Por Erica Hynes (*)
Volver a la escuela. Será necesario implementar protocolos sanitarios que incluyan reasignación de espacios, ventilación y acceso a dispositivos de higiene.
Por Erica Hynes (*)
La pandemia provocada por el virus COVID 19 produjo el mayor cierre educativo simultáneo de la historia. En marzo todos los países decidieron pasar la educación a formatos no presenciales por diferentes períodos. Argentina dispuso el cierre de las escuelas a pocos días del inicio del ciclo lectivo 2020, y aun no se retomó de manera presencial. Esto no implica que durante este tiempo no se dictaron clases ni se habló de educación. Por el contrario, la continuidad pedagógica junto con la prevención sanitaria se puso entre los objetivos de los gobiernos nacional y provincial, y se enfocó la mirada sobre los educadores y las familias para conservar ese vínculo. Sin embargo, esta atención en lo discursivo no tuvo su correlato en políticas concretas y en medidas acordes por parte de los ejecutivos.
En estos meses se hizo evidente la importancia de la escuela y toda su comunidad en el funcionamiento social. También se revalorizó en las familias el esfuerzo y acompañamiento que implica enseñar y aprender. Esta renovada conciencia pública sobre el valor de la educación debe ser estratégicamente desplegada para aumentar la participación y el vínculo con las escuelas, en especial en un contexto de competencia por recursos económicos escasos.
En este momento tiene sentido pensar acciones concretas para el cierre escolar 2020 y el inicio del ciclo 2021, sin entrar en polémicas sobre lo que se hizo bien o mal, ni forzar discusiones como la vuelta a las aulas. Hay que pensar y actuar sin pérdida de tiempo, convocando a las familias y las comunidades escolares, y otorgar horizontes de previsibilidad. Es en el marco de esa búsqueda de consenso y diálogo que presentamos las siguientes iniciativas.
Cierre de ciclos y puentes de niveles. En este momento es clave definir el cierre de ciclos y el pasaje entre niveles. Se deben establecer las acciones para enlazar primaria y secundaria y para dar por finalizado el ciclo secundario con las acreditaciones necesarias, que deben ser comunicadas claramente y dar margen para intercambiar y aclarar dudas.
Revinculación. Se estima que 80 mil alumnos de toda la provincia nunca se vincularon con sus establecimientos escolares o cuerpos docentes. Si bien se realizó la entrega de un cuadernillo físico, muchos estudiantes tuvieron contactos esporádicos con la escuela y el material enviado. El acceso a la conectividad, pero también las diferencias en los hogares en cuanto a las posibilidades de acompañar el aprendizaje, marcaron desigualdades. Es urgente un plan de revinculación y prevención de la deserción, que debe comenzar por un relevamiento, e incluir estrategias de recuperación del vínculo y remediación de los aprendizajes rezagados.
Primer grado y alfabetización. El proceso de alfabetización es complejo y requiere deferentes abordajes pedagógicos. En virtualidad es quizás la etapa más crítica, porque involucra a alumnos que no trabajan de manera autónoma y que deben adquirir herramientas de forma gradual, bajo la supervisión y acompañamiento constante. Las familias y las personas cuidadoras con niños y niñas en primer grado deben contar con actividades y seguimiento especial para poder acompañar a los estudiantes en este proceso.
Acompañamiento para familia y cuidadores. Las familias y las personas que dan cuidado y asistencia se convirtieron en los principales asistentes escolares. Para acompañar el aprendizaje en casa o híbrido es necesario establecer un sistema de ayuda a quienes acompañan en los hogares, que va desde el uso de dispositivos y plataformas hasta explicación de los contenidos. Este espacio debe diseñarse de forma innovadora, sin banalizar los procesos de enseñanza y aprendizaje cuyos protagonistas son el estudiantado y los educadores.
Acompañamiento a personal docente. Maestras, maestros y profesores tuvieron que adaptarse a nuevos medios para impartir la enseñanza, todo ello en emergencia y sin tiempos de entrenamiento o capacitación. ¿Cómo fue esa adaptación? ¿Podemos valorarla en términos de proporciones y de resultados? ¿Cómo se distribuyó la carga de trabajo al interior del cuerpo docente, entre los hogares y la escuela, qué tensiones se generaron, cómo pueden resolverse? En este encierro pandémico la escuela no tuvo tiempo para repensarse, pero debemos hacerlo cuanto antes y transformar esta experiencia en políticas concretas para 2021. Apoyo a quienes enseñan y hacen trabajo doméstico, distribución clara de los horarios, acompañamiento con equipos de pares, redes a cargo de docentes reemplazantes que hoy se encuentran sin acceso a reemplazos, y asistencia del estado en conectividad, dispositivos, capacitaciones para mejorar la competencia digital son algunos ejemplos.
Acreditación de conocimientos adquiridos en 2020. Se deben consensuar y divulgar claramente cómo se van a acreditar los conocimientos, habilidades y competencias que se adquirieron durante el aprendizaje remoto. Para los docentes implica convalidar el trabajo de todo el año y para los alumnos demostrar su formación autónoma. Esta instancia permitirá planificar el 2021 y organizar los contenidos para una eventual vuelta a la escuela o a un sistema híbrido. Para que este proceso sea confiable y justo se deben elaborar pautas que ponderen el esfuerzo de alumnos y docentes, sean flexibles a las adaptaciones curriculares realizadas en cada escuela y se puedan llevar adelante a través de herramientas digitales.
Adaptar las escuelas a la presencialidad. El cierre de las escuelas y el pase a la educación a distancia afectó las tareas de mantenimiento y refacción escolar. Será necesario implementar protocolos sanitarios que incluyan reasignación de espacios, ventilación y acceso a dispositivos de higiene. Es necesario que las escuelas cuenten con un plan para reacondicionar los edificios y evitar el deterioro de todo inmueble que permanece cerrado mucho tiempo, así como realizar las adecuaciones a la escuela a la nueva normalidad, en particular para garantizar la conectividad.
(*) Diputada provincial del Frente Progresista Cívico y Social.