Miércoles 2.3.2022
/Última actualización 13:38
Cuando se murió mi padre, un amigo (David José Feldman, "el ruso") me dijo: "ahora recién vas a ser padre". La relación hacia atrás es parte de nuestro diario concierto con los ruidos del alma. Crujen los pecados, los olvidos y la realidad como vidrios astillados. Nada está definitivamente roto, nada es absolutamente claro. Hay quienes discuten que después del 1º de julio de 1974, muerto Perón, un cualquiera podría haber dicho la frase de Feldman para conmigo. No es fácil ser padre.
"YO NO QUIERO QUE NADIE A MI ME DIGA"…
Paul Auster, en "La invención de la soledad" refiere con sus dotes (es un grande) el tema de la muerte del padre y el comienzo de la soledad. Hay un capítulo que estremece. Me estremeció. No quiero releerlo. Ese ruido en los pasillos vacíos, fríos, la calefacción. Uff.
Quienes mandan en Argentina, por delegación, son nuestros padres sociales, a veces política y filosóficamente; aprenden a serlo en el ejercicio del cargo. Recién allí.
Bailan dos frases sobre la soledad. "La soledad es un amigo que no está". "Un amigo nuevo no es lo mismo, Pepe, nos quiere por la mitad". Spinetta y María Elena Walsh, respectivamente; la Walsh agrega: "todo el corazón que le prestamos"… La vida adquiere certeza en la poesía.
Una cuestión es esa angustia sobre tener y compartir y otra la obligación de actuar. Sobre la acción hay una frase atribuida a Oscar "Ringo" Bonavena, boxeador y mediático argentino, tan sencilla que todos entendemos: "cuando suena la campana te dejan solo, te sacan hasta el banquito…"
La frase refiere al comienzo del round; las fracciones en que se divide una pelea, de tres minutos por uno de descanso, en ése minuto en el rincón donde están sus consejeros colocan un banquito. Quien haya soportado tres minutos seguidos de violencia pactada, pero violencia física sin dudas, sabe el valor de sentarse al menos un minuto. El valor de "el banquito". Algunos gobernantes no entienden ese valor.
"SOLO COMO UN CABALLO SOLO" (NERUDA)
Los Ejecutivos argentinos son hiper ejecutivos, muy lejos del parlamentarismo constituyen uno de los tres poderes formales del Estado y pueden asimilarse, como ejemplo, a la frase atribuida al boxeador. Comienza la pelea y quedan solos en el ring.
Qué consejeros tienen para el minuto y el rincón con el banquito y el descanso, mínimo y necesario. Necesitan consejeros… les hacen caso… Hum.
La frase de Bonavena refiere a lo que no dice: suena la campana vuelve la pelea y retorna la soledad. El centro del poder formal en Argentina se puede definir por la soledad en que se desarrolla.
Los gobernantes argentinos son los solos. Acumulan factos para la distancia, la memoria, la investigación. Solo el pasado amenaza ser inmutable, pero ni eso queda quieto.
Alfonsín y los suyos, Menem y los que lo acompañaban, De la Rúa, la Familia Kirchner, los Macri y Fernández/Fabiola… Cristina y los suyos, todos se corresponden con el punto: contemporaneidad.
Nada impide preguntar quiénes acompañan las decisiones, en quiénes encuentran un vaso comunicante con la realidad para escapar de lo constitutivo del Poder unipersonal: la soledad.
Con la soledad la deformación que fabrican los fantasmas y los visajes que brindan las informaciones, necesariamente parciales. Fácil decirlo. Difícil escaparse. Más difícil que lo entiendan quienes transcurren ese pasillo del que hablaba Auster hacia las oficinas de su padre y esos tres minutos que ubica Bonavena como la acción, la única acción posible: pelear. Pelear solo.
El intendente de Rosario, Pablo Lautaro Javkin gobierna en soledad. La ciudad no tiene, por su armado legal, un Vice Intendente. Ante su ausencia física el poder marcha a la Presidencia del Concejo Municipal.
La vigilancia de las redes suele ser una característica distintiva del Intendente. El gobernador Omar Ángel Perotti no tiene tanta atención a este punto. En ambos hay una evidente soledad. Se comprende. La elección trajo soledad.
El Ejecutivo es estrictamente personal. Por esa razón toda queja va al pecho de los mencionados; también toda medalla si la hubiera. No hay fusibles.
Para estas medallas, como para la diferencia en el tratamiento de los fracasos, el aparato comunicacional elegido es diferente.
Javkin es quien lee redes, comunica, llama, conversa, debate, persuade, se aflije. Lo ayuda mucho la alianza con el socialismo comunicacional o antiperonismo, finalmente parecidos.
Perotti es más silencioso. Los dos partieron de un estallido. A Perotti le estalló un ministro que era demasiado locuaz y ofertaba el flanco de sus dichos extemporáneos, afligente para quien quiere tener atados todos los hilos.
No es tiempo de conclusiones, pero el "Tema Sain" debería incluir en su análisis si fue exprofeso, qué pacto existía con Pullaro (anterior ministro radical/socialista), si la incontinencia verbal era el Síndrome de Tourette o una política amplificada para dinamitar "todo". Todo es el Poder Formal y sus pactos. Sain apuntó al espinazo del poder provincial. To be continued.
Javkin, con el mismo silencio mediático de Perotti para con Sain se calló el estallido de la herencia recibida, negativa, pecaminosa, que llevó la ciudad al quebranto de donde no sale. Mónica Fein fundió Rosario, la tornó dependiente del gobierno provincial y sin un plan no ya de independencia, sino de equilibrio.
Hizo uso de "la herencia recibida" pero, tal vez por esa misma razón, no suelta amarras con ese pasado. Transporte fue un terremoto de Fein. Seguimos con esos escombros en las calles.
No explicitar lo malo recibido no fue bueno. Era necesario abrir los libracos del Debe y el Haber.
TODOS UNIDOS TRIUNFAREMOS
El Intendente Javkin tiene quien "tuitee" o, al menos, replique sobre determinados temas. También quien titule y analice en los medios convencionales. Revisar la grilla de funcionarios de carrera de Rosario es recorrer el padrón del Partido Socialista Santafesino.
La ciudad votó peronismo provincial y radical/socialismo municipal; tuvo y tiene un comportamiento errático para con elecciones nacionales.
Región Rosario no es sencilla de explicar a los analistas esquemáticos. Vamos, no es necesario explicar en ningún caso. Los votos mandan. Siempre.
Perotti, el peronista que ganó en Rosario, recibió un gobierno con yerros administrativos, con problemas de caja, con defectos en salud, en compras, en planes de obras que se anunciaban y no estaban hechas pero no denunció con vehemencia, prefirió indicar que resolvería la seguridad. Abrió poco el libro del Debe y el Haber. Lo comunicó con un cuentagotas.
La Seguridad / Inseguridad en el siglo XXI merecía otro enfoque. El Social/Radicalismo sabía como inventar excusas, relatos sin atacarla en serio o peor, complicándose. Fueron / son parte del problema.
Es elogiable una frase que acuñaron para la Inseguridad Urbana debido al Narcotráfico, el Código Narco y la Corrupción Estructural: "se están matando entre ellos". Elogiable y perniciosa. Es falaz.
Hablemos de Fernández. El Presidente que está solo y del que nadie espera nada sobresaliente. Habitaba una casa prestada. Nadie preguntó por los "Gastos Centrales" y las contraprestaciones por "la gauchada". Paseaba un perro. Tenía una pareja más joven y alejada de las entretelas del poder. Escribió un libro contra el poder donde estuvo… al que volvió. Su anterior pareja escribió un libro aún mas duro… También volvió. No tiene "corrector ortográfico", mucho menos "corrector de estilo" y nadie frena sus discursos y sus actos. En un gobernante el ímpetu no es seguridad, es riesgo.
Fernández es parte de una "Ceremonia al pie del Obelisco" (como escribió Walter Operto). No es el Obelisco ni la Ceremonia. Eso es K. Él está al pie del Obelisco. Sus ministros no son dependientes visibles, como en la muni y la gobernación, son asteroides sin rumbo atraídos por una gravedad central. Una gravedad central que no está en su ombligo.
"LA INVENCION DE LA SOLEDAD"
Auster no habla de Fernández, por eso podemos leerlo sin agravantes. "Hacía tiempo que la gente que lo rodeaba había aprendido a aceptar su ausencia, a tomarla como una cualidad inherente a su personalidad". "De repente se revelan cosas que uno no quiere ver, no quiere saber". "Las mentiras le salían de forma automática y mentía por mentir". "Lo que la gente tenía ante sí no era realmente él, sino un personaje que había inventado, una criatura artificial que manipulaba para a su vez poder manipular a otros". "Uno no deja de ansiar el amor de su padre, ni siquiera cuando es adulto". "Pero la gente no cambia". Paul Auster hablaba de su padre, acaso -sin saberlo- de Ringo Bonavena. De nadie más. De nadie más.
La frase de Bonavena refiere a lo que no dice: suena la campana vuelve la pelea y retorna la soledad. El centro del poder formal en Argentina se puede definir por la soledad en que se desarrolla.