Las restricciones al trabajo que impuso el gobierno argentino por la pandemia, y que adoptaron las administraciones provincial y municipal, liquidó a muchas actividades de la economía. Eso supone el desmoronamiento de cientos de personas que ven cómo se hace añicos el esfuerzo de años.
En la ciudad de Santa Fe están más bien relacionadas con el sector terciario, aquel que brinda algún tipo de servicio. Así, jardines maternales, salones de fiestas, agencias de turismo, boliches, hoteles, centros culturales y deportivos, transportes escolares, entre otros rubros, están sin trabajar desde fines de marzo. Quedaron en la lona. Desde hace seis meses, nadie lleva un chico a un jardín, organiza una fiesta o contrata un viaje.
Las deudas impositivas y de servicios acrecientan la angustia de los responsables de estos negocios. Porque el mismo Estado que les impide generar ingresos les sigue facturando impuestos y obligando a pagar las cargas sociales de empleados que a duras penas pueden mantener.
Esta semana, el intendente Emilio Jatón jugó solo y tomó una decisión que marcó la cancha para el resto de la dirigencia política: condonará deudas y eximirá del pago de tributos municipales a todos esos sectores que sufrieron el mayor impacto por la parálisis obligada y sostenida de las actividades que realizan. ¿Alcanza? Seguramente no. Pero es un gesto que deja en claro cuáles son sus prioridades.
Las endeudadas cuentas municipales lo pagarán caro. En realidad ya lo vienen haciendo por la caída de la actividad y, por ende, de la recaudación: un 17% en el primer semestre, dijo esta semana la secretaria de Hacienda, Carolina Piedrabuena. Eso implica, descontada la inflación, que tuvo $ 700 millones menos para gastar respecto al mismo periodo de 2019. La funcionaria estimó que estas medidas tendrán un impacto de $ 68 millones en el actual ejercicio. Pero está esperanzada en que lleguen pronto los $ 64 millones que debe transferir la Provincia en concepto de la ley de Emergencia y en que la paulatina reactivación de las actividades engrose la recaudación del Derecho de Registro e Inspección. A mitad de año, la gestión accedió a algunos adelantos en concepto de DReI, que sirvieron para saldar la deuda con las empresas de residuos.
Tenés que leerAsí es el paquete de medidas para sectores afectados por la cuarentenaEl intendente sabe que prescindir de esos ingresos postergará o ralentizará la concreción de algunas obras que en el tan alejado inicio de su gobierno se había planteado como prioritarias. Pero la pandemia modificó todas las proyecciones y cree que ahora hay que atender lo urgente.
Es interesante el mecanismo que encontró para entregar los subsidios a los clubes y a los jardines maternales. Si bien se basarán en aportes no reintegrables, no serán a cambio de nada: ambos deberán destinar algunas plazas gratuitas a favor de niñas y niños que les derivará el municipio. La medida de asistencia se viabilizará a través de un decreto "ad referendum" del Concejo, donde el oficialismo juega con comodidad, con lo cual es casi un hecho que se apruebe.
Quienes sí han incomodado y hecho enojar al mandatario -y con razón-, son los referentes gremiales de Asoem, que esta semana hicieron un paro de 96 horas como hace décadas no ocurría en la ciudad. Jatón lo calificó como "inaudito, incomprensible y sin sentido" y tomó "aire para no decir todo lo que siento", confesó embroncado. Es que en medio de la crítica situación económica, los empleados municipales han cobrado sus sueldos todos los meses, en tiempo y forma; sin atrasos ni desdoblamientos, como sí les sucede a muchos empleados de sectores privados, que incluso sus salarios han sido auxiliados con aportes del Estado nacional. Nadie discute el derecho a huelga ni a reclamar una mejora salarial, pero parar un municipio durante 4 días antes de un feriado, en medio de esta pandemia inédita y de la debacle social y económica que está generando, es por demás exagerado y pone bajo sospecha los intereses en juego.
El perjuicio de la medida no se mide solo en términos políticos; tuvo consecuencias directas sobre la ciudadanía a la que sirven como empleados públicos que son y que esta semana se vio privada de recibir los servicios que deben prestar. Testimonio de ello fueron los vecinos que perdieron sus turnos para renovar la licencia de conducir, con lo difícil que es hoy conseguir uno, y las largas filas en el cementerio para obtener un lugar para velar a sus muertos recientes.