Gabriel Rossini
@taperossini
Como hace mucho tiempo no ocurría en la Argentina, el reclamo de los trabajadores por una recomposición salarial que al menos compense en parte la pérdida del poder adquisitivo del salario, ha vuelto a dominar la agenda pública en un fin de año que aparenta no tener los conflictos de anteriores pero si una tensa expectativa por lo por venir.
Más allá de los argumentos que cada uno exponga sobre las causas por las que la economía del país va caer en 2016 entre 3 y 3,5 por ciento, después de crecer en 2015 el 2,1 por ciento -de acuerdo con los datos del Indec-, lo cierto es que los más afectados fueron los trabajadores quienes perdieron como hace muchos años no ocurría la carrera contra la inflación.
Para no aburrir con enumeraciones interminables, los diarios y portales económicos informaron las últimas 24 horas que:
-Las ventas en los supermercados en la provincia de Santa Fe crecieron en septiembre el 28,2 por ciento según el Indec. Tomando la medición de inflación más baja, representa en términos reales una caída de al menos 10 puntos respecto al año pasado.
-La canasta navideña aumentó 41 por ciento respecto a 2015.
-Las fábricas argentinas están con una capacidad ociosa del 40 por ciento, lo que significa que no habrá nuevas inversiones productivas hasta que no se recuperen los niveles precrisis.
-El sector industrial perderá en 2016 alrededor de 50 mil empleos.
“Las importaciones crecen pero menos que a principios de año. El principal problema que estamos viendo es la caída del mercado interno. Ésa es nuestra principal preocupación”, expresó el titular de la UIA, Adrián Kaufmann.
Este es el contexto a partir del cual el gobierno nacional deberá empezar a negociar las paritarias el año próximo, donde no va a tener más el crédito inicial que todo nuevo gobierno tiene, que le sirvió por ejemplo para evitar un paro general en octubre de este año. No es un dato menor que el primer gremio será la Asociación Bancaria, uno de los más combativos de los últimos años.
“Estamos muy preocupados por la situación. Si bien en nuestro sector no hubo pérdidas de empleos, tampoco hubo crecimiento. Y es uno de los sectores a los que mejor le fue. No sabemos qué va a pasar el año que viene. El gobierno tiene un programa financiero, pero no sabemos cuál es el económico”, resumió Claudio Girardi, secretario de la bancaria local y titular de una de las dos CGT de Santa Fe.
“Queremos que el gobierno cumpla con las promesas de campaña: pobreza cero, eliminación del impuesto al salario y ahora le pedimos que apruebe la emergencia social”, le dijeron ayer en la Plaza de Mayo los dirigentes que participaron de la marcha. “El balance del año no es bueno. La gente votó un cambio y está empezando a vislumbrar que el cambio no es bueno. El cambio ha tenido deterioro en los ingresos, caída del consumo, desempleo. El crédito que se votó se esta agotando”, advirtió en la semana Juan Carlos Schmid.
En Santa Fe, los trabajadores del sector público ya piden que la discusión paritaria se adelante y comience la primera semana de enero. Así lo dijeron públicamente y así lo reflejan los carteles pegados en las oficinas estatales. Tal como adelantó el ministro de Gobierno, Pablo Farías, la provincia abonará una suma fija antes de fin de año que será anunciada la semana próxima. Mientras tanto son cada vez más fuertes las versiones de que una empresa metalúrgica de las más importantes de la zona comenzará con plan de suspensiones en diciembre.