcos Corach saludaron la elección de Farías en forma inmediata. Esta semana fue el propio Perotti quien llamó al socialista a desearle suerte y hacer un compromiso de trabajo conjunto.
En ese marco, corren los plazos y la Cámara debe resolver el veto a la llamada 'ley de incompatibilidades' que había logrado fuerte consenso al momento de su aprobación allá en noviembre pasado. Es una norma que pretende evitar el cruce de funcionarios de la política al Ministerio Público de la Acusación o al sistema de Defensa Pública. Hubo algún pedido del bloque justicialista el jueves último para diferir el tratamiento una semana con el vago compromiso de retirar la enmienda. El Frente Progresista se vio obligado a aceptar el pedido ante el guiño de otros sectores. El jueves venidero dicen tener los votos necesarios para rechazar el veto. "No será la ruptura del diálogo. No deberá interpretarse con una marcha atrás en el camino de reconstruir una relación" aclaró un socialista, seguro de los votos que pondrán en la virtualidad de la sesión del jueves para ratificar la aplicación de la ley.