El periodismo porteño, que en muchos casos deriva hacia el interior su visión sobre la política y las cosas, afronta lo inasible de Javier Milei. A veces aparenta estimular su misterio. Interés o ignorancia, acaso distracción organizada, nada se le pregunta en los programas de las cabeceras televisivas sobre cuestiones tan elementales, que asombra la escasa información que se conoce del pensamiento de Milei sobre… todo.
No se le pregunta sobre monopolio de la fuerza y manejo del estado, versus narcotráfico y corrupción policial; narcomenudeo y negreo; blanqueo de los dineros de la droga, del juego legal y clandestino, ni sobre la relación, en el fondo de cada zona marginal, con la absoluta clandestinidad de una sociedad con el 50 % de sus integrantes en mal estado de salud, trabajo e instrucción. No hay confrontación sobre el contractualismo que tanto nos contiene. Bien o mal, pero nos contiene todavía.
También tienen el carácter de asombroso quienes acompañan a Milei en cada territorio y su discurso. Escaso discurso. Está muy claro que nadie puede reproducir el pensamiento "vivo" del economista en igualdad de rango, de escala, de impronta ante las preguntas, buena parte de ellas sobre el monotema: economía y ultra liberalismo.
Milei desafía las leyes de la sobriedad política y ello es motivo de un cuestionamiento. ¿Su atracción responde a la negativa y el rechazo de una población hastiada de los discursos políticos tradicionales, tan alejados de la cotidianeidad y tan similares que resultan copias de un mismo original y a un mismo efecto: dejar tranquilos y adormecidos a quienes escuchan, que encuentran en sus "boutades" y en sus exabruptos filosóficos sociales una seductora salida? Esa es la duda. Tal la cuestión.
La pregunta puede ser respondida con un sí o con otra pregunta: ¿Es el discurso de Milei un ensayo de hipnotismo colectivo, basado en estudios sobre qué cosas adormecen o, por el contrario, un estudiado mensaje para convertirse en el flautista de una inmensa Hamelín, donde habitan los desencantados de los discursos en fotocopias y a granel?
Encuestas cuasi clandestinas, porque han sido encargadas por otras fuerzas y con otros motivos, dan cuenta de la aparición de Milei en los conglomerados urbanos. Rosario es uno de ellos. Apariciones en encuestas con un número alto para provenir de la nada, y de la nada a la mediatización, el flechazo y el deslumbramiento. Pregúntese qué hacía usted hace un año, y si sabía de la existencia de Milei y su propuesta.
No tiene Milei en Rosario un grado de conocimiento absoluto, no es el 100. A medida que se aleja de la "clase ilustrada" cambia la respuesta que puede traducirse en "bueno, sí, que venga y desarme todo", "estamos mal, peor no puede ser". Un nihilismo brutal. En los barrios es menor el miedo a su única oferta: liberemos todos los controles, vamos a la economía como una gran sanación colectiva. Aleluya…
Cuando los economistas (ellos también ilustrados) advierten sobre la dolarización como un pecado, una orgía del adiós a los frenos, nada puede explicar al cualquiera, al universo de "los nadies" en un barrio rosarino, que si el dólar es el comentario y el valor de referencia, por qué no se resuelven los negocios en dólares como la moneda que está en cada conversación y obliga a un ejercicio de traducción. Simplifiquemos, Milei es simple. Dólar y chau.
No hay respuesta a "los nadies" y parecería que Milei lo sabía. No está en su camino ni la cruz de San Andrés. Pare, mire, escuche, cuidado con los trenes… ojo con el desenfreno de la moneda. Nadie habla del desenfreno como lo que es: un castigo de larga duración. Esa seducción por el salto al vacío, que es el eje de su discurso, tiene un punto altísimo de atracción en una tipificación tan efectiva como inatajable: vamos contra "la casta". Si me elige fastidiamos a "la casta".
Milei no es un discípulo de Carl Schmitt, pero eligió su enemigo y en el juego "amigo/enemigo" corrió el eje del Kirchnerismo y lo puso en ese punto. La casta o nosotros. No es la grieta, es el peligro de los impuros. El Bien y el Mal en su versión sueldo del estado y empresario adherido a la teta de los presupuestos (el Mal) - versus Mercado Libre como el viento libre (el Bien). No me pagan para molestar, engañar, mentir. No soy empleado del Estado. Es tan irracional como inexplicable.
Mientras las casas centrales de los MdeC le den "aire", el discurso/relato /acusación/ mensaje del pastor, crecerá. Parados en la provincia de Santa Fe -en las dos provincias de Santa Fe que organiza el río Salado-, el tema tiene fechas de vencimiento: 16 de julio y 10 de septiembre. Mejor: el 17 de julio y el 11 de septiembre. El recuento dirá la verdad numérica.
No habrá candidato a gobernador por Milei (a la fecha ni lo buscan). La estrategia nacional es no abrirse al juego provincial ante la inseguridad de candidaturas firmes, pero igual hay quienes dicen representarlo. Milei no lo desmiente y, cerradas las Paso provinciales en julio y contados los votos de septiembre, bajará la polvareda y se sabrá del poder transmisor en los votos a quienes hayan dicho "somos los eficaces representantes de Milei".
Rarísima situación: un líder nacional carismático y pastores provinciales "tartamudeantes", algunos con discursos diferentes. El voto es un elemento que está en franca discusión. Su obligatoriedad es otro de los temas sobre los que Milei no habla. El ultraliberalismo no estaría tan concordante con un voto secreto, universal y obligatorio.
A Milei lo votarían… ¿Quiénes votarían a Milei? ¿O provincialmente como sus representantes legales? Nada está claro y seguro. Rara cuestión la adhesión a Milei, por parte de diversos actores políticos con posiciones anteriores tan diferentes. No importa, interesa la crudísima realidad. Ahí están, esos son y tienen enclave en las dos provincias santafesinas: arriba y abajo del río Salado.
El voto, para radicales y peronistas (¿sumamos a Cambiemos?) es un eje inamovible. El "qué hacer" (marxista) centraliza, se convierte en la gran duda, ante una aparición como la de Milei. El voto abre la puerta. Los votos que se consagren como libertarios en julio/septiembre en Santa Fe no van a las Paso de agosto ni a las generales de octubre, donde la música es con Milei bailando la polca. Se calcula un Milei más alto.
Los dos frentes provinciales, con su consolidación en dudas, advierten que hay un agujero que nadie llena pero que no les pertenece. La adhesión nacional a Milei fabricará personajes locales verdaderamente diferenciales. Hay antecedentes: Amalia Granata fue un Caballo de Troya que aún está en vigencia. Sorpresa… están cerca aquella outsider y este líder carismático de la fe en el rompan todo.
Es todo tan raro que, a la fecha, el pasado de Milei es motivo de estudio y en ése misterio pueden encontrarse más razones para una atracción que no proviene de la razón, sino del enojo y el despecho; ambos malos consejeros pero… ¿quién dice que en los votos los sanos consejos son parte de la razón si todos votamos con el corazón?
Milei es una antena recibidora de malas ondas que quieren castigar, con un ejemplar misterioso -ese es su atractivo- las tantas mentiras, yerros y desvíos de los actores políticos. Su figura se suma a los tantos mediáticos que, por no tener placares de fracasos y poseer un alto grado de conocimiento ofertan un escape.
Los MdeC están construyendo, desde hace dos años, la antena Milei, el libertario que servirá como castigo de los pecadores. La pregunta que, como corresponde, fastidia a muchos, es esta: ¿Quiénes se colarán de esa atracción misteriosa y se quedarán con un carguito, que no será de "la casta", sino de la anticasta, o algo similar?
¿Adherir a Milei en Santa Fe, trae beneficios personales convenientes o compromisos de sacrificio ciudadano? ¿Es un sueldo vía Milei? No me pregunte a mí… yo soy periodista, soy el que hace las preguntas.
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