Con las internas al rojo, ¿hasta el Papa participa?
El golpe asestado por Javier Milei sobre las fuerzas políticas tradicionales de la Argentina aún impactan en varios frentes y de cara a las elecciones de medio término todos los partidos políticos están viviendo internas furibundas tanto radicales como los amarillos del Pro. En el marco del Día de la Lealtad Peronista, los rumores en el PJ crecen sobremanera.
Con las internas al rojo, ¿hasta el Papa participa?
Como lo confirman casi todas las encuestas, el ciudadano común aún no percibe un referente concreto para encabezar a la oposición. Y es cierto. Los principales referentes de los partidos políticos tradicionales se han derretido frente a las embestidas de La Libertad Avanza y no logran encastrar discursos y figuras como para recuperar liderazgos.
Mauricio Macri brinda apoyos pero luego las miradas se posan en el presidente y no logra sumar con claridad empuja a sus legisladores a apoyos que tienen un alto costo pero no capitaliza las jugadas. Los que tratan de interpretar sus actos sostienen que dentro de la disputa del espacio de la centro derecha -en el que se siente cómodo el expresidente- habrá un momento de búsqueda de moderación y será él el elegido.
Milei entre convites, encuentros y milanesas, saca apoyos bajo la tutela del diálogo, pero pasado el momento de la votación, vuelve a encender la motosierra y el discurso más confrontativo se enciende para regocijo de las redes que lo tienen como un protagonista excluyente. El sector dialoguista de la UCR lo mira sin entender por qué no se dan lo reconocimientos más allá de una parrillada para los “héroes”.
Pero donde también están mal las cosas cuando se mira el comportamiento interno es dentro del Peronismo porque -en otra época- este ajuste monumental que lleva adelante LLA le habría significado prácticamente el ticket de regreso. Pero se está muy lejos de esto.
Papa Francisco. Crédito: Guglielmo Mangiapane/Reuters
Hay dirigentes que aún no entienden cómo puede ser que los votantes que antes estaban junto con el peronismo, con el kirchnerismo, hayan optado por una alternativa tan lejana y extrema al discurso que manejaron durante años y que les permitió ser gobierno en tantas oportunidades. Y el problema está ahí. En que los votantes, al menos muchos de ellos, ya no quieren “más de lo mismo”. Hay un cansancio que explica la apuesta a un modelo donde el ajuste -sobre todos en los salarios- castiga a todos los sectores.
El operativo clamor que llevó adelante Cristina Fernández no logró los frutos deseados y no hubo mayores movimientos populares en torno de su figura. La exvicepresidente y responsable de la designación de Alberto Fernández como presidente y hasta el espaldarazo para que Sergio Massa pasase a ser un superministro en la gestión anterior aún no se olvidan. La responsabilidad política le cabe al ciento por ciento y gran parte del desencanto en quienes simpatizaban con el ideario kirchnerista proviene de ahí.
Encima, como dice el dicho “no hay peor astilla que la del mismo palo” y Axel Kicillof mantiene sus aspiraciones a generar una renovación con un cambio de apellidos aúnque no de rumbo económico/político. Hubo un encuentro entre Cristina y Axel pero no se informó mucho. Es más, lo poco que trascendió provino de voceros del Instituto Patria y de La Cámpora. Desde la gobernación bonaerense no se dijo nada. Hasta se negó la existencia de la reunión. ¿Qué quiere decir esto? Que unos quieren mostrar que aún tienen telarañas tendidas que pueden enredar a su presa y, desde el otro lado, niegan acuerdos y mantienen un silencio soviético.
Cristina Fernández de Kirchner junto a Axel Kicillof y su hijo Máximo.
Pero lo más increíble del estofado que se está cocinando en el peronismo provino allende los mares. De uno de los países más diminutos del orbe. El Papa Francisco -el viejo militante de Guardia de Hierro, Jorge Mario Bergoglio- recibió a la vicepresidente Victoria Villarruel. La número 2 que ha sido piropeada desde el peronismo en numerosas oportunidades fue recibida por el Santo Padre y mantuvo una extensa entrevista lo que, en el protocolo vaticano, se entiende como una encuentro “exitoso”.
Y acá se desnuda otra interna. Porque también el oficialismo tiene la suya. ¿Qué significa esta visita de la vicepresidente a España donde fue recibida hasta por el rey Felipe?, ¿se despega de la política que lleva adelante el presidente?, ¿se trata de otro mensaje para Balcarce 50 y más precisamente para “El jefe”?. Sólo se conocieron un par de intercambios y las sonrisas al momento del tradicional intercambio de regalos. Arriesgando desde la ironía. ¿Será que también el Papa evalúa a Villarruel como una alternativa para el peronismo? Se sabe que el pensamiento de cualquier jesuita es inescrutable pero, tal vez, el Papa ya evalúa que Cristina con una condena firme no podrá ser candidata y que hay que ampliar el espectro para volver a captar votos. ¿Quién lo sabe?. Y una última sonrisa. Tal vez en breve José Mayans viaje al Vaticano y a su regreso hable de coincidencias que levanten otras banderas en el PJ.