No vamos a decir nada nuevo, nada que la inmensa mayoría no interprete acerca de una realidad desgastante. Hay que tener un velo en los ojos para no verlo. Atravesamos una crisis educativa sin precedentes. El mundo vivió una pandemia y en nuestra provincia no se construyeron los acuerdos necesarios para que la vuelta a clases disponga nuevas estrategias y construya otras herramientas. Hoy, en nuestra provincia miles de alumnos no pudieron asistir a la escuela porque continúan las medidas de fuerza. Lamentablemente vemos a un gobierno encapsulado en una decisión, redoblando la apuesta y haciendo lo que justamente no hay que hacer desde la política: destruir los puentes de diálogo.
Muchas voces de la sociedad se han puesto a disposición para elaborar acuerdos programáticos. Desde el Partido Demócrata Progresista de la provincia de Santa Fe hemos marcado nuestra preocupación y, lo que es fundamental, nos hemos ocupado con aportes legislativos viables y concretos.
El mérito al esfuerzo y la responsabilidad son objetivos que no pueden ser anulados ya que, de lo contrario, se nivela para abajo. A los profesores se les están arrebatando herramientas fundamentales para conducir un curso. Entender los nuevos tiempos e innovar es vital, pero, abandonar la idea de excelencia y de la educación como trampolín al futuro y ascenso social es temerario.
Hoy, en Santa Fe, se dictaron clases en las escuelas privadas. Las escuelas públicas están con medidas de fuerza y suman días al calendario de paros. ¿Eso es igualdad de oportunidades?
Llamamos a la reflexión a quienes tienen la responsabilidad de conducir los destinos de la provincia y a todos los que ocupan lugares claves para destrabar este conflicto; les pedimos la mesura necesaria para afrontar estos tiempos complejos, poniendo el foco en lo fundamental: los chicos en las escuelas.