Por Susana Ibáñez
PUBLICACIONES. "El afuera" es el nuevo libro de Estanislao Giménez Corte, una colección de textos que apareció como e-book con el sello editorial de la Universidad Católica de Santa Fe
Por Susana Ibáñez
Estanislao Giménez Corte nació en Santa Fe. Es Licenciado, Magíster y Doctor en Comunicación Social y ha publicado "Miscelánea breve" (UNL, 2014), "Borges periodista" (Biblos, 2016), "Conversación junto al fuego" (UNL, 2018) y "Oceánica. Poemas aparecidos" (UCSF, 2019). Acaba de publicar el poemario "El afuera", una colección de textos que apareció como e-book con el sello editorial de la Universidad Católica de Santa Fe (y que saldrá en papel más adelante). Esta entrevista se da en el marco de la publicación de su segundo poemario.
-Durante muchos años te dedicaste a la escritura de ensayos y a la investigación académica. En 2019 publicaste tu primer libro de poemas, Oceánica, y ahora se publica el segundo, pero no has vuelto al ensayo. ¿Este giro hacia la poesía fue algo planeado?
-No, no fue algo planeado. Pienso en Océanica como un libro inesperado. Siempre escribí poesía en verso libre como algo más bien lúdico, no de la manera profesional y consecuente con la que abordaba el ensayo. El agotamiento que siguió a mi tesis de doctorado y algunos episodios personales me alejaron de la escritura académica y de la ensayística. Encontré en la poesía otra forma de expresión, más vinculada a lo artístico y a lo emocional, y desde la publicación de Oceánica no he vuelto al ensayo.
-Aunque muchos de tus poemas dejan entrever un ensayo como en palimpsesto, veo que has separado formas y géneros con una línea bien definida. ¿Qué tiene la escritura de poesía que no te da el ensayo y qué hay en el ensayo que no te dé la poesía?
-Entiendo a la poesía como un arrebato, algo espontáneo, un impulso que puede venir de cualquier estímulo, que nos permite escribir sin estar preocupados por la estructura necesaria en un ensayo. Me gusta a este respecto la idea de "intuición poética", de Maritain. Creo que lo poético proviene de la percepción sensorial, que permite "ver" como "veía" la ciudad Baudelaire -por ejemplo-, estableciendo conexiones, correspondencias o analogías entre las cosas o encontrando en ellas algún hallazgo. En este sentido, la escritura poética es el exacto reverso de la escritura académica, que está atormentada por protocolos de organización y comprobación, que terminan obturando y muchas veces aniquilando al autor. Sin embargo, a pesar de que he publicado libros muy disímiles, creo que hay una conexión entre ellos, un tono que voy encontrando, los giros, los temas, las formas con las cuales me siento cómodo o representado. Entonces, a pesar de lo diferente de las formas y de los géneros que vengo frecuentando, el tono es afín; quiero pensar que hay una cadencia que se mantiene.
-Claramente se mantiene y se renueva. En "Interior. Día 9" se lee: "¿Habremos de inventar / una poética del encierro?" Hablando de poéticas, ¿cambió tu proceso de escritura en general a partir de la publicación de poesía?
-Sí, cambió totalmente. No creo en el mito romántico del poeta iluminado, pero sí considero que en la escritura de poesía se va dando un proceso interno que es muy diferente a lo que sucede con otros géneros. El afuera se armó en cuatro meses. Cuando escribía ensayos partía de una idea y trabajaba metódicamente, agregando capas, haciendo correcciones y ajustes incesantes. El texto poético, en cambio, me parece que se gesta en lo profundo, como un río subterráneo que discurre casi sin que nos demos cuenta y que en algún momento aflora: cuando me pongo finalmente a escribir, la idea ya trae consigo gran parte de su forma.
-En Océanica citabas a Nemerov cuando dice que "la poesía es la tentativa de apremiar a Dios para que hable", pero en El afuera aludís a lo emocional cuando decís "De nada sirve que busques / afuera lo que ahí no está lo / sabés está bien para vos / porque lo que sabés lo sabés / porque lo sentís fuerte en el pecho ". ¿Ves la poesía como una práctica espiritual, religiosa, emocional…?
-Lo veo como algo vinculado a lo emocional más que a lo espiritual, que me suena a discurso de autoayuda. Volviendo a los románticos, como decía Wordsworth, "la poesía es la emoción rememorada en la tranquilidad." Creo que ésta nace de una emoción intensa, de un estado de perplejidad frente a las cosas que se produce a partir de una pequeña alteración en el mundo que nos conmueve.
-Esa postura queda clara en ambos libros. Se percibe en El afuera que te apremiaba la amenaza del inicio del aislamiento. En "El afuera. Este espacio, todavía", decís: "En el umbral estará / el que invisible / viaja en la corriente / aérea y adivina / tu temor / y paraliza / los coches / y las mentes. ¿Fue esa emoción la génesis de este nuevo libro?
-El afuera es una especie de fotografía de marzo-abril 2020, cuando estábamos en el aislamiento más profundo. La desaparición de las personas de las calles, la alteración en las rutinas, el espacio cuando nos es negado. Esos meses me dieron lo que me parece más difícil de todo el proceso implícito en un libro: qué decir. Si tenemos la idea, el tono, el registro, todo lo demás decanta naturalmente. Creo que la imposibilidad de salir disparó escenarios relacionados con lo literario justamente porque el espacio como lugar a explorar, a conquistar, es un tópico que atraviesa la historia de la literatura. Recuerdo que empecé a escribir ideas sueltas y que después apareció el título y la certeza de que tenía un libro: veía el afuera como confundiéndonos con su nueva forma, provocando en nosotros el deseo de salir y también prohibiéndonos eso; me parecía que ese lugar que nos atraía y que a la vez resultaba inexpugnable -porque en simultáneo un enemigo impensado nos impedía ocuparlo- era una idea que podía extrapolarse a muchos otros planos: a la larga, la perplejidad, el deseo y el temor nos atraviesan todo el tiempo. Eso sí, el libro no es necesariamente optimista, pero elude el tono de la queja: los poemas de El afuera tienen un tono que se relaciona con el decir de Gramsci, "el pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad". Sin caer en un optimismo estúpido, creo que este libro celebra la vida aun en pandemia. El afuera es una escritura posible emanada a propósito del trastocamiento de nuestra relación con el espacio-tiempo.
-Hablando de celebraciones, en el poema "47" agradecés todo lo que te ha dado la vida: "Sólo quiero agradecer a quien sea / nube dios figura fantasma destino / suerte / que en la tómbola me dio tanto / tanto...". ¿Qué es para vos tener éxito como escritor?
-Quizás sea poco ambicioso, pero estoy conforme con lo que hice, con lo que voy logrando. Como hemos hablado muchas veces, de chico me imaginaba escritor, conferencista, docente. Me pasó o lo generé, pero en cualquier caso es lo que tengo. ¿Cómo imagino el éxito? Me gustaría que mis libros circularan mucho, pero eso ya depende de otros. Creo que me sentiría exitoso si pudiera continuar publicando y dentro de unos años, al abrir uno de mis libros, siguiera viéndome ahí. Quisiera escribir cosas que toquen a otros, como decía Whitman. Las ambiciones de trascendencia son pavadas, afectaciones, posturas…. Prefiero hacer como Janis Joplin y cantar desde las entrañas, de una manera honesta. Veo en esa honestidad una forma de éxito.
El espacio como lugar a explorar, a conquistar, es un tópico que atraviesa la historia de la literatura.
El afuera es una especie de fotografía de marzo-abril 2020, cuando estábamos en el aislamiento más profundo. La desaparición de las personas de las calles, la alteración en las rutinas, el espacio cuando nos es negado.