El 19 de noviembre de 2023 habrá una elección definitoria y definitiva: el balotaje o segunda vuelta. No es una elección general, con varios candidatos, sino una instancia con la opción por uno o por otro. Los argentinos, entonces, tendremos la oportunidad de votar a un candidato políticamente "conocido" -con lo que ello en sí significa- y otro "por conocer". En cuanto al "conocido" -en realidad "muy conocido"-, diré que los ciudadanos lo conocemos –valga la redundancia- por su forma de "gobernar", como representante del equipo de gobierno al que pertenece, en las actuales elecciones presentado como Unión por la Patria (UxP). Sobre el otro, si bien se ha hecho conocido ahora, lo que sabemos "a ciencia cierta", por decirlo de algún modo, es que no tiene experiencia de gobierno.
La lógica indicaba, tal como ocurrió, que los que ocuparon la tercera posición y quedaron fuera de la segunda vuelta, Juntos por el Cambio (JxC), le diera su apoyo, tal como ocurrió, al menos conocido, La Libertad Avanza (LLA). Y por dicha causa, finalmente, JxC se dividió, porque el radicalismo rápidamente resolvió no apoyar al candidato de LLA, puesto que oportunamente habían sido ofendidos por el mismo, por lo que dejaron a sus partidarios a la deriva por una ofensa, que a mi entender había sido recíproca.
La pregunta que nos queda a una buena cantidad de ciudadanos, es saber si en sus conciliábulos políticos, como buenos representantes de ese pueblo al que representan, pusieron por delante a la Patria, o antepusieron las ofensas. Seguro que se olvidaron de redactar para que quede gravado en la conciencia de cada uno lo determinado en el Padre Nuestro: "Perdona nuestras ofensas, como así también nosotros perdonamos a los que nos ofenden".
Es importante darnos cuenta del valor cristiano que no valorizaron al tomar la decisión antes citada, porque entiendo que la soberbia fue más fuerte que el espíritu del perdón: ni siquiera cristianamente pensaron en nuestra Patria, solo antepusieron una ofensa parcial al sentido patrio. Qué gran ejemplo; con estos soldados, o con este ejército, sí que nos podemos quedar tranquilos, porque así nuestra Patria estará salvada.
Más allá de los radicales y asociados, es bueno hacer mención a un prócer de nuestra historia grande, Domingo Faustino Sarmiento, al que se lo apodaba "El Loco", entre otras cosas porqué fundó escuelas y alfabetizó a los ciudadanos. La pregunta que se me ocurre es: ¿Y los "cuerdos", qué hicieron?
En esta elección debemos definir si el representante de LLA, que no tiene experiencia en el manejo de la administración del Estado, lo puede hacer, y puede asemejarse al prócer Sarmiento. O debemos apoyar al candidato de UxP, que es un avezado administrador de los bienes del Estado Nacional y quien en este caso representaría a los "cuerdos", aquellos que nos llevaron a una Patria puesta de rodillas por el nivel de pobreza "logrado" y la degradación moral "alcanzada" (la realidad nos marca lo que está pasando).
Debemos definirnos, por la Patria y por el futuro, entre un "cuerdo conocido" o por un "Sarmiento por conocer". Recuerdo: no es una elección general; es una elección definitoria. Dejemos de lado los prejuicios y la soberbia, y votemos por la Patria. Vayamos a votar con confianza el 19 de Noviembre, pensando en el futuro próspero que nos merecemos y que la Patria nos demanda. Por eso… Señor: perdona a los cristianos que olvidaron la palabra esencial del Padre Nuestro: perdón. Ciudadanos: votemos a conciencia, no dejemos de hacerlo. Perdónanos Patria, hay momentos que nos confundimos. ¡Viva la Patria!