¿Cuántos años hace que tenemos en nuestra patria, una política que es exclusivamente económica-financiera? Es por eso que me hago la misma pregunta siempre: ¿Hemos avanzado en la producción? ¡No! No hemos avanzado. Al contrario, hemos retrocedido y encima continuamos con la política de persistir en nuestros errores. Es decir: no somos conscientes de que el único animal que choca una sola vez con la piedra es el burro. Y, si bien nosotros deberíamos quedarnos tranquilos porque no somos burro, somos algo peor… somos "burros con bonete".
Desde el gobierno nacional se resuelve sistemáticamente emitir moneda "a diestra y siniestra", quitándole autonomía al Banco Central de República Argentina. Además terminan aumentando los intereses que se reconocen en las colocaciones bancarias y en nuestros títulos de empréstitos. Entonces queda muy claro que no hemos aprendido nada de lo acontecido en décadas pasadas con el peso, ya que le hemos anulado trece ceros (¡13 ceros!!!) en los últimos cincuenta años aproximadamente (*). Pero parece que esto no tuvo ninguna significación en la economía de la producción. Y no escucho a un solo político hacer algún comentario sobre lo que yo llamo "Nuestra historia económica". Tendrían que ir a ella para indagar e informarse.
Hoy se toman resoluciones que ni siquiera se oficializan en el Boletín Oficial. ¿Qué es la producción, qué es lo que implica, simplemente ciudadanos que invierten para generar materias primas que sirven para fabricar elementos necesarios para el trabajo; generan comercios para la venta de los productos fabricados, para cubrir las necesidades primarias de los ciudadanos. Se trata de personas que arriesgan día a día su capital, que es el que genera trabajo, por los vaivenes a los que los someten los que gobiernan y administran los bienes del Estado en nombre del pueblo.
Para que exista trabajo, para quienes no pueden generar una industria, una producción, un comercio, existen los empresarios de las distintas ramas que posibilitan que exista un trabajo digno para los ciudadanos. Podríamos coexistir en el marco de un trabajo mancomunado, pero parece que hoy -y desde ya hace muchos años- vemos que no podemos coexistir. Y eso es así debido a los desmanes generados desde la Administración del Estado, principalmente.
Por más eruditos que pululen hablando de economía -no se habla de otra cosa, es cierto- en realidad no se habla de la administración del Estado concreto; no se habla de austeridad; no se habla de honradez; no se habla de que un gran porcentaje de la población trabaja en negro, y no hago más detalle porque no me alcanza el papel donde escribo.
Solamente los eruditos hablan de economía y los comunes como nosotros nos sonreímos. ¿Por qué? Porque esta gente que hoy está en el Ministerio de Economía, incluso los candidatos posibles a ministros de Economía, nos siguen envolviendo en el "Verso de Isidorito", que siempre vivió de arriba y nunca trabajó. Ellos también… nunca hicieron nada por los demás, solamente negocios personales.
Señores políticos, la patria, nuestra patria, gracias a ustedes hoy está como está. Tenemos la crisis más preocupante de nuestra existencia; debería darles vergüenza, porque no tienen la capacidad de resolver la situación que han generado por no respetar la historia de nuestros abuelos. Ellos, de los cuales muchos no eran argentinos, dieron las gracias de poder trabajar y producir en este dichoso país, generar riquezas que hoy todavía perduran.
Entre el diezmo y los subsidios
Ahora bien… ¿Qué hacer? Una de las formas que considero sería útil para empezar a solucionar la crisis que nos causa congoja es eliminando los 167 impuestos que debe soportar el que produce y a partir de ahí generar uno solo, como aquel al que recurrió por primera vez la comunidad judía y copiaron luego los primeros cristianos: el diezmo. Porque el diezmo es parejo para todos. Y creo que tan mal no les ha ido ni a judíos ni a cristianos recurriendo a él, puesto que a mi entender dominan el mundo.
Para que se desarrolle la producción, los bancos no deberían dar tributos. Los bancos están para apoyar a los que producen y ello conlleva a generar trabajo, no subsidios. Los subsidios representan la decadencia más manifiesta de los últimos cuarenta años en Argentina. Por eso mismo, lo que planteo es: no más impuestos distorsivos, no más plazos fijos, no más dólares, no más impresión de billetes; sí sociedades por acciones, con garantía que reemplace a la usura de las entidades financieras. Porque si estas últimas pagan intereses que son exagerados lo que generan es una acción que es contraria a la producción, y entonces los que producen no pueden pagar dichos intereses y así se rompe la continuidad productiva.
Los empresarios importantes de nuestra patria generaron un documento en Buenos Aires donde plantean varios puntos, para que los que administren el país los escuchen. Leyendo las propuestas, digo que son de un nivel mediocre y que es una vergüenza que no tengan una mejor oferta para el desarrollo de la patria productiva; son propuestas de ocasión, que revelan que persisten como empresarios. Trabajan en negro y no son contundentes cuando se refieren a los abusivos impuestos.
Me pregunto, si estos empresarios opinan de esa manera, pobre Argentina con ellos. Seguro que en sus empresas engañan al fisco y que "siga la joda". Los empresarios deberían ser a los que primeros que se los escuche desde el ámbito de la política, porque son capaces de generar producción, además de trabajo, en dichas declaraciones, dejan entrever, que ellos siempre arreglan con cualquiera que gobierne.
¿En qué se diferencian los empresarios de los gremialistas, nadie habla con sinceridad y menos hablan de la patria, les importa un "pomo", como decíamos antes? Ellos están bien y los políticos, tranquilos, se refriegan las manos. Estos sectores solamente piensan en hacer "la personal" y así nos va. Podremos un día, primero: ser éticos, honestos. Segundo: hacer honor a Jesús y hacer algo por los demás sin robarles. Tercero: no ser corruptos y vivir con la dignidad del trabajo. Cuarto (pequeño detalle): no mentir, que es un pecado capital… pero alguien se acuerda de esto. ¡Pobre Jesús!
¡Qué nos pasa! ¿Podremos darnos un baño de sinceridad, de vergüenza y hacer lo que prometemos para forjar una patria digna? El pueblo trabajador no se merece semejante tropelía. ¡Señor, son muchos los corruptos, pero te garantizo que somos más las buenas personas! ¡No merecemos este castigo! Por todo eso, lo repito: me duele la patria.
Aclaración:
(*) En 1970 se le quitaron dos ceros al Peso Moneda Nacional (M$N) y fue creado el Peso Ley 18188 ($ Ley), que circuló oficialmente hasta 1983, cuando -todavía en tiempos de la dictadura militar- se estableció el denominado Peso Argentino ($a), tras quitarle cuatro ceros a su antecesor. El "nuevo" peso duró muy poco en circulación, apenas hasta 1985, puesto que durante el gobierno de Raúl Alfonsín se quitaron otros tres ceros para crear el Austral, cuyo símbolo identificatorio era una A mayúscula atravesada horizontalmente por dos líneas paralelas. Esta moneda duraría hasta 1991 -siendo presidente Carlos Menem-, año en el que surgió, con cuatro ceros menos, el llamado Peso "convertible" ($), establecido por la Ley de Convertibilidad (de allí su nombre de referencia) y en uso desde el 1 de enero de 1992 en adelante. El Peso Moneda Nacional, vigente entre 1881 y 1969, había sucedido al Peso Moneda Corriente ($ m/c), oficial entre 1826 y 1881.