Las elecciones Paso del 13 de agosto resuelven el primer conflicto posterior a la peste, a la sequía y al retiro del rol protagónico, para entrar, como "actores de carácter", en la obra nacional, de los dos ejes sobrevivientes de un modo de entender Argentina según el siglo XX: ellos son CFK y MM. Se repite, como actores de reparto, no protagónico, aparecen las dos figuras centrales de los últimos diez años, cuando no de lo que va del siglo XXI, una centuria que no les pertenece más.
Argentina es una dramatización que se volvió comedia de enredos y equívocos. Ni la muchacha del arrabal platense, ni el ingeniero (hijo de un padre protagonista de la Argentina de los negocios oscuros) son libretistas. Tomaron libretos existentes del drama nacional y los interpretaron. Escribirán sus biografías, ellos no aportaron una sola línea propia.
Argentina no tiene un desarrollo de Teoría Política desde que el radicalismo abandonó la tribuna de ideas y, también, desde que el peronismo dejó de tener un líder escritor y pasó a los re-escribidores. Ahora el mundo es plural, pero el eje ideológico -de la mano con el desarrollo económico- define una posición dominante: la explotación de los recursos naturales, seguido del "como" en la distribución de los ingresos.
Las elecciones traen una repuesta. Argentina participa de esa discusión/ resolución con tres actores que piensan parecido. Ni más nuevo, ni distinto. Más hondo. Menos profundidad. Según. Nadie puede escaparse de "lo que hay".
Y en Argentina, "lo que hay" es Patricia Bullrich y la advertencia de un facto atropellado y múltiple, eso es lo suyo. En Argentina "lo que hay" es un administrador pulcro y limitado en su carácter: Rodríguez Larreta, ya demostró que allí se encuentra en su sitio de confort. En Argentina "lo que hay" es un joven con deseos de aventura, que al final de la década del 90 entró a la entretela de la política y no se fue más. Es un hombre del "Establecimiento": Sergio Massa. Ubicuo sería una buena palabra.
Los tres pasaron, con variantes biográficas, por el peronismo. Los tres entienden el rol del Estado. Los tres deben conformar al "capitalismo salvaje" que quiere más dividendos, más regalías y menos peso impositivo. Los tres saben que sí… pero no. Los analistas porteños, acostumbrados al peso mediático decidiendo sobre los actores políticos, tienen una liebre suelta en la pradera. No es cómoda la vida para quienes deben perseguir la comida a campo traviesa para llenar el caldero. Los tres son una salida parecida y diferente. El pasado no los condena, les da memoria a los tres actores mencionados.
La broma/ ironía/ fondo de saco irremediable de la democracia argentina es que debe admitir la existencia de Javier Milei. El drama de la sociedad argentina es el hastío de los discursos desde el ombligo del país sin más carnadura que el libreto ensayado. El domingo de las elecciones los que quedarán son dos y una excrecencia. Sergio Massa es uno. La Bullrich o Larreta es parte del futuro que será de un modo u otro posterior a CFK y MM.
Los dos, ya viejos para empezar de nuevo, no responden a la ley de la jauría, aún son lobos de la manada que no ofertan la yugular, pero ya no son los más jóvenes. Persisten porque nadie se va del todo. No pesarán igual, el futuro avanza con ellos en el escenario pero ya se indicó: no son los actores principales, acaso molesten en el escenario porque el libreto aún los menciona como actores con letra. Solo eso.
El significado de las elecciones adquirirá volumen, se verá claramente que los dos que sean computables desde el 14 de agosto, camino hacia el domingo 22 de octubre, no tendrán relación con CFK y MM más allá de un veto menor y el uso por el opositor de estas diferencias. Macri intentará incidir en Massa y CFK en el ganador de JxC, pero es para mantener viva la llama de la actuación.
Argentina está pariendo una interpretación de la realidad que se escapa de los dos que jugaron a equivocarse (lo hicieron) y anuncia una posible (eso, posible) capacidad de encuentro. El ruego es que entiendan que acusando al que quedó fuera se sigue dividiendo. Massa debe decir esto: "en Argentina contribuí a que se rompa, pero puedo arreglarlo". Bullrich o Larreta, pero más Larreta que Bullrich, deben decir "esto estaba bastante roto, voy a llamar al que ayudó a romperlo para que contribuya al arreglo".
Es una escaramuza del lenguaje. Estoy recitando a Juan Domingo Perón: "Esto lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie". Y Perón recitaba a José Hernández: "Los hermanos sean unidos, en cualquier tiempo que fuera…"
Está claro que la índole, el carácter de Cristina y Mauricio los lleva a acusar al otro, de eso han vivido. La teoría del conflicto, el uso de Carl Schmitt tiene lo suyo y han servido a la toma del poder por alguna fracción; las democracias duraderas esquivan la frontalidad y aseguran puntos de encuentro. Está más claro, aún, que la síntesis debe producirse para la supervivencia como Estado soberano y no son ellos (CFK y MM) los encargados de sintetizar.
Estamos cerca del primer pronunciamiento aglutinador del siglo XXI y no es una cuestión para subestimar. La elemental lectura de coyuntura, de la que no debemos apartarnos totalmente, indica que Massa debe alcanzar el 30% posible. Mejor solo. El volumen de Grabois dará una medida del total del sector. Larreta o Bullrich tienen dos desafíos, el primero ganar y el segundo retener a los que hasta ayer estuvieron con el otro e insultándose.
Si la protuberancia de la democracia se acerca a los 20 puntos la lectura será de peligro para la fe en la voluntad popular. Deberá sumársele el total de los que no votaron, de un modo u otro. Tal porcentual tomado seriamente, sobre el padrón electoral, resuelve si es febrícula o gravemente enfermo el diagnóstico sobre la sociedad urbana del país.
Los feudos y los territorios poco ocupados suman en senadores y en el presupuesto pero esto es –yendo a los bifes- Provincia de Buenos Aires mas Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Tucumán, Entre Ríos y poco más. No se puede evitar el 38% directo de la provincia país y el 12% de CABA, con más Córdoba el 10% y Santa Fe, el 9%…y las otras que se mencionan.
El comportamiento del voto positivo contra el no voto y el voto bronca serán un termómetro tan necesario que nada se podrá resolver sin leerlo. Ojalá el primer paso hacia el futuro no sea un tropezón. ¿Sucederá?… no me pregunte, sólo soy periodista, soy el que hace las preguntas.