Voy a opinar sobre política provincial en seguridad y lo anticipado en tal sentido por el gobernador de la provincia de Santa Fe, quien en un reportaje dijo que busca inversiones para generar empleo, que es la mejor manera de combatir la delincuencia. Hace cuarenta años que dicen lo mismo y así nos va. Sobre la política que se desarrolla en el país, que la ejecuta un gobierno del cual es parte y aliado, no dice nada de bajar costos en el Estado, bajar impuestos, hacer políticas creíbles. De eso no se habla. En la provincia vamos a dar empleo en el Estado, que lo debemos pagar los ciudadanos. O sea que vamos a dar subsidios (que a mi entender es igual a corrupción).
Rápidamente, refiriéndose a Rosario, el gobernador dice que la situación de la provincia es nacional, es federal. Es decir, que no nos debemos preocupar si las que deben actuar son las fuerzas federales. ¿Entonces para qué tenemos la organización policial propia si necesitamos las federales para combatir la delincuencia? Siguiendo ese criterio, ¿deberíamos solicitar al gobierno nacional que se haga cargo de la "Provincia Invencible de Santa Fe"?
Sale en las noticias la inversión que hacemos en la capacitación de los nuevos policías; los muestran con un arma larga que se debe usar para actuar ante los delincuentes y los hechos concretos de violencia, pero lo llamativo es que la Policía tiene orden de no usar las armas en contra de cualquier ciudadano que esté comprometido en su accionar, porque hay que respetar los derechos de dichas personas.
Mientras esto pasa, los delincuentes son los dueños de la calle, mostrando una violencia notoria e inusitada cuando se apropian de un simple celular, una bicicleta o un bolso, arrastrando a las personas o golpeándolas. Como también lo hacen con los adultos mayores al ingresar a sus hogares. Todas las víctimas son personas con derechos, aunque en realidad éstos no existen, porque se trata de ciudadanos que quedan golpeados física y anímicamente. Ni hablar de los femicidios y de la drogadependencia.
Lógicamente, se hacen reuniones barriales, en las que nada se logra, porque no hay una política provincial sobre el respeto a los derechos de los ciudadanos. Pero, claro, sí hay una política de apoyo psicológico a los delincuentes para curarlos. Así nos va.
Opino que la seguridad no se va a lograr si no se ponen penas ejemplares para los delincuentes y para los que compran los objetos robados, por ejemplo; si no se establecen penas de 30, 40 años y perpetua, empezando por los robos de celulares, bicicletas y bolsos; y por arrastrar a la víctima, 30 años; golpear cobardemente a los adultos mayores, 40 años. Femicidios y expendio de drogas, cadena perpetua.
Hay que romper con lo que hacemos actualmente. Por lo menos durante diez años, para aplicar estas penas de las que hablo y después volvemos a lo que se hace en la actualidad. Probemos, pero hagamos un cambio. Todos los días, a los ciudadanos "de a pie" nos violan nuestros derechos, una palabra -esta última- que para los que gobiernan y juzgan (políticos y jueces) pareciera ser muy útil (e inmaculada), pero no la defienden, porque -a esos derechos, los del ciudadano- no los tienen en cuenta.
Hay jurisprudencia que llama poderosamente la atención: a un delincuente que robó dos cubiertas usadas de un galpón le dieron tres años de cárcel; a una persona que le robó a la Argentina muchos millones de dólares, le dieron 12 años de prisión. No existe relación alguna.
La realidad de los ciudadanos es que estamos indefensos ante la delincuencia, que parece que tiene el camino libre, porque no tenemos una Policía que custodie los derechos constitucionales. Estamos preparados para atender a los delincuentes, pero no a las víctimas. Esto no es de hoy y cada día se agrava.
Por eso pregunto… ¿qué debemos hacer los ciudadanos, que la única "arma" que tenemos es la Constitución? Cuando acudimos a la Policía, o a la Justicia, … qué respuesta creen que recibimos. No se las voy a detallar, porque doy por seguro que en cada familia alguno fue atacado en la calle o en su casa. ¿La Policía, con sus limitaciones, cuántos casos resuelve?
Todo lo que anuncia el señor gobernador es una infamia para el pueblo. Como no son capaces de generar trabajo, dan subsidios. Así es fácil hacer política, mientras nosotros dormimos, los que gobiernan hacen leyes usando el dinero del pueblo, al cual no le preguntan absolutamente nada. Eso sí: los que gobiernan cumplen el mandato constitucional que dice "el pueblo no gobierna, lo hace a través de los legisladores". Reflexión personal: dejen de gobernar.
Existe una guerra intestina en el pueblo; no declarada, pero aceptada. Por un lado: la delincuencia debidamente armada. Por el otro: los ciudadanos en silencio y sin armas para defendernos. Si las tenemos y las usamos, vamos presos; pasamos a ser los peligrosos delincuentes porque defendimos nuestros derechos, mientras que los terceros -Gobierno, Justicia y Policía- son meros observadores.
En esta guerra, los delincuentes se ríen y festejan. Los ciudadanos solamente nos encerramos, sufrimos y damos gracias que, cuando nos golpean, no nos maten. ¿Los terceros? Hablan, hablan y hablan.
En el siglo de los avances tecnológicos, que no podamos superar a los delincuentes significa que hemos perdido la guerra por goleada.
Me pregunto, ¿con en esta "indefensión" o "defección" que sufrimos, pueden los administradores del Estado continuar? ¿No les correspondería alguna sanción del orden constitucional, ya que no tienen ninguna voluntad de renunciar? ¿Los ciudadanos "de a pie", no podemos hacer nada? ¿El pueblo no debería gobernar en serio a través de los legisladores? Pero claro, nosotros, el pueblo, estamos atados de pie y manos.
¡Hemos perdido nuestros derechos!
Los delincuentes son los dueños de la calle, mostrando una violencia notoria e inusitada cuando se apropian de un simple celular, una bicicleta o un bolso, arrastrando a las personas o golpeándolas. Como también lo hacen con los adultos mayores al ingresar a sus hogares. Todas las víctimas son personas con derechos, aunque en realidad éstos no existen, porque se trata de ciudadanos que quedan golpeados física y anímicamente. Ni hablar de los femicidios y de la drogadependencia.