Miércoles 22.3.2023
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En un país donde diariamente empeoran todos los índices sociales, económicos, laborales, educativos, narcotráfico, inseguridad creciente, etc., en un año electoral matizado de internas de variados niveles que buscan definir candidatos, donde ya hay fecha para las PASO, los principales actores de la política nacional dedican más tiempo a esas peleas que a buscar las necesarias soluciones tan deseadas.
Hay quiebres dentro del Frente para Todos. Son varios los que aparentan ser presidenciables, incluido Alberto Fernández. Cristina esta en otra cosa, en salvarse de sus varios problemas judiciales y en mantener la vigencia de su dedo designador de candidatos. En ambas cosas no le va como ella quisiera. La justicia resiste los embates del kirchnerismo (juicio a la Suprema Corte de Justicia, causa cuadernos, hoteles, revisión de algunos sobreseimientos, entre otros). Ha perdido peso político en general a pesar de conservar una más que interesante intención de voto, que no le alcanzaría para ganar una elección presidencial. La instalación del "clamor" popular es otra muestra de su creciente debilidad.
Dentro de Juntos por el Cambio también hay problemas y divisiones. La UCR pretende mayor protagonismo y eso provoca tensiones dentro del partido y con sus aliados del PRO. Mauricio Macri juega al silencio mientras las principales figuras de su partido trabajan para ser reconocidos como su reemplazante (Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta con Gerardo Morales o Facundo Manes dentro de la UCR).
Hoy el pueblo tiene otras prioridades, las carencias de todos los días son la preocupación principal y la gente está muy lejos de participar en algo que no sea reclamos por soluciones que no llegan, al contrario, se está perdiendo también la esperanza de que mejore la situación.
El otro slogan de Cristina, la proscripción, pierde fuerza diariamente y que Oscar Parrilli ahora pida la absolución de su condena así lo demuestra. ¿Acaso Cristina quiere ser candidata presidencial? No se sabe, aunque sí necesita inmunidad ante el avance de algunas causas. El deficitario gobierno de Alberto Fernández en general, motiva las declaraciones en su contra de muchos líderes del peronismo-kirchnerismo tratando de mostrarse críticos del presidente designado por Cristina. Las fechas de las elecciones en provincias gobernadas por el peronismo separadas de la elección nacional, confirman todas las dudas sobre el resultado desfavorable al oficialismo actual.
Dentro de JxC se esperan definiciones de Macri que tiene sus simpatías por algunos candidatos, pero no se ha expresado en forma definitiva aún. Otra duda importante es que pasará luego de las PASO. ¿Se logrará la unidad necesaria para ser competitivos? Existen terceros en discordia que por ahora no tendrían posibilidades, aunque no se descarta que puedan restar votos, sobre todo a JxC o que pueden ser parte importante de alguna negociación en segunda vuelta.
La imparable inflación es la principal demanda, compartida con la inseguridad y narcotráfico en regiones específicas como Rosario o el Gran Buenos Aires. A pesar de discursos y declaraciones llenos de promesas y datos incomprobables, que en general la gran mayoría no escucha, ni presta atención, ni cree.
En octubre sabremos quien presidirá el país. Esperemos que cualquiera sea, tenga un equipo eficaz, no corrupto, dispuesto a combatir y solucionar nuestros problemas. Y que no se refugie en echarle la culpa a la gestión anterior, la gripe aviar o alguna guerra intergaláctica.