Sábado 7.5.2022
/Última actualización 20:27
Nos escribe Federico (45 años, Santa Fe): "Luciano, me dio mucho gusto leer tu última nota, en la que hablás sobre varones. Me sentí identificado con tus ideas y te quiero contar mi situación, algo que también les pasa a algunos de mis amigos que, como yo, están separados: la cuestión es que tenemos una buena relación con nuestras ex parejas, porque tenemos hijos en común, pero eso a veces trae problemas con nuestras parejas actuales. ¿Por qué tendríamos que llevarnos mal con la madre de nuestros hijos? Eso a mí me pasó cuando era chico y es lo que menos quiero para mi familia. ¿Cómo se lo puedo explicar a mi novia? ¿Es que ella está celosa y no lo tolera?".
Querido Federico, muchas gracias por tu mensaje, que es la ocasión de meternos en un tema de interés para distintos varones de este tiempo. Vos mismo lo decís, que es algo que les pasa a varios de tus amigos. Me alegra que te sientas identificado con algunas de las ideas que planteo en esta columna, sobre todo si son un incentivo para que pienses tus conflictos y a vos mismo en un proceso de cambio.
En primer lugar, me parece interesante retomar una diferenciación que hacés, entre una generación precedente y la tuya. Es cierto, en la generación de nuestros padres, el divorcio de la pareja conyugal podía implicar que no hubiese más trato entre ex (fin también de la pareja parental), porque además cuando el varón se separaba era para armar una nueva familia. Fijate esto: en tu mensaje, queda claro que tu familia es la que tenés con tu ex. Digo: no es que con tu ex pareja tenés hijos en común, sino que es también tu familia.
Entonces, me pregunto: ¿no será algo de esto lo que quizás incomoda a tu novia? Creo que sería muy simple llamar "celos" a esto que prefiero nombrar como incomodidad. ¿Por qué decís que tendrías que llevarte mal con la madre de tus hijos? Me parece que planteás un conflicto entre mujeres, donde se trata más bien de un movimiento interno respecto de la idea de familia.
De esta manera, quisiera resituar la cuestión que te aqueja con otros términos: me doy cuenta de que para vos formar una familia fue algo muy importante, por lo que mencionás de tu propia historia, pero la separación de tus padres quizá no sea el motivo central; en general, una vez que los varones dejan su familia de origen, cuando forman una nueva familia dejan en la mujer –hablo dentro de las vivencias típicas de la heterosexualidad, claro– el anhelo de la organización de la vida cotidiana y la gestión doméstica. En este punto, es posible separar la pareja conyugal y conservar un vínculo en que la mujer se ocupa de recordar las fechas de los cumpleaños, programar las visitas a médicos de los hijos, que en la casa que se compartía se festejen las reuniones, etc. A veces conservar unificada la vida familiar, permite que cada uno haga su vida sin tener que ocuparse del desgaste de volver a empezar.
Es cierto que esto también puede ocurrir al revés, pero –al menos en mi experiencia– a los varones en pareja con mujeres que antes tuvieron una familia con otro hombre no suele hacerles mucho ruido. Es más, muchos se sienten aliviados de no tener que incorporarse en la familia de su pareja. Les gusta más jugar a los novios con cama afuera. Mientras que entre las mujeres es más corriente que aparezca una incomodidad –tal como la nombré– si la familia es todavía la que se tenía con la ex pareja.
Con esto no quiero decir que una mujer –en pareja con un hombre separado– se quiera casar o pretenda negar el pasado del varón. En absoluto. Lo que suelo escuchar es que –sobre todo si ellas ya tuvieron parejas y familia en una relación anterior– las anima el deseo de que su pareja actual conforme una nueva familia con ellas. ¿Cómo es la familia que pueden tener dos personas separadas? Estoy seguro de que nunca te hiciste esta pregunta.
Es una pregunta novedosa, propia de una época como la nuestra, en que ya no existen madrastas ni padrastros; dicho de otra manera, esa nueva familia tiene lugar para los hijos de cada uno, pero eso no quiere decir que se busque ningún reemplazo de figura parental. Luego de la época en que las personas se separaban para volver a casarse, vino el momento de gloria las familias ensambladas; pero hoy ya dimos un paso más y la pregunta es, como te dije: ¿de qué manera dos personas pueden no solo dejar la familia de origen, sino desandar la familia que conformaron con una pareja para tener una nueva familia con otra?
Los varones suelen ser conservadores y eventualmente hacen de la madre de los hijos una figura santa, cuyo reverso es "la peor de todas". Desde mi punto de vista, lo sano es que alguien pueda ver que la persona con que tuvo hijos es una persona a la que se amó mucho en un momento de la vida, pero que la vida siguió. Creo que este es el justo balance entre deuda, reconocimiento y duelo, que predispone a una actitud colaborativa sin que el vínculo continúe a través (y después) de la separación.
En tiempos actuales, cuando es posible separarse de común acuerdo y tener una buena relación con la ex pareja, a veces la separación trae el beneficio de que cambie todo para que nada cambie. Entonces, querido Federico, respecto de este punto te diría que estoy seguro de que más que celosa, lo que ocurre es que tu novia quiere con vos algo más que ser tu novia (en el sentido de una compañía episódica) y me parece que a vos se te viene encima el laburo mental de salir de la comodidad que tanto la incomoda a ella.
Por otro lado, pero en relación con este aspecto, pienso que puedo decirte algo más que es bastante común en los varones de esta edad (la tuya, la mía): tenemos amigos, pero no una vida social. También como parte de lo que dejamos en las mujeres, como anexo a la familia, está la pertenencia a un ambiente, la relación con la familia ampliada y otras parejas, etc. Por ejemplo, suele ser más frecuente que después de una separación una mujer tenga vínculo con su ex suegra, mientras que un varón quizá ya no hable con nadie de la familia de la pareja. Es posible, entonces, que incluso un varón necesite a su ex para tener una relación incluso con su propia madre.
Subrayo este punto, porque algunas veces leí que ciertas mujeres describen esta aptitud en términos de un peso y una obligación, como parte de un sometimiento, pero quizás es que yo soy varón y no entiendo mucho de cómo vive una mujer esta situación, pero lo cierto es que pienso que también eso le da un enorme poder y que, además, es una capacidad de la que los varones deberíamos aprender porque es envidiable.
Con esto lo que quiero decir, Federico, es que los varones después de cierta edad tendríamos que preocuparnos por tener una vida social además de amigos, porque cuando no nos ocupamos de este punto también puede pasar que busquemos la compañía de una mujer solamente para no estar solos. Querido amigo, espero que estas palabras te sirvan para transitar mejor tu preocupación y dar un sentido constructivo y novedoso.
Para escribir a esta sección: lutereau.unr@hotmail.com