Entre los días 25 y 28 de Octubre pasados se llevó a cabo en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, la “Quinta Reunión Mundial de Líderes de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza” (UICN). Organizada por la Comisión de Supervivencia de Especies y apoyada por la Agencia Ambiental de Abu Dhabi, la ciudad capital recibió a los líderes mundiales. El título principal del documento de conclusión es “Salvar especies sostiene la vida” y destaca gran parte de los desafíos por venir, y de los logros alcanzados.
Nos reunimos en esta ocasión casi 300 líderes de diferentes grupos de especialistas y comisiones con activa participación en la conservación de fauna, flora y mas recientemente hongos, todos debajo del paraguas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza que reúne a mas de 10.000 miembros a nivel global.
Mirá tambiénCuarenta años rompiendo huevosMe tocó participar como líder (Copresidente) del Grupo de Especialistas en Cocodrilos, justamente uno de los grupos de especialistas más antiguos (creado en 1969), con mayor cantidad de miembros (algo más de 700 en este momento), y con las mayores tasas de éxito en la conservación, ya que mas de 20 de las 28 especies de cocodrilos han vuelto a ser abundantes en la naturaleza, en gran medida gracias a las estrategias de conservación aplicadas.
El documento final destaca que salvar especies eleva el valor intrínseco de la naturaleza, aporta al bienestar, la salud y la supervivencia humanas, asegura la justicia social y ambiental, protege el agua, la tierra y el aire, beneficia a la economía global, promueve la seguridad alimentaria, sostiene las conexiones culturales e indígenas, estabiliza el clima, crea puestos de trabajo, Promueve la innovación, preserva la biodiversidad para las generaciones venideras y genera inspiración y gozo.
Mirá tambiénLa provincia liberó cinco monos carayá en un área natural protegidaHoy se sabe que al menos 46.000 especies se encuentran con algún grado de amenaza, pero este número sigue creciendo en la medida que se va conociendo mejor la situación de muchas especies. Entre las causas principales se encuentran la pérdida y degradación ambiental producida por la expansión desregulada de las actividades humanas, la introducción de especies exóticas invasoras de fauna y flora, que generan daños a la salud, la economía y particularmente a la biodiversidad, y por último a las actividades de extracción descontrolada de especies silvestres.
Mirá tambiénGauchos y científicos, juntos a la par: se crían por año 3 mil huevos de yacarés en Santa FeEn líneas generales existió un gran consenso sobre la necesidad de promover la creación de reservas, incorporar los saberes ancestrales de los pobladores indígenas y criollos para asegurar el uso sustentable de especies como incentivo para la conservación, orientar la solución a los crecientes conflictos entre la vida silvestre y los seres humanos, y combatir activamente las invasiones biológicas.
Se destacó de manera reiterada la necesidad de buscar estrategias de comunicación apropiadas para llegar al gran público en todos los temas, ya que, si bien es relativamente sencillo a nivel de redes sociales proponer e implementar la protección de muchas especies en situación delicada, al momento de definir estrategias de uso de otras especies hoy abundantes, como incentivo para la conservación por parte de los pobladores locales, y esto es una opinión personal aunque compartida por muchos, se choca con la resistencia muchas veces desinformada de quiénes tienden a simplificar creyendo que el “uso” siempre está mal, cuando en realidad ha sacado de la extinción a muchas especies en general y a los cocodrilos en particular.
Mirá tambiénCómo llegó y de dónde vino el enorme yacaré que apareció en la laguna SetúbalUna situación similar ocurre con las invasiones biológicas, cuyos efectos devastadores son bien conocidos, pero al momento del combate, la extracción y/o el sacrificio de los ciervos, jabalíes o castores, por ejemplo, se debe enfrentar la fuerte objeción de quienes piensan que “debería haber otra forma de combatirlos”, al tiempo que se pierde la batalla. En estas temáticas no tomar una decisión es también una decisión, por supuesto la peor de todas.
Como balance general, me quedo desde lo personal con las sinergias generadas durante estos días con los otros grupos de especialistas y los miembros de la comisión directiva de la SSC. Por su experiencia y magnitud el Grupo de Especialistas en Cocodrilos es objeto de consulta permanente para los más nuevos que están iniciando el camino de la conservación, lo que no implica que no hayamos recogido también aprendizajes y posibles nuevos abordajes para resolver problemáticas cada vez mas complejas que requieren trabajo, financiamiento y especialmente mucha creatividad.
(*) Alejandro Larriera es médico veterinario; copresidente del Grupo de Especialistas en Cocodrilos SSC/IUCN, y docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias (UNL)
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