Domingo 19.11.2023
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Berlín, Alemania. Desde el piso 11 de un edificio, a través de un cortinado, se alcanza a ver una manifestación que recorre la calle. El hombre cierra el piano, toma la partitura de Johannes Brahms y la vuelve a la biblioteca. El habitante, en silencio, abre un álbum de fotos. Y se remonta con sus recuerdos más de cincuenta años atrás: Argentina en los años 70. La ciudad de Buenos Aires, el Senado de la Nación. Personajes de la política y de la música alternan en el álbum.
José Hernán Cibils es argentino. Para más datos, santafesino. De profesión: compositor y pianista. Nació en la capital provincial a finales de la década del 50, cuando en las avenidas porteñas los Simca color crema y Siam Di Tella alternaban una pole position imaginaria en los semáforos, mientras que los Buick y los Opel ocupaban las incipientes dársenas urbanas. Las calles adoquinadas trepidaban al paso de los Sedan Graciela, o alguna que otra Estanciera cruzaba el Obelisco, para dar paso a un DKW, que funcionaba a "mezcla".
Universidad, conservatorio y dactilografía
Es en el año 1966, el de una gran crecida del Paraná, que José abandona en un destartalado micro Santa Fe, para instalarse en Buenos Aires. Tenía solo 18 años. Entre 1957 y 1971 transitó atento las calles porteñas. Abrazó primero las Ciencias Políticas, en la Universidad del Salvador, donde generó una amistad con Octavio "Pilo" Bordón y Julio Bárbaro, entre otros. El centro de estudiantes bullía por entonces. Ideas e ideales convergían en verdaderas tertulias y discusiones.
Tiempos de juventud. José Hernán Cibils (adelante) junto a Enrique Masllorens, uno de los referentes del grupo musical La Joven Guardia. Créditos: gentileza.Paralelamente con esas inquietudes de sociabilización, los martillos de los pianos en el conservatorio de La Lucila fueron testigos de su paso. Y también los umbrales de la Universidad Católica Argentina (UCA), como verdaderas partituras silenciosas de su sonora presencia, en las cátedras de Composición y Dirección Orquestal. Pero, al margen de todo ello, serán sus estudios y conocimientos en dactilografía los que le sirvieron para ganarse un lugar en el Senado, ya que allí había entrado (¡Parece insólito!) a través de un concurso de dactilógrafo.
En el año 1987, Hernán pudo ver al recordado papa polaco, Juan Pablo II, en su "Papamóvil" en la Argentina, mientras probaba sus grafitos y sus pinturas, y la astrología le devoraba sus entrañas por dentro. Ya para entonces estaba cursando en la UCA, luego de un dificultoso acceso, promediando los 30 años, y con varias materias hechas en la Universidad del Salvador.
Emigrar justo y a tiempo a la "RDA"
Por ese entonces, el santafesino recorría las embajadas de los distintos países. Tanto de Europa oriental, como occidental. Aprovechó para estudiar alemán, para lograr su "Zertifikat". Finalizando los años noventa, un telegrama lo esperaba en su casa. La embajada de la por aquel entonces "RDA" (la sigla que simplificaba el casi ostentoso nombre de República Democrática Alemana), lo convocaba para estudiar y residir allá.
Nuestro amigo tuvo que juntar 2.000 dólares para obtener un permiso de residencia y financiar el resto. Cursos de alemán intensivo a la llegada, convivencia con personas de otros países y música grupal en su lugar de alojamiento. Ese fue el marco de esta historia. En sus momentos libres, José recorrió la "Thomas Kirche", donde trabajara Johan Sebastian Bach.
Todavía resuenan en sus claustros los acordes de "El Clave bien temperado" y las sonatas para Órgano. Presenció desde sermones evangelistas hasta el Coro de Niños. También, la Gewandhaus, dirigida por Kurt Masur. Desde 1982 en adelante, encontramos su participación en el camping musical "Bariloche", con la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, bajo la dirección de Pedro Calderón. Compuso obras en estilo sonata, cuarteto de cuerdas, como obras para orquesta. Sus composiciones asombran por la diversidad, texturas que expone y timbres que utiliza.
Universo composicional
El clarinete, el violín y el piano están presentes en cada una de las composiciones de Hernán Cibils. En cuanto a géneros, merece destacarse su amor por el tango y las expresiones rioplatenses, como "Canaro en París" y "A media luz", arreglo para orquesta sinfónica ejecutado por primera vez en 1997 por la Strauss Orkester Stockholm.
Grabaciones con solistas japoneses y conciertos para charango conforman una pequeña parte de su universo composicional sonoro. De sus obras, la mayoría transcriptas en formato electrónico, puede deducirse que la coloratura explora formas modernas en lo referente a lo armónico y se ajusta a los cánones tradicionales a veces, tanto en las formas clásicas, así como que también desarrolla sus propias percepciones.
José Hernán Cibils hizo sus primeras "armas" en la música en la ciudad de Santa Fe, tocando la guitarra en el grupo The Shoulters. De esa época, especialmente en el contexto de la realidad de 1966, emergerían Enrique Masllorens y La Joven Guardia. Al igual que Nury Guarnaschelli (cornista, España), Claudia Figura (violinista, Italia) y Daniel Mendelson (vocalista, México), Cibils nutre la lista de argentinos que desarrollan sus carreras artísticas y sus vidas profesionales en el exterior.
Ellos son artistas argentinos "más allá de nuestras fronteras". Pero no se los ve en ningún repertorio, ni como solistas ni invitados en algún concierto, sea municipal o provincial. Fueron contadas las gestiones, del año 2000 hacia atrás, que se preocuparon en estudiar nuestro acervo y nuestro pasado.
Esto refuerza la idea que el exilio sin retorno es, muchas veces, el único camino que les queda por recorrer a los más capaces, siendo Europa la que –por lo general- los abraza y contiene profesionalmente. Es un tema para reflexionar, para los tiempos que advienen. A no olvidarnos: los que están "afuera", en algún momento estuvieron, paradójicamente, "adentro".