LIDIA DE AV. CAPUTTO
Cada bomba de gas lacrimógeno cuesta 160 dólares, dígase 160.000 pesos. Con el valor de cada una de ellas se podrían comprar 200 paquetes de fideos y repartirlos entre la gente que está pasando hambre. Durante las gestiones de Cristina y de Fernández, al margen del mal gobierno que hicieron, no se tiró una sola bomba de gas lacrimógeno. Después de ocho años Cristina entregó las bombas que había recibido todas vencidas, porque en esos gobiernos nunca se tiró una bomba de gas lacrimógeno. Repito, al margen del mal gobierno que hicieron. Así reprimiendo a la gente no van a poder gobernar, se lo digo, ya se vio en otras oportunidades cómo termina esto. Muchas gracias, que tengan una buena semana.
LEANDRO JARA
Dos cuestiones. Primero: ¿El muy Honorable Concejo Municipal de Santa Fe está trabajando? Porque no se los ve entrar ni salir a los concejales, están cerradas todas las ventanas y las persianas. Los vecinos no sabemos si están trabajando o no. Segundo: La presidenta del Honorable Concejo Municipal ha decidido que parte del presupuesto se entregue a los municipales que trabajan en la calle, como si fuera una especie de bono. ¿Por qué un bono? ¿Porque trabajan? ¡Yo quisiera saber realmente qué municipal está en la calle señores! Repasemos: la recolección de basura está privatizada; barrido y limpieza, privatizado; el corte de yuyos, lo hacen las cooperativas; los juegos para las plazas y paseos se compran; el bacheo se terceriza… ¿Qué municipal está en la calle? ¿Qué municipal está en la calle? Así es muy fácil, con la plata ajena. ¿Por qué no se compra maquinaria para hacer esos trabajos o se arreglan las existentes? Para los repollitos de agua hubo que contratar gente. En el Puente Colgante, el Ejército. Entonces… ¿qué trabajo hace el municipal? Con la plata ajena, cualquiera hace. ¡Señores, hay que poner las bravas en remojo y que cumplan con su trabajo! Y se acabó.
ENRIQUETA GONZÁLEZ
El otro día estaba mirando en Buenos Aires, con el agua que cayó, la gente trataba de sacar la basura de las bocas de tormenta tapadas. A mí en Santa Fe me ha tocado muchas veces ir a la esquina a destapar las bocas de tormenta, por eso le pido a la Municipalidad que recoja la mugre que hay en las calles y que la gente no tire basura. Para eso pasa el recolector de residuos y el barrendero.
LECTOR DE GUADALUPEOESTE
Quiero reiterar en el diario un reclamo anterior por la quema de cables en Guadalupe Oeste, en calle Azcuénaga y Rivadavia. Es impresionante la cantidad de cables que roban y que queman, como es insoportable el humo negro que se nos mete en las habitaciones, en las piezas. A la una de la madrugada tenemos que abrir las ventanas con el aire acondicionado prendido, porque no se soporta más el olor a cable quemado. Eso ocurre todos los días poco después de la 1, o cerca de las 2. Es siempre a la misma hora. Pregunto yo… ¿no hay un patrullero que cubra ese horario en esta zona? ¿O pasan y miran para otro lado? La Comisaría 8 no nos recibe las denuncias. En el mismo lugar, pero al frente, hay un "kiosco de drogas" que está abierto las 24 horas. Nadie lo allana, nadie hace nada y hace como dos años que están. Son de Rosario. Eso también es tierra de nadie. Hace cuarenta años que estoy en el barrio y ahora nos pasa todo esto. Otra cosa: ¿Cómo es que la policía ya no hace inteligencia como antes hacía Robos y Hurtos? Estuve treinta años en Robos y Hurtos y se hacía inteligencia hasta que se agarraba a los culpables. Los jefes no estaban como ahora tomando mates y leyendo el diario en la oficina, andaban de noche y de día en los autos. Y había un gran juez, como para mí lo fue García Porta, que también andaba en las villas y se sumaba en los operativos. No como los jueces de ahora que están en las oficinas con los aire acondicionados. A todo esto lo quiero decir públicamente y es la segunda vez que lo hago. Desde ya muchas gracias por publicarlo.
MARIO ALFREDO PILO
Intermitentemente vuelve a debatirse el tema de la intangibilidad de los sueldos de jueces, magistrados y fiscales, y el no pago de impuestos a las ganancias. Hemos reclamado por ello como Asociación Civil Anticorrupción, a través del Dr. Ricardo Moner Sanz –nuestro presidente- y del constitucionalista Daniel Sabsay, también personalmente con diputados del Frente Progresista y el Colegio, que se negó a intervenir. Hay que tener en cuenta que toda propuesta institucional es republicana y debe ser argumentada racionalmente, no emocionalmente.
Pues bien, aunque por nuestra Constitución la justicia está organizada como poder independiente, no deja de ser un servicio –como en Europa- valorado, si tenemos en cuenta en Santa Fe, como poco eficiente, poco capacitado y muy caro, según los dichos del propio gobernador Maximiliano Pullaro hace algunos días. Los sueldos judiciales, como todos los sueldos, son alimentarios, y pagan los impuestos y servicios que todos los argentinos pagamos. ¿Por qué no otros impuestos, por lo demás solidarios como el impuesto a las ganancias? ¿Cuál es la diferencia? Se dirá la intangibilidad, que es del salario. Este no se toca, no se disminuye. Pero todos deben pagar los impuestos de ley en una república.
Las prestaciones judiciales, y el juez existe porque existe porque existe el justiciable –no al revés- son un servicio, no un privilegio. Y el que argumente que los jueces y los funcionarios públicos deben tener sueldos altos para evitar tentaciones de corrupción suena como pagar por protección mafiosa. Hace tiempo que la Corte Suprema de Justicia aconsejó en Santa Fe un pago de carácter voluntario, pero hemos pedido información pública en Santa Fe y ningún juez se adhirió aún. Eso sí, hablan de sueldos en actividad, no de jubilaciones, pues ningún jubilado debería pagar ese impuesto. Ninguna jubilación, sobre lo que ya no es ganancia, sino que ha sido una disposición de ahorro previo. Muchísimas gracias a El Litoral como siempre por permitir opiniones independientes.
(*) Vicepresidente Ejecutivo Asociación civil Anticorrupción.
ALICIA TALSKY
Señor presidente, lo escucho a usted con frecuencia atribuir todo tipo de problemas y espantos a la "casta". Y realmente ya no sabemos a quiénes incluye en tal concepto. ¿Son los políticos? Bueno, menos mal que los hay. Sin legisladores, incluyendo a casi todos los bloques, menos uno, nadie hubiera puesto coto al afán desmedido de facultades y de tratar temas cuya delicadeza requiere mucho más que un una semana. Y en segundo término por respetuosa franqueza debo decirle que muchos y muchas ciudadanos y ciudadanas de ideologías diversas, independientes, desde radicales a conservadores, pasando por socialistas y hasta los que se llaman apolíticos, no comulgamos con su modo y sus propuestas. Entonces… ¿seremos nosotros ahora la nueva "casta"? Quisiera que llegue a usted esta carta o que pueda escucharnos de algún modo. Cuesta creer que nadie de su entorno pueda hacerle ver una realidad que es comprensible hasta para un niño o una adolescente. Gracias.