En el segundo semestre de este año los santafesinos votaremos al menos cuatro veces, podrían ser cinco en caso de que haya balotaje, para elegir candidatos provinciales y nacionales en primer término y para definir quienes gobernarán en Santa Fe y el país a partir de diciembre.
Una de las diferencias que muestra este proceso electoral en marcha respecto a los anteriores, no es la única, es que no hay dirigentes, ni en la Nación ni en la provincia, que tengan, en términos de imagen positivo e intención de voto, una diferencia importante respecto a sus posibles competidores.
En la disputa por la presidencia, ninguno de los dirigentes encuestados – los más importantes tanto del oficialismo como de la oposición - supera el 40% de imagen positiva, según el estudio de opinión pública que difundió esta semana la consultora Zubán Córdoba. Esto es "señal inequívoca del enojo de la tan fragmentada opinión pública en Argentina, visible en prácticamente todos los indicadores", indican.
En este escenario de "fragmentación electoral" en marcha, en los dos escenarios que midió el estudio de opinión ningún candidato consiguió por si mismo más del 23% de los votos, lo que anticipa un escenario electoral similar al de 2003, lejos del ellos o nosotros que plantean algunos dirigentes de las dos principales coaliciones y donde entran a jugar también los libertarios.
A esto habrá que agregarle el malestar de la sociedad: el 72,2 % de los consultados cree que el país va en la dirección incorrecta y el 60% tiene sentimientos negativos sobre la situación del país.
En Santa Fe, todos quienes hasta ahora han expresado su vocación de ser candidatos a gobernador de la provincia tienen menos de 15 puntos de intención de votos, alguno de ellos no llegan a 10, y parecería ser que están más cerca del techo, sino no lo alcanzaron, que del piso.
Así, el escenario actual es distinto al que hubo en las elecciones provinciales anteriores desde el retorno de la democracia, donde se sabía desde el inicio del proceso que la disputa iba a pasar en las primeras por las identificaciones partidarias (candidatos del peronismo versus candidatos del radicalismo) y a partir de la década del 90 por figuras importantes y conocidas. Reutemann o Usandizaga, Obeid o Cavallero, Obeid o Binner, Bonfatti o Miguel del Sel, Lifschitz o Miguel del Sel. De uno de ellos, lo sabíamos todos, iba a salir el próximo gobernador.
Al menos hasta ahora en la provincia, han sido tan importantes los frentes, alianzas o artefactos electorales que se armaron para competir como los candidatos que las encabezaron. Por lo pronto, aunque aún hay mucho tiempo, ninguno de las dos cosas se muestran como definitivas. Habrá que aguardar las definiciones de la oposición respecto a la constitución de una amplia coalición opositora, previo acuerdo programático según destaca la mayoría, y decisiones sobre candidaturas en el oficialismo.
Todo esto se da en un contexto donde la economía argentina crecerá este año "mucho más del 5%" como lo adelantó el ministro Sergio Massa en un largo reportaje concedido al diario Perfil el fin de semana pasado, haciendo que el país crezca después de más un década durante dos años de manera consecutiva.
En la provincia, la industria recuperó en noviembre el vigor de los primeros meses del año, interrupidos en octubre por decisiones de política económica vinculadas con las restricciones a las importaciones y las consecuencias de la inflación alta. Tras caer 3,1 % en octubre, creció 3,9 %, impulsada por el sector de los vehículos automotores, el sector que más creció el año pasado y por la recuperación del sector vinculado con el procesamiento de la soja. Esta mejora en la actividad se ha visto reflejada en el empleo industrial provincial que ha crecido desde el segundo semestre de 2020. En octubre de 2022 el total de trabajadores asalariados registrados en la industria manufacturera creció 4,7% en términos interanuales, lo que equivale a la incorporación de 6.200 trabajadores en doce meses.
Pero habrá un jugador que será decisivo y que está lejos de ser domado: la inflación. El ministro Sergio Massa se ha comprometido a que sea inferior al 4 por ciento a partir de abril. De conseguirlo muchas cosas cambiarán en el escenario electoral en todo el país.