INÉS GUAMÁN
"Quiero apelar a la solidaridad de la gente para ayudar, ya sea donando calzado, ropa de abrigo y/o colaborando con una comida caliente para un chico que está en situación de calle, detrás de la Escuela Normal, donde está durmiendo. En estos momentos de frío y lluvia es cuando más sufre, ya que padece de una enfermedad oncológica. Mi número es 342 5256979. Desde ya, muchas gracias".
ENRIQUE DE B° SUR
"¿Cuándo se va a decidir el gobierno nacional a terminar con las 'patentes de corso' de los colegios profesionales y de los registros? Hagamos números: 'el selladito' de la orden médica $ 2.000. Si se hacen, por ejemplo, 3.000 por día en la provincia son 138 millones de pesos. ¿Quién controla? ¿A dónde van esos recursos? Mientras, somos rehenes de estas prebendas".
LIDIA DE AV. CAPUTTO
"Este intendente, al parecer, solo piensa en recaudar. La inseguridad ha aumentado como nunca. En avenida Caputto al 3500, en el último mes de marzo, tuvimos 5 robos. Inédito. Hay coches que de noche quedan en la calle, porque no hay cocheras. Las existentes están completas. ¿Qué hay que hacer, vender el auto? Espero que los concejales tengan un poco de criterio. Aparte, arruinan los negocios de tiendas y bares cobrando los fines de semana. Van a dejar de venir los turistas. ¡Por favor, un poco de criterio! No solo recaudar. Hay que pensar un poco en la sociedad, en la gente que lo votó por lo menos. Otra cosa: van a suprimir a los cuidacoches durante el día: pasarán al estacionamiento nocturno. Creo que son cerca de 500. Dígase que a las 3, 4 de la madrugada tendremos a toda esa gente en la calle. Se van a triplicar los asaltos, aumentará la inseguridad. La policía nos dice que está desbordada. Esa es la realidad. Por favor, señores concejales, que haya sensatez. No aprueben esa ordenanza. Yo fui una de las víctimas de esos robos y me hicieron un estrago".
UNA SANTAFESINA
Señor intendente: infórmese de las necesidades de la gente, gobierne para lo que fue votado, sobre lo que necesitamos: limpieza, luz en las calles, arreglos de las arterias. Cosas coherentes, sencillas y factibles. Haga arreglar los segundos de los semáforos. Deje de inventar soluciones como el estacionamiento con trapitos, que irritan a la gente, y ocúpese de que no haya más personas viviendo en las calles o en lugares públicos. Si está conmovido por la situación, ofrézcales su domicilio y no traslade los problemas y la mugre al resto. Recapacite: necesitamos sentido común y si no puede, renuncie".
HUGO MODESTO IZURDIAGA
"Los Twitter del presidente ya no hablan de temas políticos y económicos. Ahora los usa para avisarle al pueblo argentino su ruptura sentimental. Esta red social del principal mandatario de la Argentina está para postear contenido valioso, relevante, de interés político y social. Si Fátima Flórez fuera la primera dama, el posteo estaría justificado. Pero como solo era su novia, es solamente una novedad, puramente trivial. Señor Javier Milei: trate, en lo posible, de ocupar su valioso tiempo en resolver los graves problemas sociales del país. La ciudadanía espera de usted que no viaje tanto y gobierne más. Que hable menos y resuelva mejor. Y que no discuta tanto, solo procure encontrar consenso entre todo el arco político. Y si vuelve a conocer a una dama... no hace falta que nos avise".
LUIS ARTURO
Los recuerdos son testigos de que, en cierto lugar en algún tiempo, existimos. Son argumentos innegables de ser parte de una familia, remontarnos a un origen donde se gestó el primer embrión.
Miro frustrado la rueda de mi bici, deformada, luego de haber esquivado a un distraído que abría la puerta sin mirar con precaución, y en el afán de no dar contra el vehículo impacté en una valla que denuncia peligro sobre un pozo que desde hace algún tiempo espera atención.
Sentado en el cordón, aturdido, esperaba reponerme mientras varios escenarios acudían a mi cabeza, intentando justificar el percance.
Muchas veces evoco haber estado en la misma actitud, en otro lugar, pero igualmente conmocionado después de un revolcón, que seguramente fue producto de mi audacia por improvisar piruetas sobre el asiento del velocípedo.
La manera en que continuamos se gesta de hechos que, seguramente, en una u otra medida, ya experimentamos. No es desatinado pensar que la genética que cargamos está acompañada de situaciones que preparan para lidiar con las actuales y hacernos más o menos desdichados.
Sobreponernos a un mal día es un acto de fe. Es abrazarnos a la esperanza de que mañana las cosas mejorarán.
Cuando niños nos acostábamos llenos de ansiedades y despertábamos renovados y sin remordimientos. Posiblemente esa ha sido una constante en cómo ha vivido cada uno sin renegar de un pasado que en algún momento es la conciencia del presente.
Lo diferente es la condición que refleja capacidad para asimilar incidentes, cuando más conflictivos son, en mayor medida afectan impidiendo reflexionar con claridad.
Apresurarnos en resolver desnuda la falta de genio para dominarnos en circunstancias que nos llevan al límite. El instinto protege, pero soy vulnerable. Las caídas lastiman como a cualquiera, animarnos a pasar pronto el mal rato no mitiga el dolor, pero prepara para sanar con el debido tiempo.
Es cierto que es responsable quien provoca un accidente. Eso tiene sentido cuando es deliberado y no percibimos hasta dónde puede llegar la trascendencia de las acciones que realizamos.
Vivir pendientes de los resultados nos vuelve infelices. Limita la disposición de desenvolvernos con criterios que hagan de la libertad una manera de pensar generosa.
En general hablamos de transitar la vida desde la alegría o la paz interna. La angustia está por algo, al igual que el enojo y todo tipo de emociones, entonces hay que tomarlas.
Nos revelamos contra la impotencia que provocan los hechos fortuitos. Sobre actitudes consumadas reparamos que podríamos haber cambiado de carril solo un instante antes. Sin embargo, continuamos azarosos por donde veníamos y el desenlace no siempre es agradable.
Los matices que enfrentamos no presentan una lógica comprensible porque involucran a terceros. Entender sobre estos sucesos no tiene que ver con leyes establecidas de la naturaleza. Somos nosotros y la capacidad de enfrentar la adversidad.
A medida que asimilamos los quebrantos, vamos entendiendo que, aunque nos esforcemos en evitar la tristeza, es la materia que nos prepara para comprender el significado pleno de la felicidad.
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