La última semana resultó sancionado un Veterano de la Guerra de Malvinas. Es el Coronel Retirado José Martiniano Duarte. Pese a su situación de revista, sigue sujeto a las normas militares al igual que sus camaradas en actividad. La causa es cuestionar al gobierno de turno, específicamente las capacidades del mandatario argentino para hacerse cargo del Poder Ejecutivo. Queda en segundo plano lo aceptable o no de someter a un veterano a una semana de detención domiciliaria por cumplir con su derecho de libertad de expresión, el foco queda puesto en el juicio de las autoridades ante el mismo tipo de “falta grave”.
Duarte, opositor, preso. Pero, ¿qué pasa con los que son “propia tropa” del gobierno de turno? Nada. Sergio Berni, por ejemplo, es Teniente Coronel Retirado del Ejército Argentino. Está en esa situación luego de varios años de irregularidad. Sin embargo, está contemplado por los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro par. En algún momento, con esta misma gestión de gobierno y conducción militar, se refirió al Presidente de la República como un “borracho” y pidió “que se lo lleven”. Esta última semana habló en la misma línea que Duarte al asegurar que “Sergio Massa es el nuevo conductor del Gobierno” y no el propio Alberto Fernández, Jefe de Gobierno y Estado argentino. El fondo de los mensajes es el mismo: la falta de autoridad del primer mandatario. Sin embargo, uno es detenido y el otro ratificado en su puesto dentro de la estructura estatal. La diferencia parece ser la cercanía o no con el fuero íntimo de Cristina Fernández. Taiana fue funcionario y compañero de fórmula de la misma para el Senado nacional.
Ante igualdad de condiciones, hay cero tolerancias en un caso y lenidad en el otro. En el primero, el ajusticiado no quiso revelar quién firmó la sanción en su contra. Es que se indicó que fue el efecto de una orden reaccionaria del Ministro de Defensa, Jorge Taiana. Esto significa que las autoridades militares no están actuando ante la comisión de faltas de este tenor, lo que demuestra indisciplina ante los reglamentos vigentes. Pero, además, indican que son absolutamente obsecuentes a la mala intención política frente a quienes piensan distinto. Es decir, actúan por obsecuencia y no por convicción. Es muy probable que compartan el mismo pensamiento que los afectados. Tampoco hay que minimizar que la sanción solamente puede ser ejecutada por instrucción o aceptación del mismísimo Jefe del Ejército, Guillermo Pereda, quien ya dejó claro con qué calidad lleva adelante su gestión como reemplazo del Teniente General Cejas.
Es oportuno concluir con la reflexión de un experimentado camarada sobre estos casos: "la crítica es una falta de disciplina, el elogio es una falta de ética profesional. Aunque en esta última, el causante, podría ser merecedor de alguna embajada, mientras que el primero sancionado.