Juntemos, porque un proyecto de ensayo atrevido lo permite, dos leyendas urbanas que tienen su secuencia en la vida posterior a su nacimiento. En ambos casos la historia no ha perdonado, simplemente elaboró, reelaboró -y aún aplica- aquello que viene de ambos casos que, se insiste, son leyendas urbanas que, obvio es decirlo, no nacen de ningún misterio, son la realidad de un punto histórico que luego rueda y rueda. Los cantos rodados son piedras mas pulidas, pero son piedras del camino.
Hijo de un asesino mazorquero al que, desde luego, asesinaron, Juan Moreira pasaba por un gaucho bueno al que la justicia -injusta- persiguió. En 1886, los hermanos Podestá, en un circo criollo (primera parte payasos y malabaristas, segunda parte una obra de teatro), lo ponen como eje de eso, de una obra. Nace el teatro argentino con Juan Moreira. Por mi edad vi, en Coronda, sobre la década de los 50, una versión tan decadente como errante. Por varios días. Mi familia prestaba el predio (media manzana) para ese circo escuálido, pero con un tigre y dos caballos blancos. Todas las funciones., hasta la cuchillada y el ¡"Oh"! de los espectadores en esas gradas temblequeantes.
Ese Juan Moreira terminaba en el prostíbulo que una madama regenteaba, nada es casual en los libretos, terminaba buscando a su mujer que, por hambre, se había prostituido. Recuerdo que "la Vicenta" era una rubia que provenía de la mejor agua oxigenada y manzanilla: infalibles. El teatro no existe sin la vida y viceversa, eso ya era una constante por las novelitas radiofónicas que escuchaban mis tías. No llegué virgen al teatro en el circo criollo.
Estaba el comisario y el juez de paz, y uno de los payasos hacía de jugador tramposo de taba, con una "taba culera" (como también sostenía José Hernández) … ideal para las trampas en el juego. Aparecía en la pelea por las trampas y el amor (juntas, como corresponde) un personaje que sigue usándose: el Sargento Chirino. Cuando Moreira quiere huir le clava su daga, facón, sable (según utilería) en la espalda al gaucho vago y mal entretenido, un verdadero héroe nacional que muere por una "chirinada".
Todo estábamos con Juan Moreira. Aceptamos la connivencia del tramposo, el juego, el comisario, el juez, la madama, las chicas, el prostíbulo como el sitio de encuentro, el amor prostituido, pero que promete redimirse, aceptamos el cuchillo de utilería y sabemos que el héroe morirá y estamos con él. ¿Qué parte de la historia nacional descripta en el Circo Criollo no se entiende?
La otra leyenda urbana que, en las primeras reuniones de "la Fede" en Santa Fe, se usaba para calificar a quienes objetaban los puntos -sin discusión- de aquellas primeras reuniones en un viejo bar o en la casa de una familia conocida (que aún vive en la ciudad capital de la provincia y no es necesario mencionar). Era una casa con una habitación mas allá del patio. Ahí nos reuníamos. Intentaban convencerme. Y zanjaba muchas discusiones adjetivar, enjuiciar y juzgar: todo a la vez. "Eso es macartismo"… así, sin ortografía exacta, apenas con fonética.
Nos defendíamos de las acusaciones, contradicciones, claudicaciones burguesas y yerros con ese cierre. "Eso es macartismo". Todo tiene su historia, en este caso la leyenda urbana, en Santa Fe, hacia 1956/1960, tenía un componente de tragedia. De tragedia lejana y con casos muy particulares que la volvían cercana. Juan Ingalinella fue un nombre que, poco después, cerraba por todos lados el circuito trágico. De todas formas, a la distancia conviene que Wikipedia nos asista, para unificar:
"El término macartismo, mccarthismo, maccarthismo o macarthismo (en inglés: McCarthyism) se utiliza en referencia a acusaciones de deslealtad, comunismo, subversión o traición a la patria en las que no se tiene el debido respeto a un proceso legal justo donde se consideren los derechos humanos del acusado. Tiene su origen en un episodio de la historia de Estados Unidos que se desarrolló entre 1950 y 1956, durante el cual el senador republicano Joseph McCarthy (1908-1957) desencadenó un extendido proceso de declaraciones, acusaciones infundadas, denuncias, interrogatorios, procesos irregulares y listas negras contra personas sospechosas de ser comunistas. Los sectores que se opusieron a los métodos irregulares e indiscriminados de McCarthy denunciaron el proceso como una 'caza de brujas', episodio que quedó descrito, entre otros, en Las brujas de Salem (1953), del dramaturgo Arthur Miller. Por extensión, el término se aplica a veces de forma genérica para aquellas situaciones donde se acusa a un gobierno de corte conservador de perseguir a los oponentes políticos o no respetar los derechos civiles en nombre de la seguridad nacional".
Lo interesante del "macartismo" es que en estos días de 2024 ha sido actualizado por alguien a quien votó el 56% de los argentinos, quienes lo oyeron decir, acusar, sostener el término COMUNISTA como un adjetivo, calificativo despectivo, acusatorio. ¿Qué parte de la historia nacional descripta en el Circo Criollo no se entiende? Ampliemos: ¿Qué parte del pensamiento del señor presidente no se entiende?
Está claro que "los Fernández" fabricaron un punto de no retorno. Eso debe mencionarse con explicitación: no será fácil retornar al ejercicio de la política como un derecho de todos y el trabajo en la Gestión Púbica como un honesto, se repite, honesto deber de 24/7… por cuatro años. La destrucción del concepto de "servicio público", vocación de servicio es de fácil ruptura y, como todo jarrón chino, de imposible reconstrucción. CFK con lo suyo y AF con lo suyo han destripado la institucionalidad en Argentina. Mauricio Macri es un pobre muchacho proveniente del yerro y la necesidad de un cambio que no puede encargarse de una tarea de reformulación de conceptos y ejemplos. No se le puede pedir eso.
¿Dónde conseguiremos otro jarrón chino tan bello como la democracia republicana, representativa y federal? De oficio periodista, soy el que hace las preguntas. Javier Milei, con los votos detrás, sostiene, según sus cátedras abiertas de macroeconomía, que no le importa ni el federalismo ni la coyuntura y sostiene, varias veces, en diversos ámbitos, que en cuarenta años estaremos mejor. ¿Qué será de su vida, de la mía, de algún lector en el año 2064?
Sostener que un ministro es el mejor de la historia es un triunfalismo que no se corresponde con la racionalidad. Denunciar por comunistas a muchos periodistas (algunos de los denunciados agradecen el minuto de alta popularidad) no se condice con el siglo XXI y sí con la caza de brujas de aquel senador de Yankilandia que, sospechosamente, solo denunciaba a escritores, periodistas y líderes gremiales. Denunciaba al pensamiento libre, en realidad. Denunciaba, acusaba, enjuiciaba y condenaba. ¿Qué parte no se entiende?
Queda, sin embargo, algo que no se ve iluminado. Vista la conducta personal de quien fuera presidente, de Alberto Ángel Fernández, algo no está claro: ¿Callaron su modo de ser, de ejercer, de comportarse? Los cronistas cercanos, los políticos cercanos, los que estaban merodeando Olivos y Casa Rosada ¿Estaban enamorados de Juan Moreira? Soy un viejo "tecleador" del oficio, no hubiese durado un día en denunciarlo, solo el tiempo hasta la próxima edición.