¡A limpiar la ciudad!
UNA LECTORA
"Hace una semana de las Paso, pero no se ve que los partidos hayan salido a limpiar la ciudad, debidamente, de toda la cartelería que destruye la visión en las calles, genera mugre, gastos y tanto más. Que todos esos carteles se donen para cuchitas en las Protectoras o los lleven al recicladero, pero que la ciudad quede limpia y las avenidas recobren un poco su imagen. Si no, a aplicar multas severas tal como lo disponen las ordenanzas propias de las municipalidades. Gracias por el espacio".
"No sé si reír o llorar"
ANTIGUA LECTORA
"No sé si los políticos o yo estamos locos. Hay un concejal que propuso que la gente lleve a su mascota a donde vaya. Que suba al colectivo, al remís o taxi con su perrito... Imagínense todos los que viajan en ómnibus, ¡que suban 10 personas con 10 animales! Inconcebible. Semejante propuesta demuestra la calidad de dirigentes que tenemos... ¿Cómo le pueden seguir pagando un sueldo, en la Municipalidad, en el Concejo, a alguien que se le ocurre una idea tan descabellada? Es plata que paga el ciudadano. Yo hace más de 50 años que abono los impuestos. Otra cosa: la terminal de ómnibus ¡la cantidad de millones de pesos para solo cambiar la vereda, los pisos!, unos canteros gigantes (que los van a usar de basureros); el que cuida va a tener que vivir limpiándolos porque van a tirar de todo, puchos, papeles, etc. No va a haber plantas. Se van a sentar todos alrededor a fumar... Es un adefesio que salió carísimo... ¿Por qué no hicieron un anexo nuevo de la terminal, más moderno, con las plataformas más lindas?".
Y todos amigos
MIGUEL ÁNGEL REGUERA
Está claro que el marco cultural, desde nuestra primera infancia, nos transmite valores, normas, costumbres, lenguaje, símbolos e incorpora a nuestra vida elementos materiales propios de su tiempo. A ello se lo llama "Proceso de Socialización" y es el que hace que un individuo se convierta en una persona (del griego "personam" o máscara). Es decir que todo grupo social posee mecanismos socializadores para incorporar a nuevos miembros para que se reconozcan como parte del mismo. También es claro que todos esos elementos culturales cambian con el tiempo y que los agentes socializadores varían en su influencia (hoy son determinantes las redes sociales, por ejemplo, con un peso que excede al que tenían en otra época la radio o la televisión). Pero advierto en conversaciones familiares, laborales y encuentros sociales que hay un exagerado proselitismo en favor del rechazo social, la exclusión y la cancelación de todos aquellos que no beben de los nuevos vientos que determinan lo que se puede, se debe y se quiere decir, o lo que no.
Hay millones de argentinos adultos mayores que se criaron viendo películas de "El gordo y el flaco". Otros millones que cenaban mirando por televisión programas de "El negro Olmedo" o del "gordo Porcel". Miles de horas de radio y televisión para debatir propuestas futbolísticas de "el narigón Bilardo" o "del flaco Menotti". Se dirá hoy que no se puede hacer comentarios sobre características físicas de las personas. Pero ¿quién decide cuál es el límite del comentario estético? Una de las formas de nombrar a las personas desde la antigüedad y diferenciarlas de otras fueron aspectos físicos: Platón (espalda ancha), Homero (el que no ve o ciego), Claudio (el que renguea). Otros llegan hasta hoy como apellido: Canosa, Rubio, Rojo, Blanco, etc. En la literatura de todos los tiempos, se aprecian retratos físicos de los personajes, con palabras que dibujaban en nuestra mente las características de los personajes. Ni hablar de los libros de historia, pues los laureles de Julio César ocultaban su calvicie y Napoleón no se caracterizaba por su gran altura. No olvidaremos a reyes calificados de "locos", "hermosos" o "terribles". Ya es suficiente y sobreabundante para ejemplificar en qué contexto se formaron generaciones donde en la escuela pública y los juegos en calles de tierra convivían el "ruso", "el polaco", "el gallego", "el tano", "el turco", aun cuando los apodos no se correspondieran exactamente con el origen geográfico de sus ancestros.
Yo respeto a las nuevas generaciones (no hablo de tolerancia, pues eso significaría cierta condescendencia que no me pertenece), pero exijo también que se me respete y que así como yo acepto nuevas formas de comunicación, otras formas de vestirse, gustos musicales diferentes, etc., creo que deben aceptarse que los procesos llevan tiempo y que algunos cambiarán y otros optarán por seguir, legítimamente, ejerciendo sus patrones culturales, dentro de los límites que marca la existencia del "otro" y la obligación legal de no dañarlo.
La libertad de expresión con el único límite que es ese mínimo de ética marcado por el imperio de la ley, es un pilar fundamental de la vida Republicana y Democrática. De no tener lugar el ejercicio de la inteligencia y así poder diferenciar el "animus injuriandi" de la simple descripción de características distintivas de una persona, la cultura democrática daría varios pasos hacia atrás.
Para aquellos que al día de hoy podemos aun distinguir la ironía del sarcasmo, el insulto de la calificación simplemente descriptiva, nos importa seguir participando de un picadito de fútbol donde un desconocido nos grite: "Pelado, estaba solo" y uno disculparse, agachando la cabeza y aceptando con un simple "no te vi, petiso". Y todos amigos.
Streptococcus del grupo A, la causa del aumento de casos de faringitis
SARA LINARES
El último Boletín Epidemiológico Nacional del Ministerio de Salud da cuenta del crecimiento de la bacteria Streptococcus pyogenes en un 281 % respecto del año pasado. El Streptococcus del grupo A es una bacteria Gram-positiva y es la causa bacteriana más frecuente de la faringitis aguda y algunas infecciones cutáneas como impétigo, celulitis y escarlatina. En lo que va del año, en el país se confirmaron 118 casos de infección invasiva producidos por la misma.
"La faringitis es una inflamación de la garganta o faringe que puede ser causada por una bacteria o virus. Pero la bacteria puede provocar faringitis aguda, infecciones cutáneas y escarlatina. Por eso es importante tener en cuenta los signos distintivos de cada una de las enfermedades", afirma la Dra. Cecilia Avancin, médica pediatra.
En este sentido, señala que los síntomas de la faringitis son dolor de garganta, fiebre, cefaleas, dolor abdominal, náuseas y vómitos, enrojecimiento de faringe y amígdalas, mal aliento y ganglios aumentados de tamaño en el cuello.
En tanto, en lo referido a la escarlatina, los signos más frecuentes son garganta roja y dolorida, fiebre (38,3° C o más), erupción color rojo con textura de papel de lija, piel de color rojo intenso en los pliegues de axila, codo e ingle; recubrimiento blancuzco sobre la lengua o el fondo de la garganta, lengua "aframbuesada", dolor de cabeza, náuseas o vómitos, inflamación de los ganglios, dolores en el cuerpo. "La escarlatina es la única de las eruptivas que lleva antibióticos", aclara la Dra. Avancini.
Además, apunta que "con respecto a la edad de los casos confirmados en el año 2023, la edad mínima fue de 0 año y la máxima 83 años, con una media de 16 años. Del total de casos confirmados, el 43,2 % fueron menores de 10 años". Y añade: "Todas las eruptivas son más frecuentes en la infancia porque muchos de los adultos ya han tenido contacto a lo largo de la vida con el Streptococcus, con lo cual forman anticuerpos. La escarlatina es la única eruptiva que se puede repetir porque hay distintas cepas de Streptococcus. Todas las otras eruptivas, tales como el sarampión, varicela y rubéola, se tienen una sola vez porque hay un solo tipo de virus que forma anticuerpos y quedan inmunes para toda la vida".
Acerca del diagnóstico, se realiza a través de un hisopado y cultivo de la faringe. "La faringitis se diagnostica mediante cultivos bacterianos y se trata con antibióticos. La higiene de las manos y la higiene personal pueden ayudar a controlar la transmisión, que se produce por contacto cercano con una persona infectada y puede contagiarse a través de la tos, los estornudos o el contacto con una herida", subraya la Dra. Avancini.
Con respecto al tratamiento, las personas infectadas deben recibir antibiótico y es fundamental completar el esquema, ya que la utilización inadecuada de los antibióticos promueve la resistencia bacteriana, hecho que atenta contra su efectividad en el futuro. "El tratamiento de las personas infectadas con antibióticos durante por lo menos 24 horas elimina por lo general su capacidad de propagación", enfatiza la especialista.
Asimismo, indica que las personas enfermas deben evitar concurrir a lugares públicos y restringir los contactos hogareños. Además, es de importancia lavarse las manos frecuentemente, no compartir objetos de uso personal y ventilar adecuadamente y de forma regular los ambientes; y tener al día la vacunación antigripal y contra Covid-19, muy especialmente aquellas que presentan factores de riesgo.
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