Por Sebastián Bertucelli (*)
Después de tantos años de dedicarme a la protección de la niñez, estoy profundamente consternado. Hoy, llego a una anticipada reflexión, considerando el origen colectivo de las historias-leyendas que perduran para siempre en la memoria de nuestros pueblos. Escribo solo un balbuceo dado que nos encontramos ante un panorama repetido, un déjà vu.
Por Sebastián Bertucelli (*)
Por un lado, la fe inclaudicable de nuestra gente, que cuando despierta nos deja enseñanzas hipnóticas, es decir, perennes. Búsqueda colectiva que por fin adviene y nos muestra el presente; la búsqueda inspirada y conmovida de un niño que "Baila sin detenerse" en medio de un caos organizado. ¡Niño que deseamos abrazar de nuevo y para siempre! Espíritu que no cesa, que no deja de manifestarse a pesar del poder que intenta encerrarlo y ponerlo bajo control para que no nos acose como adultos. Me estremece su paso silencioso y constante hasta ser incorporado como una leyenda. La Telesita, aquel rezabaile que en este amanecer escucho una y otra vez, hasta encontrar la huella verdadera.
Por otro lado, la decadencia que administran con celo nuestras dirigencias. Sin mística, desde la ética de una salvación individual que suele alcanzar el nepotismo arremetiendo sin escalas ante su pueblo, pasando de la omnipotencia a la depresión. Fractura que se expone con orgullo ante los medios de comunicación dando cátedra de ello. Dirigentes sin ciudadanía, sin arraigo, utilizando la disociación como táctica, hasta concluir en la deserción como estrategia final. Ignorancia Ilustrada que, atrapada en una "ilusión preventivista", desconoce una máxima irrefutable en políticas públicas y es que, junto al problema padecido, existe la solución ensayada, que nos preexiste.
El escritor santiagueño Bernardo Canal Feijóo, nos orientaba a los que pretendemos participar de un acople estructural junto a nuestros pueblos, a discernir ante dos paradigmas si es que anhelamos un Estado eficaz para nuestra gente: el paradigma "Tierra adentro", o el de "Aeropuerto Afuera", siendo este último el reflejo de quien, estando dentro de la escena, mira como extraño, sin pertenencia, desconociendo lo que está en curso ante sus ojos; lejos de encontrar para proteger, busca obtener solo para visibilizar.
Es hora de decidir y hacernos cargo de las consecuencias de esta decisión.
(*) Psicólogo comunitario argentino.
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