Acorralado por la falta de divisas que permitan al menos sostener el actual nivel de producción -que viene mostrando claros signos de ir ralentizándose, sobre todo en la industria-, el gobierno nacional relanzó la semana que pasó el "dólar soja", buscando un ingreso adicional de dólares para enfrentar los meses que vienen.
En esta primera semana el resultado estuvo en línea con las expectativas oficiales, ya que el Banco Central compró 457 millones de dólares de los 3.000 millones que apunta a recaudar este mes.
La segunda buena noticia del viernes fue que el FMI y el equipo económico argentino llegaron a un acuerdo sobre la tercera revisión del programa, lo cual allana el camino para un próximo desembolso de US$ 6.000 millones antes de fin de año.
La otra medida que tomó el gobierno para "administrar" las divisas fue cambiar el sistema que controla las importaciones y que, de acuerdo con lo dicho incluso por los propios funcionarios, está muy lejos de haber sido una solución, ya que el flujo de importaciones no se normalizó y las reservas del Banco Central siguieron cayendo.
En este sentido, la semana que pasó la Unión Industrial Argentina abordó el tema en su reunión de Comisión Directiva, donde concluyó que el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) vigentes desde octubre, está provocando "graves dificultades" para el acceso a insumos, el pago efectivo a proveedores del exterior y la falta de financiamiento para los plazos establecidos.
Dos días después, advertido por la comunicación, el ministro Sergio Massa se comprometió en una reunión que mantuvo con los empresarios de la industria de la alimentación a aprobar operaciones de importación en los próximos 15 días, para permitir que el abastecimiento de insumos importados de las empresas esté garantizado y la producción no se ralentice. También hubo un compromiso del gobierno para reducir el plazo de acceso a las divisas a las automotrices para la importación de autopartes de 180 a 60 días.
Sobre el tema, la "buena noticia" que provocaron las restricciones a las importaciones fue que, después de 11 meses, Argentina recuperó el superávit comercial con Brasil, con un saldo favorable de US$ 57 millones. El déficit comercial bilateral acumulado entre enero y noviembre ascendió a US$ 2.238 millones, muy superior al de US$ 26 millones registrado en similar lapso de 2021. El gobierno aspira a que este año las exportaciones totales ronden los u$s 100 mil millones, meta que no parece fácil de alcanzar.
Pero estas medidas que está tomando el gobierno nacional, para hacerse de las divisas necesarias para atender los compromisos del comercio exterior y el pago de las obligaciones, entran en colisión con otras que toma para bajar la inflación, lo que provoca alteraciones en el desarrollo de algunas actividades económicas.
En este sentido, la semana que pasó la Cámara de Biocombustibles de la Unión Industrial de Santa Fe emitió un duro comunicado donde cuestiona algunas decisiones "políticas y económicas" del gobierno nacional, "que ponen en situación de vulnerabilidad a riesgo de transformar en económicamente inviables" las empresas pymes del sector, que generan en la provincia el 80 % de todo el biodiésel del país y que permiten un ahorro de divisas por importaciones de combustibles.
Las dos medidas que cuestionan son, en primer término, la no fijación del precio de referencia por parte de la secretaría de Energía de la Nación para el precio de los biocombustibles que, según dicen en base a versiones, se autorizaría a partir del 15 de noviembre y no del 1 de noviembre, mientras autorizó a las petroleras a recomponer sus precios desde el 3 de noviembre, perjudicándolos. En segundo término, la reedición del dólar soja disparó los precios del principal insumo, al mismo tiempo que el gobierno acuerda con las petroleras que los precios hasta marzo no podrán aumentar más del 4%, en un contexto donde la devaluación mensual supera el 7%.
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