"Cuando mis abuelos eran adultos, tuvo lugar el Holocausto (…)". Dr. Daniel Rafecas (Informe sobre Antisemitismo 2010-DAIA)
Nuestra historia.
"Cuando mis abuelos eran adultos, tuvo lugar el Holocausto (…)". Dr. Daniel Rafecas (Informe sobre Antisemitismo 2010-DAIA)
"(El Congreso) Fue un llamado dramático para despertar la conciencia de un país azotado por la propaganda nazi". Dr. Marcos Meerof
El fascismo es una de las peores monstruosidades gestadas por los seres humanos. Básicamente antihumanista, su prédica incesante se sustenta en el odio, la guerra, la violencia, el chovinismo, el revanchismo, el resentimiento, el irracionalismo. Por eso, la lucha contra este proyecto político está a la orden del día. En Estados Unidos, los supremacistas blancos, los "insurrectos" de QAnon, las milicias armadas y la derecha radical son fascistas, fascitoides o fascistizantes. Todos los huérfanos y viudas de Donald Trump que quieren la contrarrevolución conservadora entran en esa categoría.
También entran en la categoría antes referida los seguidores de La Liga Nord y de otras agrupaciones de Italia, el Frente Nacional francés y su hijo putativo Reconquista (cuyo presidente es Éric Zemmour), Vox y el Partido Popular en España, los gobiernos de Hungría y de Polonia, el Batallón Azov ucraniano, el primer ministro nacionalista Narendra Modi en India y las corrientes islámicas fundamentalistas. Igualmente las milicias de Luis Fernando Camacho en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), Jair Bolsonaro en Brasil, el presidente Javier Milei o Alejandro Biondini en Argentina, José Antonio Kast y el pinochetismo en Chile, algunas formaciones de los países bálticos, los "paramilitares" colombianos al servicio de terratenientes y narcotraficantes, así como muchos "antivacunas" durante la pandemia Covid-19.
Es importante recordar que líderes de ultraderecha de Europa y Latinoamérica se reunieron en mayo de 2022 en un congreso en Budapest por cuarta vez. La Primera Cumbre Transatlántica se realizó en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (Nueva York, 2014), siguiéndole otras en el Parlamento Europeo (Bruselas, 2017) y en el Capitolio de Colombia (Bogotá, 2019), además de otros encuentros regionales. En estos días se está celebrando un cónclave de este funesto espacio de lo más granado de la ultraderecha en Madrid. Convocado por Vox (una rémora del franquismo), tenían previsto asistir Marine Le Pen de Francia, el propio Milei, un ministro israelí del gabinete de Benjamin Netanyahu, el chileno Kast y referentes de las derechas húngara, italiana, portuguesa y polaca, entre otras. Un verdadero y peligroso aquelarre
Tempranamente, en 1922-1923, ante la llegada de Benito Mussolini (Il Duce) al poder, destacados dirigentes comunistas como Grigori Zinoviev (ruso) y Clara Zetkin (alemana) advertían sobre la esencia del fascismo en el IV Congreso de la Internacional Comunista. Para ellos, el fascismo era la forma en que se manifestaba la ofensiva política que la burguesía emprendía en el ámbito de la economía contra la clase obrera. Decían que era como una guardia blanca que intentaba ganar el apoyo de las clases medias urbanas y rurales y de algunos sectores obreros decepcionados por los fracasos de la democracia liberal.
Para ellos, el fascismo era visto como un fenómeno típico del capitalismo en crisis, que expresaba el recurso a la violencia de las clases dominantes frente al fracaso del Estado burgués tradicional para defender sus intereses. Se destacaba su carácter de movimiento de masas gracias a la atracción que ejercía principalmente sobre la pequeña burguesía, ante la que se presentaba como el movimiento que pretendía redimir los padecimientos de ese sector social, que se consideraba a sí mismo amenazado por la proletarización.
También señalaban que el ascenso del fascismo era consecuencia del fracaso del movimiento obrero para resolver a favor de la clase obrera y de los demás sectores populares la crisis capitalista, produciendo así la frustración y desafección incluso de sectores medios que habían confiado en las fuerzas socialistas para mejorar su situación, los que de esa forma eran empujados a creer en la demagogia anticapitalista (¿?) de los fascistas. Eran los tiempos en el que los comunistas planteaban el Frente Único (unidad de todos los partidos obreros, básicamente socialistas y comunistas), como táctica para afrontar en general la contraofensiva capitalista, que se verificaba una vez concluida la oleada revolucionaria que había sacudido a Europa en los momentos iniciales de la postguerra y que también se proponía como método adecuado para enfrentar al fascismo (1).
Como bien lo definiría en 1935 el dirigente comunista búlgaro Jorge Dimitrov, "el fascismo en el poder, camaradas, es… la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero (…)". Desde una concepción de clase, y desde una mirada más amplia, en 1937 el propio Dimitrov decía: "El fascismo, después de subir al poder, contra la voluntad y los intereses de su propio pueblo, busca una salida a las dificultades internas, cada vez mayores, que le acosan, en la agresión contra otros países y pueblos, en un nuevo reparto del mundo, mediante el desencadenamiento de la guerra mundial. La paz es, para el fascismo, el hundimiento seguro (…)" (2).
En esa dirección, el fascismo alemán -el nazismo- desarrolló las ideas del racismo, expansionismo, belicismo, nacionalismo exacerbado (chovinismo), xenofobia, desprecio a la cultura, totalitarismo con las primitivas y sensibleras premisas de "superioridad racial aria", "espacio vital", "un pueblo, un líder" y eligió hacia su interior a un enemigo sobre el que descargar todo su virulento y venenoso odio. Apoyándose en un sustrato prexistente como la judeofobia (que es de base religiosa), implementó estructuralmente el criterio del antisemitismo, un concepto relativamente moderno en el que se combinaban los anteriores prejuicios, ya existentes en aquella Alemania devastada por la Primera Guerra Mundial, con consideraciones seudocientíficas, cuyos orígenes eran fundamentalmente franceses.
De ese modo, el judío/los judíos se convirtieron en la principal víctima propiciatoria (aunque no quedaron exentas otras minorías, como los gitanos o los negros) de la desesperanza y frustración alemanas. Así, tanto el nazismo alemán como el fascismo italiano o el franquismo español -ideologías muy en boga en la década del 30- pasaron a ser una novedad de derecha frente a las derechas tradicionales. Integrados por miembros de las jóvenes generaciones de aquellas derechas, enfrentaban y denunciaban con similar virulencia tanto a la oligarquía liberal burguesa por su abandono de los principios señoriales, como las izquierdas socialista y comunista, al anarquismo (ya en decadencia) y al movimiento obrero por su inclinación hacia los conceptos igualitarios y democráticos.
Una de sus características más salientes fue su inequívoca tendencia al ejercicio de un poder fuerte y dictatorial, al uso de la fuerza para su llegada al poder y a la imposición de una ideología totalitaria -en algunos casos, con reminiscencias monárquicas o monarquizantes- para la defensa de un sistema político cuyos objetivos eran el sostenimiento de sociedades estáticas y aristocráticas.
Y es aquí donde, en nuestro país, encuentran un fuerte punto de contacto con las concepciones de un catolicismo hispanista que concibe sociedades estamentales, en las que las posibilidades de algún tipo de movilidad social ascendente estarían totalmente omitidas. Como tan claramente lo expresara Javier González Fraga, ex presidente del Banco Central durante la gestión presidencial de Mauricio Macri: "Le hicieron creer a un empleado medio que podía comprarse celulares e irse al exterior" (3).
Cómo habrá sido (y es) de repugnante el fascismo y su virulenta vocación hacia el antisemitismo que en 1937, el diario El Orden, de la ciudad de Santa Fe, en un artículo a una columna, bajo el título "El antisemitismo", luego de explayarse largamente sobre su significado, y a la luz de los acontecimientos europeos, cerraba diciendo textualmente: "Lacra social, el antisemitismo debe ser exterminado en nombre del progreso y la inteligencia (…)" (4).
(*) Primera de una serie de entregas periódicas, basadas en textos pertenecientes a un ensayo histórico del autor.
(1) "Los cuatro primeros Congresos de la Internacional Comunista. Pasado y Presente". Buenos Aires, editorial Pasado y Presente, 1973. Páginas 182-183.
(2) Jorge Dimitrov, https://www.marxists.org/espanol/dimitrov/1937jul.htm.
(3) Ver: https: //www.infobae.com /2016/05/27/1814472-gonzalez-fraga-le-hicieron-creer-un-empleado-medio-que-podia-comprar -se-celulares-e-irse-al-exterior/.
(4) "El antisemitismo", El Orden, edición del 22 de mayo de 1937, página 5. Ver: http://www. santafe.gov.ar/hemerotecadigital.