NADIA MATTIOLI
"Hace más de un mes que estamos haciendo sucesivos reclamos por un poste, cuya caída sobre un domicilio particular es inminente. Al día de hoy, el poste con la tormenta del miércoles 20 de marzo se encuentra peor. Solicitamos ayuda para evitar una mala situación ocasionada por el mismo. Gracias".
VECINO DE B° BARRANQUITAS
"Quiero hacer referencia a una esquina que está frente a la escuela Visión de Futuro, en calle Manuel Leiva al 3800 y Brasil. En la ochava sureste. Está intransitable por la cantidad de yuyos y por las veredas deformadas. Al haber una escuela allí, pasan muchos niños, criaturas, padres. Gente se ha caído en ese lugar. Pasan los municipales en moto y sacan fotos a los autos mal estacionados, pero resulta que ¡no tienen dónde estacionar de cómo está ese lugar!, ¿por qué no los mandan a agarrar una pala para sacar tantos yuyos que hay por todos lados? Igual que la Guardia de Seguridad, que andan con 4 o 5... Y aquí las calles son un desastre, junto con la basura, los yuyos… La Municipalidad se encarga de hacer multas, de recaudar y de sacarle plata a la gente, pero de estos problemas en toda la ciudad no se ocupa… Los ciudadanos pagamos los impuestos. ¡Esto no puede ser! Estoy cansado. Pronto cumpliré 80 años y no estoy para estar renegando. Cada vez vivimos peor, es increíble lo que está pasando en esta ciudad. Mugre, desidia, y no hay luz en esta esquina: hace como 4 meses que estoy reclamando. ¿No pueden venir a poner un foco? De la luz que sea: amarilla, roja, blanca… Lo que es el 0800: sí, sí, sí, pero en realidad es no, no, no. Gracias a este espacio de Lectores, que prestan atención a nuestros reclamos".
GLADIS BRISTIEL
"Hace un tiempo, en la avenida Aristóbulo del Valle, desde Larrea hacia el norte, están ocurriendo muchos robos. Gente que se mete en las casas, han robado negocios, palanqueado rejas, rompieron vidrios, andan por los techos... Hay poca iluminación por las copas de los árboles que tapan farolas. No pedimos que saquen los árboles, pero sí que la Municipalidad haga algo, que los pode un poco… Hay muy poca presencia policial. Hace unas noches, estuve observando por una cámara particular (por supuesto, porque la Municipalidad no ha colocado nada de nada para controlar) hasta las 2.30 de la mañana, y tipo 23.30 hs vi pasar un solo patrullero, de ahí hasta las 2, 2.30 hs de la mañana no se vio a nadie en la avenida. Aparte de eso, pasan a gran velocidad, por lo cual no pueden ver qué está sucediendo de una vereda a otra vereda. Por eso, a quien corresponda: solicito que ordene que la policía circule más a la hora de la madrugada, que es cuando más peligro hay, ya que andan los delincuentes. Hicimos reclamos, nadie los escucha ni atiende, por eso recurro a ustedes para que nos ayuden publicando este reclamo. Otra cosa: los inspectores municipales, los zorros, están todos en el centro: si vinieran a aquí, a A. del Valle, les aseguro que recaudarían mucho dinero, porque esto es una pista de carreras, ya no podemos ni cruzar".
ROBERTO VACA
"Quiero decir que disiento con lo expresado por Lorenzo Hernández, en su nota titulada 'El enemigo del pueblo', defendiendo al Inadi. Dice muchas cosas que no son ciertas. Yo hace 12 años que estoy jubilado y el Inadi nunca hizo nada por nosotros. No defendió a nadie. Era un nido de kirchneristas que cobraban fortunas".
ALBERTO FABIÁN ESTRUBIA
Jesús no murió después de una larga vida, ni en un accidente o por alguna enfermedad, no. Tampoco hubo un designio redentorista o expiatorio del Padre para perdonar el pecado original de Adán y Eva y su descendencia. Esa es una explicación muy antigua de mitología que se fue consolidando acríticamente y se mantuvo como válida por motivos de tradición.
Volviendo al título, Jesús murió porque lo mataron, tanto el poder político como el poder religioso. No murió para que un Dios ofendido perdone nuestros pecados a partir del sacrificio de la muerte de su Hijo. No es un dato evangélico, aunque esté agregado con posterioridad, por sugerencia de Saulo de Tarso, que se autodesignara como el último Apóstol. Iniciada su acción misionera, lo escribió en una carta a los Corintios de Grecia en el año 50 o después, y tomado después por los evangelistas que comenzaron a escribir por los 60. Así de simple. Entonces, lo significativo de su muerte, que se dio por predicar y testimoniar los valores de amor, solidaridad, protección a los débiles y desvalidos, pedido de justicia, etc., fue perdiendo relevancia, para darle masiva universalidad a una pretendida acción redentora y expiatoria de Jesús.
Jesús fue un personaje histórico del siglo I. De su vida se sabe lo que puede deducirse de los Evangelios y de algunas otras fuentes, sabiendo que éstos no tienen el propósito de mostrar solo aspectos históricos, sino más bien el carácter religioso de la relación de él con Dios y con sus contemporáneos. Los datos históricos muchas veces fueron modificados por los monjes copistas, por esa pretensión fundamental o por las creencias de las diversas comunidades cristianas.
A Jesús lo condenaron a muerte, y a muerte en la cruz, las autoridades políticas del Imperio Romano, con el acuerdo de las autoridades religiosas judías de la época. Ambos tenían sus pretendidas razones. Para el Imperio Romano, Jesús era un subversivo que agitaba al pueblo exigiendo justicia y libertad, y muy sutilmente independencia política. Los invasores sospechaban que una predicación de tipo religioso, comprometida con la vivencia social, podría tender a acciones de subversión. La convocatoria de Jesús con los pobres y desvalidos era muy fuerte, por eso, ese llamado a concretar el mandato de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" podía tener un cariz político.
Pero ¿qué pasó entre las autoridades religiosas de Israel y Jesús? No reconocieron que Jesús podría ser el Mesías esperado. Muy por el contrario, discrepaban con sus explicaciones y las consideraban equivocadas. Por lo tanto, nunca reconocieron su autoridad profética para hablar y plantarse ante ellos. Para decirlo en pocas palabras: Jesús fue un ignorado o un desconocido para la mayoría de los Sumos Sacerdotes, Fariseos y Escribas. Solo sectores de la población empobrecida lo escuchaban y lo seguían confiados.
Jesús era originario de Nazaret y su radio de acción fue casi exclusivamente de Galilea, una región pobre y sin relevancia política dentro del territorio del Imperio Romano. De allí eran sus padres, sus hermanos y también sus primeros discípulos. Pocas veces subió a Jerusalén, la capital del Estado.
Pero sigue pendiente la pregunta: ¿por qué lo mataron? Básicamente por dos razones, la primera, religiosa. Jesús no estaba de acuerdo en cómo se planteaba la relación con Dios y esto hacía que se enfrentara con escribas y fariseos. Se había armado toda una burocracia sacerdotal en torno al Templo y al tesoro del Templo, que terminaba negando lo que Dios había sugerido en la voz de los profetas durante toda la experiencia religiosa de Israel. El Sumo Sacerdote, Los Escribas y los Fariseos se abroquelaban en el poder político y religioso para no perder estatus. Y por ser una nación sometida a una autoridad superior, no podían matar, lo hicieron a través de los romanos que crucificaban a los subversivos.
Y el segundo motivo fue claramente político. La discriminación de los pobres y desposeídos parecía normal tanto para unos como para otros, y sabemos que era producto del desarraigo de los campesinos por parte de los latifundistas cercanos al Templo. No existían por voluntad de Dios sino de sus opresores. Jesús que estaba de parte de ellos, concitaba la atención de los marginados y lo seguían en multitudes. En definitiva, Jesús era un disidente para la autoridad religiosa y un peligroso agitador político para el poder imperial.
El planteo básico de Jesús no era de una espiritualidad alienante. Su planteo era social, político y religioso. Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, socorrer al necesitado o al enfermo, dar asilo a los extranjeros son cuestiones muy concretas y leyes del Reino. Un acto de justicia y un acto de amor.
Jesús tenía conciencia de la peligrosidad de su predicación y de su denuncia social. Les caía mal a las autoridades y por ese motivo lo podían matar. De eso era consciente y lo anunció con anterioridad a su Pasión.
Varias veces su miedo aparece en los evangelios, pero pese a todo, no retrocedió, no se desdijo, no atemperó sus denuncias.
Jesús defendía al hombre en su condición de Hijo de Dios, pleno en dignidad y derechos, y en ese sentido sí se puede decir que tanto los romanos como los judíos lo mataron por ser un ícono de liberación.