Gaeta es una pequeña región de la provincia de Latina, Italia. Durante el pasado mes de mayo, se vio invadida por una serie de propuestas visuales en la "Pinacoteca Comunale", organizado todo esto por "AabaStudio", que realizó una múltiple convocatoria a distintos artistas. "OpenArtCode" es el formato con el cual Vito Abba –marchand y curador- se conecta con el entorno artístico. Y es ahí cuando nace el vínculo con el santafesino Enzo Trapani, quien, si bien vive en Smirna Beach (Estados Unidos), cuenta con antecedentes sicilianos que lo condicionan muy fuertemente con el país de Giuseppe Verdi, Dante Alighieri y Giovanni Boccaccio.
Un atento auditorio
En efecto, nuestro comprovinciano estuvo presente con su producción en este evento, que se prolongará hasta el 26 de junio. La alquimia no fue exclusiva de sus primitivos cultores, entre alambiques y fluidos corrosivos. Enzo produce, con la magia del color y las texturas, sus obras en su garaje, con casi los mismos métodos. Con su perra Mia, el hombre nacido en Barrio Roma de Santa Fe -quien hace dos meses estuvo en nuestra ciudad- sigue dando forma a sus proyectos e ideas, entre viajes, continentes y husos horarios.
Mirá tambiénUna tarde en el Museo FerroviarioFue así como surgió, entre mates, galletas y mariscos, su participación en el "OpenArtCode", en Italia. Tuvo que recorrer varios kilómetros para poder llegar allí con su arte. Pero no solo eso: Enzo viaja con su libro, y también, con el power point con el cual ilustra sus conferencias. Como un luterano post-moderno, llegó con sus anteojos, barba y libro bajo el brazo, a "La Ciudad de las 100 Iglesias", como se la conoce a Gaeta.
Ante un atento auditorio, Trapani fue desglosando de manera casi igual a lo acontecido en Santa Fe, su teoría (ya volcada en un libro de próxima aparición), de las imbricaciones que existen en el color, la salud, el arte. La gente siguió con suma atención las palabras del conferencista, el cual se encargó de remarcar cada cuestión puntualmente.
Cabe decir que Enzo Trapani, es el primer médico que se anima a realizar un trabajo de este tipo, de alguna manera con un matiz experimental, pero anclado en datos e investigaciones científicas, el cual abarca las emociones y los colores. Profundiza en cada cuestión, que tiene que ver no solo con las moléculas, neuronas, átomos, sino que también ahonda sobre las cuestiones de salud y que dieron origen a su libro: "The pill on the Wall".
Médicos santafesinos
El antecesor de Enzo en algunos aspectos fue el maestro Jorge Taverna Irigoyen, fallecido hace dos años aproximadamente. Como buen patriarca santafesino, Taverna Irigoyen tuvo la delicada y honrosa tarea de indagar e hilvanar entre distintas cuestiones: estéticas, literarias, plásticas y hasta ensayísticas. Santa Fe es cuna de intelectuales e investigadores que nacen en el pago o patria chica, para luego ver su proyección en el mundo. Taverna Irigoyen primero y Trapani después, han sido médicos e investigadores que buscaron más allá de la lupa, en los confines del microscopio, para proyectarse y autorreferenciarse en una tríada de ciencia, conocimiento y arte.
Como si fuesen antiguos maestros renacentistas, que indagaban en papiros y cueros de nonato, o cual beneméritos monjes del medioevo, que con caracteres sagrados invocaban mano guidoniana de por medio, el primitivo "punctuum", que les permitía llevar adelante su misional epifanía. Es la vaguedad, la ambivalencia, la percepción de cosas sutiles, la esencia de la producción artística.
De Carlos Gardel a Fito Paez, de Chabuca Granda a la Negra Sosa, el agujero negro por donde se cuelan las ideas. Un gigantesco intersticio separa la realidad del campo de la creación. Pudieron haber sido las terrosas aguas de la Setúbal el destino final del argentino, pero el destino quiso otra cosa: los verdes tropicales veteados con amarillo, que proporciona el Atlántico.
Tanto Trapani como Taverna Irigoyen abrevan en las mismas tinajas. Beben del mismo manantial del cual lo hiciese Picco Della Mirándola. Pero ambos, como Giordano Bruno en su momento, arden en la luz de sus respectivas hogueras que alumbran sus creencias. He ahí el milagro de la vida y la ciencia.
(*) Bloguero y fotógrafo.
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