Oferto varios títulos para un solo problema verdadero. "Milei y un negocio que desechó". "Milei está matando al peronismo". "Milei y un mundo que se derrumba". De eso se trata. De la sumatoria que provoca. Está claro que Javier Milei pertenece al siglo XXI y, no por repetido debe omitirse, su modo de comunicar está directamente relacionado con los modos, usos y costumbres de un mundo al que estamos/estoy abandonando día tras día.
No estoy solo en eso, en la retirada. Simplemente tengo un poco menos de ceguera conceptual (poquito). Sé que nos estamos yendo y que el poder formal, como el real, está lejano, un poco más día por día.
Suicidio por ignorancia
La visión del porvenir alcanza para aceptar que pertenezco a un mundo que se derrumba y que Milei se sostiene en otro que aparenta más solidez, existencia y futuro. Si esa solidez es cierta, si el futuro es bueno y no se derrumba su mundo es algo que se puede discutir, lo que aparenta muy claro es que el mundo al que pertenezco está en retirada por dos razones. Biológicamente estamos yéndonos, conceptualmente estamos incompletos para lo que existe como forma de comunicación.
Somos analfabetos o poco menos. Conceptualmente eso somos: analfabetos digitales. Tal vez sea necesario advertirlo: la comunicación es la base de la sociedad. No existe sociedad donde no se resuelve un idioma común que aglutina, transporta, define aceptación o disenso según ése código y deberíamos agregar: los códigos vigentes resuelven la cuestión desde su creación: si estamos incluidos somos la tribu. Psiquiátricamente se afirma: "El que participa pertenece". O, como dijese el viejo verso atribuido a José Hernández: "Aves del mismo plumaje vuelan en bandada".
Si hace falta (creo que sí) debemos mencionar que no hubo imperio que no hiciese eso, "imponer" idioma y leyes. Aún sucede. Idioma como base del pie encima. En parte la bota que nos aplasta es simplemente el porvenir… y sus formas. Sin paranoias de café o de diván: en el siglo XXI así son las cosas. En una nube saben nuestro pasado completo. Es demasiada ventaja. Nosotros, los que quedamos rezagados ya no podremos. Pero che, te aviso, hay un imperio en crecimiento y Milei es uno de los jefes de manzana.
Da pavura, origina un sobresalto quienes me acompañan en este analfabetismo funcional. Cristina Elizabet Fernández de Kirchner utiliza el mismo idioma del que quiero huir y sus formulaciones teóricas, vamos, su visión de cuanto nos sucede remite a un ayer donde nos estamos refugiando como si fuese el reverso del poema de Hamlet Lima Quintana: "Zamba para no morir".
No reverdeceremos en los hijos porque estos ya hablan otro idioma, tienen por lo mismo diferente comportamiento y sus destinos están tallados por columnas de alumbrado de otra avenida que los lleva a un sitio donde no hay lugar, donde no estaremos. No se trata de vida y muerte biológica, se trata de cambiar idioma, por lo tanto la muerte es en la sustancia: la comunicación.
Consuelo menor: los que no son peronistas deben sufrir el mismo destierro y la misma agonía, sin haber cantado "la marchita". Acaso sin robar o corromper. Lástima. Se repite: hay programaciones enteras, periódicos y periodistas a tiempo completo informando para nosotros, los moribundos. La mitad de dichas programaciones y mensajes no son a favor del peronismo y este no tiene -siquiera- donde oxigenar su agonía.
Entre un mundo que viene y una estructura social que se derrumba, Milei es el verdadero sepulturero del peronismo simplemente advirtiendo: son sucios. Son casta. Son el ayer. ¿Cómo convencer con el peronismo al porvenir? No me lo pregunte, soy periodista, soy el que hace las preguntas.
El negocio que no hizo
Hace pocos días, en uno de los discursos, monólogos, sermones y mensajes a su tribu (la que día por día se acrecienta en cuanto al uso permanente de ese idioma), Javier Milei reveló un costado hasta ese instante sin conocimiento por nosotros, los de este lenguaje en caída libre. Milei contó (lo haré con mis palabras) que cuando decidió donar su sueldo de legislador, en la primera oportunidad que lo percibió, con un acto público en Mar del Plata (ya que lo donaba a quien ganase un sorteo), se refirió a que había reunido más de 10.000 personas en la explanada, en un lugar público de la ciudad, frente al mar.
Milei aclaró que eso para él fue una sorpresa (recuerda que su hermana le dijo: "Ahora veo claro, vas a ser presidente"), pero lo que explicó/confesó/alardeó después reviste importancia: explicó que en el sitio donde había que anotarse para participar del sorteo de su sueldo de legislador recibieron... ¡3 millones de inscripciones! Y que, debido a la cantidad que eso representaba, "la llave" para entrar en esa base de datos la tenían su contador, su hermana y él, porque una base de datos de 3 millones se vende, en rigor se compra para otros usos. También dijo que él rompió su llave y algo parecido les pidió que hicieran los otros dos tenedores de la llave.
¿Está permitido dudar? Cualquier aprendiz de analista del lenguaje y de cuanto se dice y se calla advierte que no fue casual lo dicho. También está claro que hacerlo público es otorgar una información, la verdadera información: estoy atento a las redes, sé de su valor y por tanto advierto a qué cosa -económicamente- renuncié porque el beneficio vendría de otro modo. Vamos de nuevo y sin miedo: ¿Las bases de datos de las colectas solidarias, donde hay que donar 100 pesos para la mamá de Pirulo, se guardan, se rompen o se venden?
Santiago Maratea, el pibe Maravilla, el pibe bueno que ayuda a la humanidad, cobra un porcentaje por pilotear, regentear, auditar, promover, garantizar la transparencia de sus colectas (el 5% de lo recaudado; hizo una para un hospital rosarino), pero… Fueron 7 millones de personas las que contribuyeron generosa y desinteresadamente, eso dicen, quién sabe. ¿Esa base de datos,... ¿Queda en sus manos, o en las de la organización para la que se pide? ¿Queda en manos de una superestructura de "La Nube"? Otra vez, no me pregunte, soy periodista, soy el que hace las preguntas.
Orwell trabaja para Javier
Es en esas sumas y restas de los algoritmos, de aquello que se acepta como el Bien y el Mal en el Nuevo Orden constituido en "La Nube" (para dar un sitio al que los analfabetos podemos imaginar) el terremoto llegó. La IA ya puede simular el encuentro Maradona/Pelé/Messi/Distéfano si se lo piden. También el simplificado: Maradona/Messi. Corrección, hace tiempo que a ese encuentro lo podían simular. Ahora nos cuentan que lo hacen… que lo hacían, que lo harán.
Si todo se puede reacondicionar, inventar sobre lo conocido hasta cambiarlo… ¿Cómo creer en los discursos de Perón? Acaso no rajó a Los Montoneros de la Plaza el 1º de mayo. Si se le pide a un programa de computadora el total de los dineros de CFK, de un senador, de un diputado o de un corredor de autos o, por caso, de un violador confeso y en instantes se saben esos datos porque "La Nube" está dispuesta a entregar transparencia para asegurarse dependencia… ¿Cómo hará el pasado para sobrevivir indemne?
Si las cuestiones de Estado como los chismes de alcoba se transmiten a la nube por jadeos o códigos encriptados y todo se "desencripta" y se traduce (sí, traducir jadeos, que no son iguales momento a momento, según los algoritmos) si los cantantes no son cantantes y las sinfonías no son sinfonías y los instrumentos no son de bronce sino de un insípido código binario que todo lo simula, recrea, compone y entrega en tiempo y forma hay una conclusión: es poco lo que puede esconderse debajo de las piedras de un mundo que se derrumba.
Ni los noviazgos ficticios y el modo precoz, rapidísimo, de hacer el amor de quien necesita eso, un fugaz amor de balcón y de foto son útiles, ni existió el peronismo y todo fue, nada más, un error de las máquinas y del queridísimo Google, que en connivencia con YouTube resolvieron cosas, que pasaran cosas. Este es el tiempo de la pos verdad. Es esa IA la que ha decidido que al peronismo lo represente CFK y al siglo XXI Milei. No están solos los millones de pensamientos que acumula esa IA múltiple.
Queda un consuelo que la fantasía me permite, porque se debe informar, haga correr la voz: la fantasía aún no ha desaparecido, simplemente no tiene creyentes. Solo sigo por ese caminito de la fe y me digo: mandaron a CFK a enterrar en el siglo XXI al representar con su relato, presencia, lenguaje, gestualidad aquella formulación social del siglo XX. Formulación chueca, claro está. El peronismo torció las veletas del bipartidismo y Milei no las endereza, todo lo contrario.
Acaso también mandaron a Javier para que destruya los cimientos de la Justicia Social, los tres poderes, la libertad de prensa, todas fantasías, se advierte, pero su capacidad de resolver propuestas es tan descuidadamente precoz como se dice y por tanto, solo a título de fantasía de un veterano como el que se suscribe, se puede sostener: George Orwell lo mandó con el sistema en que se enviaban los mensajes de la serie original, "Misión imposible". El "grabadorcito" de cinta abierta se destruirá frente a las cámaras. Porque debemos ser serios y preguntar: ¿Con CFK y Milei, sobre el cierre de 2024, estamos en el mundo de Orwell… no?
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