Domingo 11.6.2023
/Última actualización 14:22
A pocos meses del fin de un gobierno -tanto nacional como provincial- que pasa con más penas que gloria, ya se percibe en el aire la urgencia del cortoplacismo. Alimentada por distintos dirigentes que ofrecen soluciones mágicas a problemas estructurales y postergan una vez más, la construcción de los consensos necesarios para definir qué modelo de desarrollo queremos implementar en nuestro país y qué instituciones necesitamos para sostenerlo.
Pero… ¿Qué son las instituciones? Siguiendo a Douglas North (Premio Nobel de Economía), podemos decir que son las reglas de juego de una sociedad. Estas reglas no tienen que ser rígidas, al contrario, deben adaptarse a los cambios que se producen en una sociedad, pero siempre dentro de un marco de orden y previsibilidad. En este sentido, hablar de instituciones o reglas de juego podría interpretarse como algo abstracto o difícil de identificar.
Entonces, específicamente… ¿Cuáles serían esas instituciones que definen el desarrollo? Existen muchas organizaciones internacionales que desde hace décadas se dedican a analizar la calidad institucional y el impacto sobre la economía y el desarrollo de los diferentes países. Los estudios abarcan múltiples campos interrelacionados y la influencia es muy compleja, pero podemos destacar como sumamente determinantes a las siguientes:
● Calidad democrática: Marco democrático y pluralista con reglas de acceso simples, gran participación ciudadana y mecanismos eficientes de control sobre el poder político.
● Estado de derecho: El imperio de la ley como instancia de resolución de conflictos entre privados, y entre el Estado y la sociedad.
● Educación: Entendida no solo como la capacitación y formación de todos los habitantes de nuestro país. Sino también como la capacidad técnica por parte del Estado, de generar políticas públicas y gobiernos de calidad.
● Integración Internacional: El comercio, la cooperación y la integración de Argentina con el resto del mundo, es fundamental para lograr un crecimiento y desarrollo sostenido.
Nuestro país tiene grandes problemas económicos y sociales, como la inestabilidad macroeconómica, la inseguridad, pobreza, inflación, educación, presión impositiva, falta de divisas, desempleo y todo tipo de distorsiones. Pero estos problemas no se solucionan solo con una mejora presupuestaria, un cambio de autoridades o un crédito del FMI. Se necesita un cambio estructural basado en instituciones fuertes, que sean respetadas por toda la sociedad.
Es decir, un buen programa económico de gobierno, puede lograr cierto crecimiento y estabilidad, pero si queremos tener un país desarrollado, debemos tener las instituciones de los países desarrollado y no solo sus políticas económicas.
Como sociedad deberíamos exigir que cualquier candidato con posibilidades electorales incluya sus objetivos de gobierno en una plataforma electoral, pero también ir un poco más allá y demandar que todos los actores con responsabilidad social trabajen para lograr la unidad que necesitamos para salir de esta crisis estructural que ya lleva décadas. No todos somos parte del problema, pero todos podemos ser parte de la solución.
Licenciado Raúl Ochoa y Gómez, Economista.