El mes pasado se presentó en la Feria del Libro se Santa Fe la novela más reciente de Omar Ramos, "Las fotos esconden secretos" (Palabrava), ocasión en la que pudimos dialogar con el autor. La novela se construye a partir de pequeñas historias que bien pueden leerse de manera independiente y que acompañan la infancia, la juventud y la madurez de un hombre en una Buenos Aires que va desapareciendo.
El recurso dominante es el de la revisión de álbumes familiares que confirman algunas sospechas, renuevan enfrentamientos y revelan secretos hasta ese momento muy bien guardados. El protagonista, de nombre muy común en el país, tiene una vida que en la superficie es también común y en lo profundo dista de serlo.
- "Las fotos esconden secretos" explora los recuerdos familiares del protagonista, Juan Carlos González, a través de un álbum de fotos. El nombre que elegiste es muy común en Argentina. ¿Estamos entrando a una vida que pretende contar la existencia de un hombre que en lo profundo es todos los hombres?
- El protagonista representa a los nietos de aquellos inmigrantes, en este caso españoles. Le puse González, un apellido habitual de los que llegaron a estas tierras.
- La narrativa ficcional en primera persona me remite, por ejemplo, a "Memorias de Adriano" de Marguerite Yourcenar. ¿De dónde surge la idea de plantear la historia de esta manera, qué referencias tenías?
- La relaciono con las novelas de iniciación. Comienza en la infancia del protagonista y termina en su adultez. Son las experiencias y las emociones que van conformando su identidad.
- Hay varias escenas, sobre todo en la infancia y la juventud del protagonista, donde la religión es central. ¿Por qué incluiste ese tema en particular?
- Los capítulos del colegio alemán y del católico tienen elementos autorreferenciales con los que el lector de mi generación se va a identificar y los jóvenes verán costumbres y normas sociales muy distintas a las actuales.
- Para el cumpleaños del protagonista, el padre contrata una atracción en extremo peligrosa. Por otro lado, el padre reunió una fortuna cuantiosa de una forma muy poco ortodoxa. ¿Qué te animó a construir este personaje de esta forma?
- El cumpleaños, con un león en medio de los niños, es una metáfora de la autoridad del padre de esa época. Este capítulo termina con un Juan Carlos de 10 años diciendo "papá siempre tenía razón". Respecto a cómo se hace rico el padre en forma extraña fue para imprimirle al texto una escena deliberadamente inverosímil, risueña y delirante al estilo de César Aira.
- El uso de fotos como disparadores de la historia es un recurso efectivo para evocar el pasado y darle mayor realismo. F. Scott Fitzgerald lo utilizó en "El gran Gatsby" y Marguerite Duras en "El amante". Las fotografías en esta novela funcionan como un punto de encuentro entre el pasado y el presente. ¿Buscaste ese efecto?
- El protagonista a través de las fotos y del relato de los parientes descubre secretos familiares. Vive el pasado como un presente continuo. La memoria y la fantasía que despiertan las fotos lo relacionan con sus abuelos, sus padres, los tíos y sus hijos.
- El inicio de la novela, marcado por la relación padre hijo, luego se espeja en la relación del protagonista con sus propios hijos ¿Esta estructura responde a tu visión de la vida en este momento?
Traté de marcar las diferencias de educación y costumbres del padre con el protagonista y la que tiene él con sus hijos. La comunicación y los afectos ahora son más libres.
- ¿Qué objetivos querías lograr con esta novela?
- Enriquecer la potencialidad imaginativa de quien la lea, sobre todo en un momento donde la banalidad y la imagen adictiva de las redes sociales se erigen como verdaderos dioses paganos.
Omar Ramos nació en Buenos Aires, en 1952. Es poeta, narrador, periodista y abogado. Entre sus libros publicados se destacan "El cielo y el infierno", Primer Premio Concurso Victoria Ocampo (2002), "La Elegida" (2005), Segundo Premio Concurso Planeta, y "La Palabra nos da vida", antología de cuentos publicados en la editorial Ápeiron de Madrid (2024).
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