Domingo 13.10.2024
/Última actualización 14:16
La palabra dólar es la que más titulares se lleva todos los días desde hace años. Siempre escuchamos que está atrasado o apreciado, que es necesaria una devaluación o que simplemente no alcanzan. En este sentido, me parece útil aclarar algunas cuestiones, hablar "del dólar" resulta un poco abstracto, ya que las actuales restricciones cambiarias provocan la existencia de múltiples tipos de cambio. ¿Cuál sería el más representativo de la economía?
Si tomamos el tipo de cambio oficial, es decir el que se utiliza en el mal llamado Mercado Único y Libre de Cambios (que no es libre ni único), resulta casi una perogrullada que el precio del dólar ahí es demasiado barato. No obstante, si analizamos los valores de los dólares financieros, vemos que sus precios están por debajo de lo que llegaron a estar a principios de año, de hecho comprar dólares fue la peor "inversión" de 2024. Más allá de que el problema de fondo sea otro -el dólar es solo un precio más de la economía-, dada su influencia en el sistema económico, es necesario analizar qué tan depreciado está. si es necesario un salto cambiario y por qué.
La competencia internacional
En primer lugar, para saber si el precio de un bien es alto o bajo deberíamos medirlo en comparación con el precio de otro bien relacionado. Para lograr esto, analizamos el Índice de Tipos de Cambios Multilateral. Este índice es elaborado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y mide el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto al de sus principales doce socios comerciales. Básicamente, lo que hace este índice es ponderar el nivel de precios de cada país con su tipo de cambio, dando como resultado una medida de competitividad internacional.
Evolución del Índice de Tipo de Cambio Multilateral (ITCM). Ponderaciones actuales: Brasil, 32%; Estados Unidos, 12%; China, 16%; Zona del Euro, 19%. Fuente: BCRA e Indec. Si analizamos el gráfico que acompaña estas líneas, vemos que el tipo de cambio real actual, está en valores similares a octubre 2015, dos meses previos a la asunción de Mauricio Macri, cuando el cepo puesto por Cristina Fernández de Kirchner generaba un atraso cambiario y una pérdida de reservas insostenible. Si retrocedemos un poco más en el tiempo, vemos que el tipo de cambio real, se acerca al que regía en diciembre de 2001, donde la rigidez que imponía el régimen de convertibilidad generó un atraso cambiario y una falta de competitividad insostenible que terminó con una de las mayores crisis económicas de nuestra historia.
Actualidad y Perspectivas
En este contexto, lo que resulta más llamativo, es que el gobierno nacional envía un presupuesto al Congreso, que prevé una mayor apreciación del peso, es decir, se estima un aumento de la inflación mayor al aumento del tipo de cambio. De esta forma, nuestros productos se van a encarecer cada vez más en comparación con los productos de todos los países con los cuales comerciamos, generando un mayor déficit en la balanza de pagos y su consecuente pérdida de reservas.
Si bien el blanqueo, el desahorro de las familias y la limitada emisión monetaria, harán que no exista una gran presión sobre el dólar, el resultado a largo plazo -si no se modifican la políticas- será el quiebre de gran parte de la industria, un mayor desempleo y un estancamiento del PBI. Por otro lado, es destacable el equilibrio fiscal y la baja de la inflación alcanzada, pero el problema es el papel que juega la tasa de depreciación del tipo de cambio (crawling peg). Es decir, el ancla de los precios termina siendo el tipo de cambio y ahí está la insostenibilidad del modelo. De hecho, la estabilidad de los dólares blue y MEP, no es resultado de un movimiento "libre" de capitales sino de la intervención que realiza el BCRA.
El gobierno conoce esas fallas y pone cada vez más condiciones para hablar de una reunificación cambiaria. Esto se debe a que una salida total del cepo llevaría tarde o temprano a un salto devaluatorio, generando un incremento de igual magnitud del precio de las importaciones y parcial de las exportaciones, con su consecuente impacto sobre tasa de inflación actual y futura. Tanto es el temor que tiene el gobierno a ese escenario, que Ricardo Arriazu, uno de los economistas que más apoya la estrategia económica del ministro Luis Caputo, ha dicho que "si el gobierno devalúa se acabó el programa, se acabó Milei, se acabó todo".
Institucionalidad económica
¿Cuánto tiempo se pueden sostener los precios atados a un tipo de cambio cuasi fijo? En la década de los 90 duró varios años, pero en ese momento hubo una gran entrada de capitales producto de las grandes privatizaciones, crédito barato y las buenas perspectivas que había a nivel mundial sobre la Argentina, hoy el escenario es muy distinto. Sin embargo, la crisis o el estancamiento no son el único resultado posible, ya que el gobierno está llevando adelante una serie de reformas estructurales que pueden ayudar a impulsar la economía.
Esas reformas, justamente, deberían complementarse con una unificación del tipo de cambio enmarcada en una mayor estabilidad y liberalización de la economía, permitiendo así, una afluencia mucho mayor de inversiones. Este escenario podría marcar el inicio de un cambio de paradigma, que implique una nueva institucionalidad económica que pueda sostenerse en el tiempo. De esta forma, el plan conseguiría no sólo una inflación controlada, sino también una fuerte reactivación de la economía y una mayor perspectiva de crecimiento a largo plazo.