I
I
Esta nota habitualmente la escribo los viernes a la mañana y la entrego alrededor del mediodía. Así se trabaja en los diarios. Los tiempos se respetan escrupulosamente salvo cuando ocurre algo que llamamos "noticia", acontecimiento que se produce en el horario que debemos entregar la nota. En estos casos pedimos una postergación que habitualmente te la reconocen, pero lo que importa destacar es que todo se acelera y los periodistas debemos escribir sobre "caliente", es decir con información incompleta y con un tiempo muy reducido para elaborar la opinión. Podría solicitar a mi editor que postergue mi nota para otro día, pero un periodista que se precie sabe que debe asumir estos desafíos. Hago estas consideraciones para explicar los límites y los alcances de esta nota escrita alrededor de las 14 horas del viernes y a minutos de la conclusión del discurso pronunciado por Cristina Kirchner para refutar la imputación de los fiscales Luciani y Mola de jefa de una asociación ilícita y administradora fraudulenta en contra de la administración pública.
II
Primer detalle que registro: la puesta en escena. Habla no como ciudadana sino como vicepresidente en el ejercicio de sus atributos. Pregunto: ¿Se está juzgando a la vicepresidente o a la ciudadana? No sé si esta pregunta tiene respuesta, pero me importa destacar el poder de la imputada, el escenario fastuoso que la contiene, su gestualidad, los símbolos que la rodean. Segundo detalle: lo primero que dice la Señora es que le han negado el derecho a ejercer la defensa. ¿Perdón? Si los ojos y mis oídos no me engañan, es lo que está haciendo y con un despliegue de poder y boato del que no dispone el hombre o la mujer de la calle. Importa destacarlo: Cristina habla siempre desde el poder; se defiende desde el poder y seguramente desde los recursos que le brinda el poder eludirá la cárcel. ¿Cómo Menem? Más o menos; pero bastante parecido, porque en realidad, Menem y los Kirchner en lo que realmente importa se parecen mucho. Cada vez más. La Señora que dice que le niegan el derecho a la defensa es la segunda vez en un mes que habla del mismo tema empleando para ello generosos períodos de tiempo. ¿Tiene derecho a hacerlo? Supongo que sí, por supuesto que es legítimo su esfuerzo por querernos convencer (¿se dirige a nosotros o a los jueces?) de que es inocente como una blanca palomita o víctima de una maniobra infame, pero me temo que le va a resultar difícil convencernos de que le han negado el derecho de defensa a la persona que lo ejerció generosamente e incluso incluyó en el ejercicio de esa gracia el lujo de decirles a los jueces -importa el tono, el gesto, los ademanes, el revoleo de la cartera Vuitton- "¿Preguntas?...ustedes tienen que contestar preguntas". ¿Si a esa respuesta la hubiéramos dado yo o usted, acaso no habríamos sido detenidos en el acto por desacato? Sospecho que sí, pero como se trata de una funcionaria del poder los jueces callan porque ellos también admiten que los titulares del poder real pueden darse lujos que, sospecho, Isabel de Inglaterra hubiera dudado en ejercerlos.
III
Hay un punto en la argumentación de la Señora sobre el cual no tengo una respuesta clara o exceden mis escasos saberes jurídicos. ¿Corresponde o no la figura de asociación ilícita para acusar a una presidente? Alrededor de la misma pregunta discurrieron los juristas cuando en su momento estuvo detenido el compañero partidario de la Señora, el doctor Carlos Menem. Como ciudadano, es decir como persona que sigue atentamente los acontecimientos públicos, presumo que cuando se hace la imputación de "asociación ilícita" no se está invalidando la legitimidad de un proceso electoral. Alguien puede haber sido elegido limpiamente, pero ello no impide que luego desde el poder y desde los instrumentos que brinda el poder organice una cleptocracia. Una cosa no niega a la otra. Alguna vez un abogado amigo me explicó las dificultades técnicas para probar una asociación ilícita. Lo expresó en términos prácticos y recurriendo al humor: para probar esa imputación hace falta la presencia de un escribano que testifique un escrito en el que los delincuentes admiten que se han organizado para delinquir. Humoradas al margen, lo que recuerdo que le dije a mi amigo es que si la asociación ilícita es tan difícil de probar, tan difícil que hasta resulta imposible, lo más práctico que deberían hacer los juristas es derogarla, sacarla del Código. Para mi tranquilidad, mi amigo me explicó que hay importantes juristas que dicen que un presidente elegido por el pueblo puede desde el poder montar una asociación ilícita.
IV
Ahora vamos a un tema importante en el reciente discurso de la Señora. En este caso la importancia no reside tanto en lo que dijo como en lo que no dijo. Me explico. A lo largo de más de una hora la Señora mencionó a políticos, juristas, empresarios, pero curiosamente en ningún momento se refirió a Lázaro Báez. Oh casualidad. Tanta verborragia, tanta fruición para con las palabras, pero el nombre más importante está ausente. Alguien preguntará: ¿Qué tiene que ver Cristina con Lázaro? Mi respuesta es concluyente: todo. Empecemos por el principio, como se dice en nuestra jerga. Lázaro no es un empresario creativo, un modelo de burgués schumpeteriano, un ejemplo de racionalidad weberiana para la creación de recursos. Lázaro, es más un personaje digno de la picaresca en sus versiones más sórdidas o de las novelas del hampa, que un emprendedor capitalista. Lázaro es quien es por Néstor y Cristina. La fortuna multimillonaria que acumuló la hizo amparado y favorecido por el poder ejercido por sus jefes. Lázaro Báez librado a su propia iniciativa no hubiera ahorrado ni para comprarse una moto; protegido por los Kirchner, acumuló una fortuna digna de un jeque, una fortuna que incluye estancias, flotillas de autos, bolsos de los que se revolean en las puertas de los conventos y, como para darle un toque de distinción a la faena, una estatua de "Néstor", con lo que se confirma que el hombre además de ser eficiente como testaferro es agradecido. En los estrados judiciales se habla de asociación ilícita, pero en el lenguaje de la calle vamos a decirle "banda", banda con jefe y secuaces. ¿Hay otros, además de Lázaro? Por supuesto que hay otros, pero en términos metafóricos podríamos decir que Lázaro es algo así como el Frank Nitti de un conocido caballero que hizo de las suyas en Chicago y la justicia nunca pudo probar lo más importante, porque los poderosos -y los Kirchner vaya si lo son- saben protegerse.
V
Si Cristina fuera inocente se defendería con los recursos con los que se defienden los inocentes. Y en primer lugar desmontaría la principal acusación: la relación con Lázaro Báez. Sin embargo, la respuesta de ella es el más absoluto silencio. Oh casualidad: Austral Construcciones nace cuando los Kirchner llegan al poder nacional y se desarticula cuando pierden el poder. No es la única hazaña patriótica que perpetraron. Los testimonios de sus propios contadores, colaboradores y secretarios son más que elocuentes. La Señora dice que los únicos que pueden juzgarlos son los jueces de Santa Cruz. Criaturita de Dios. La misma Justicia que todavía no dio respuestas a los reclamos del procurador Eduardo Sosa, la misma Justicia integrada por familiares y compañeros. Ya quisieran Robledo Puch, el Gordo Valor o la Garza Sosa ser juzgados por una justicia así. Según Cristina ella es la única presidente en la historia a la que "arrastran de los pelos" a un juicio. Alan García o Collor de Mello podrán decir lo mismo y eso no los hace más inocentes. ¿O acaso pretende sugerirnos que los jueces se ensañan con ella porque es peronista? En algo tiene razón: no me los imagino a Frondizi o Alfonsín acusados de ladrones. De esas virtudes se hacen merecedores Menem y los Kirchner. Veremos qué deciden los jueces. Si el fallo es condenatorio seguramente apelarán. Y si eso también falla, se protegerán con los fueros. Así lo hizo Menem, así probablemente lo hará Cristina. Pertenecer al poder, habilita estos privilegios. Respecto del fallo de la historia a la que ella alude, lo que por ahora sé es que el ochenta por ciento de la opinión pública la considera culpable.