Algo sucedió con Doña Rosa, la de Neustadt. Hace poco tiempo escribí una larga nota sobre Región Rosario y su problema. Es esta: "Socorro, vivo en Rosario". La reproduzco. No fui un "adelantado". Todos sabemos cuanto pasa. Todos.
Algo sucedió con Doña Rosa, la de Neustadt. Hace poco tiempo escribí una larga nota sobre Región Rosario y su problema. Es esta: "Socorro, vivo en Rosario". La reproduzco. No fui un "adelantado". Todos sabemos cuanto pasa. Todos.
Póngase en mi lugar. Vivo en un país unitario, azotado por un delito federal. Vivo en una región -Región Rosario- donde las emisoras que ejercen influencia en el cualquiera, en el común, son las sucursales fuera de la ley de las AM nacionales y las repetidoras en FM de las mismas. Solo pocas emisoras y pocas imágenes televisivas locales subsisten con independencia -en influencia… que de eso se trata- y esto es así desde hace tanto tiempo que pensar que somos parte de Buenos Aires parece obvio cuando no lo es. Ahora, aquella capital unitaria de un país federal que le tributa ha descubierto que en Región Rosario "hay droga". Everybody's Talkin'. Podés creer.
Vivir en el centro, en los barrios, en las urbanizaciones ni quita ni pone seguridad. Se sabe de plazas que no se deben usar por las noches, colectivos que no llegan, taxis que se negarán, barriadas donde la balacera es al mediodía y un número de muertos que nunca será exacto, siempre se puede agregar uno de reciente tiroteo.
Igual hay boliches, noche, shoppings, citas buenas con caballeros y señoritas -según y según- milongas serias que son las que no se debe mencionar y cerca alguien que fuma, se pica o se clava. Hay una ciudad que se niega a vivir asustada pese a que desde Buenos Aires digan, están por morirse, asústense. Cuidado, dejar fuera la influencia mediática en este tema es creer que no existen. Grueso error para quien viva en Rosario.
Vivimos mediáticamente. Si escucho a esa chica/piba/mujer/señora/cronista/arrabalera -según toque- que lee todos los días frases entrecortadas sobre política nacional (Canosa, Viviana Canosa), si no molesta que baje la vista para leer, repito, frases mutiladas, entrecortadas, con conceptos definitivos, absolutos, tengo que aceptar que lo resuelve de un modo rotundo: Rosario narco. Funciona como un absoluto. Siempre. Todo.
Vino, vio y se fue. Si le creo, me tengo que ir. Oigan: socorro, vivo en Rosario. No me voy.
Verdad o Mentira están por fuera de cualquier relato televisivo. Extracorpóreos a cualquier informe a las apuradas. Con la Canosa o con el "gatito" Sylvestre. Más churrigueresco e insufrible: Víctor Hugo. Más efectista que despiadado (ese músculo masetero) y aguantando los trapos de los suyos: Majul. De los Feinmann, falleció el que sabía escribir muy, muy bien.
Finalmente termino en Chicago P.D. Ellos también persiguen a los drogones pero es una serie donde los buenos son corruptos, pero son los buenos y los malos deben perder. Tiene mas de 16 temporadas. Algo es algo. Oigan, socorro: vivo en Rosario, menos mal que puedo evadirme mirando tele. No es gratis.
Recuerdo aquella acusación en la Cámara de Diputados cuando Larroque habló de "narcosocialismo", pero, ay, la droga estaba. El libro de Germán y Hernán estaba dando vueltas por las calles: Los Monos. En rigor, Los Monos estaban. El libro vino por eso. Esto es: el cuerpo político sabía de qué se trataba. Votados por todos (respetemos los votos) tanto los de allá como los de acá sabían de qué se trataba. No se puede alegar inocencia.
Nadie entendió que, si el problema estaba -y estaba- había que resolverlo y entonces no sé, no sé -con seguridad- si les importaba de qué se trataba. Onanismo intelectual. O tal vez peor. Socorro, vivo en Rosario; sufrir no es entender, pero abre los ojos.
Cuando a Bonfatti le balearon la casa con él dentro, todos nos asustamos. Bonfatti, pese a su cargo (Gobernador), no resolvió el tema policial/judicial. Sus asaltantes y tiradores, reconocidos por la policía con inusitada rapidez, murieron uno a uno de forma violenta.
Bonfatti está ligado, almanaque de por medio, con la primera visión pública y definitiva: Los Monos están entre nosotros. Allá, en aquel momento, lo supimos pública y claramente. Nada ha cambiado. Empeorado, sí. Está peor el tema porque se visibilizó y, además, se quitó cualquier careta. La droga y la violencia viven con nosotros.
Todos, incluido quien esto escribe, sospechan/sospechamos de una relación directa entre algunas fuerzas policiales, capos medios de la llegada, fraccionamiento y venta de las drogas (plural) miembros del poder judicial, personalidades de la política municipal, regional y nacional y poderosos empresarios. Y las cárceles. Ah… las cárceles. Escuelas de Enseñanza Superior. Impunidad. Derechos Humanos distorsionados.
Todos sospechamos eso, no es necesario que vengan de visita a Rosario a decirnos que ellos también sospechan. Los visitantes son cronistas atrasados de un mal mayor. Hay, sin embargo, un punto indignante entre los políticos puestos a periodistas cuando, con cara de compungidos, se muestran en las filmaciones indicando que estamos enfermos y les preocupa.
Senadores nacionales. Diputados nacionales y provinciales. Candidatos de otras jurisdicciones dando diagnósticos periodísticos. Ministros y secretarios de Estado. Jueces de la Suprema Corte. Embajadores. Socorro, vivo en Rosario
La Justicia Federal es culpable por ausencia. No hay cómo explicar tanta desidia. En términos gruesos, 20 Juzgados Federales no están, ni sus jueces, sus fiscales, sus investigadores. Región Rosario los precisaba, los precisa. Dependen del PEN. Fernández & Co.
Hola. "Holaaaa". Hay un punto que cierra esto y quita excusas. Los Monos estuvieron detenidos por delitos comunes. ¿Se entiende…? La droga no se fabrica en Barrio Ludueña, o cualquier otro aglomerado social, ¿se entiende?
No están los Juzgados Federales, faltan desde hace "muuuucho". Pero desde 1983 es la Democracia Republicana, Representativa y Federal la responsable del crecimiento del Narcotráfico, sus relaciones y lo fundamental: la corrupción.
Desafío: ¿De quién depende la Justicia Federal? ¿De "pimpi" Caminos? Yo no delibero ni gobierno sino por medio de mis representantes. Acción equivocada u omisión manifiesta. Se sabía, se veía venir, no se ignoraba. Se ocultaba. Se complicaban (¿cómplices?). Ahora pedirán otra vez el voto. Socorro, vivo en Rosario.
Un día llegó, hace poco (6 años) un personaje de inusitada violencia institucional: Marcelo Fabián Sain. Lo trajeron Pullaro y Lifschitz (gobierno socialista/radical) con un concurso amañado. Lo sostuvo Perotti (peronista) con un cargo de ministro; después le echó. Pasaron ahora -se insiste- 6 años desde su llegada. Se sustancia un juicio en su contra con más de 3 "teras" de "escuchas" donde se conversa de todo, de todo lo ilegal, de todo lo imposible que, sin embargo, pasa.
Mandaron a realizar esas escuchas de modo lateral y lejano, muy lejano de la situación que aflige: La Droga. Buena parte son ilegales. Iban por otros problemas, que acaso existan, cómo que no. La corrupción política es una de las aflicciones, pero despegada del texto central: Droga, llegada, distribución, venta, facturación, relaciones, protección, sociedades. Socorro, vivo en Rosario.
Las escuchas son legales e ilegales, hay hasta relaciones promiscuas y traiciones de novelita de amores contrariados. Se quería comprometer/denunciar/demostrar corrupción entre miembros del Poder Legislativo Provincial. Surgen "cosas" de las conversaciones pero, ay, ay, ay, quedan fuera las que, desde las cárceles, los jefes de las bandas realizaban con sus subordinados arreglando temas económicos y encargando asesinatos. Desde cárceles cercanas y lejanas. Locales y nacionales- Paréntesis: ahora hasta los colegas como los candidatos descubren que juntar dos jefes de drogas es multiplicar sus negocios.
Los que se sienten agredidos conforman "los querellantes". Los abogados de los querellantes tienen eso, tres teras de audios con raros temas y compromisos muy grandes que, en el fondo, son el sótano de la sociedad de la provincia. De toda. Repito, de toda. Pero la droga, afuera. No era el tema central de Sain y sus violentas intervenciones institucionales con eso, instituciones seriamente dañadas mas allá de la justicia o delirio de sus búsquedas. El daño mayor: el cuerpo policial destripado. Lleva a una advertencia: socorro, vivo en Rosario.
Como dice una respetable colega que trata el tema en serio: Laura Etcharren. Le hacen tanto o más daño a Rosario y su problema los políticos que no saben y comentan como los narcos y su crecimiento. Agrego: cronistas de solapas y resúmenes sobre el verdadero tema: Sociedad Siglo XXI. Deberes y derechos. Enfermedades y negocios. Las corporaciones como palanca del Poder.
Dice Etcharren. Es peligroso confundir Rosario con Sinaloa, es no haber andado por Sinaloa… ni por Rosario. Ni una asociación o un grupo es una mafia, como tampoco una mafia algo tan sencillo de formar en un día o extirpar con una resolución…
Messi, Lionel Messi, en un papelito, un trozo de baja calidad (¿cuándo lo encontraron, cómo certificaron su "anonimato"?) Amenaza. Droga. Chantaje. Andy Warhol. Rosario tuvo sus 15 minutos de fama.
No hay una mesa seria tratando el tema que no es de una ciudad, como Rosario, sino de toda una región que empezó a figurar en los mapas de un negocio mundial con entramado tan profundo que preocupa que no se investigue, se consulte y resuelva con estudios y planificaciones… Advertencias se han hecho, señales hay… solo falta seriedad ante la gravedad de la situación…
Nada que decir, para qué. Solo la advertencia. Socorro, vivo en Rosario. Doña Rosa también y, como yo, vale un voto. Ahora nombraron a Messi. Doña Rosa no entiende, pero se aflige. Doña Rosa iría a votar, pero tal vez cambie su voto. Eso es lo que sucedió.