"Salven a SanCor". Esa pareció ser la premisa que les dio letra a los "interesados" en apoyar una necesidad lógica que la cooperativa con base en Sunchales viene reconociendo desde que puso en marcha un proceso de transformación tan necesario como conveniente. Fue en 2017, cuando dejó atrás el sinuoso camino que llegó hasta un año antes y que comprometió el desenvolvimiento de una de las empresas líderes en su rubro y una región que justificó durante décadas que había logrado desarrollar la principal cuenca lechera de América Latina. Desde entonces hace falta capital para intentar volver a ser lo que SanCor era antes. Ahora, en medio de la incertidumbre que solventa la economía argentina, eso pasó a ser prioritario. La cooperativa entendió que los lugares que dejó en el camino ya están ocupados y que para volver a viejos tiempos que se añoran hace falta producir más y competir mejor.
Al comienzo de 2020 comenzaron las conversaciones en el lugar donde el cooperativismo debe hacerlo: el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), que presidía por entonces Mario Cafiero (falleció en septiembre del año pasado). El objetivo era ir ajustando los requerimientos para un respaldo económico. Después la pandemia inmovilizó casi todo y apareció Atilra. La interna gremial le abrió las puertas a la dirigencia del momento para ponerse al frente de la búsqueda de financiamiento amigo y de esa forma poder ocupar una silla en las negociaciones, bajo la consigna de defender puestos de trabajo. La estrategia comenzó a evolucionar hasta que apareció el grupo de empresarios nacionales que busca aportar para ingresar en la administración de la firma. A José Urtubey, Marcelo Figueiras, Jorge Estévez y Leandro Salvatierra los unió la necesidad de "colaborar" en el resurgir productivo de la láctea. Se trata del mayor accionista de Celulosa y del dueño de Laboratorios Richmond, junto a dos empresarios de nuestra provincia buscan u$ s50 millones para reflotar la láctea. El otro aportante será el Estado Nacional, todos juntos en un fideicomiso. El tema es qué hay detrás de esta pantalla. Algunos dicen que los aportantes habrían convenido con el gobierno en que ellos designarán un management con el objetivo que reestructure totalmente la empresa y avance. Los productores asociados a la cooperativa saben que es el paso que obligadamente se necesita dar para terminar en una sociedad anónima. La pregunta es saber si la idiosincrasia del tambero de esa zona de la provincia lo facilitará.
Por eso, las pocas voces que trascendieron hablan de una inminente resolución –favorable, por supuesto- de la oferta que el lunes pasado se entregó a SanCor. Los que aseguran esa definición no entienden aún los pasos que cualquier cooperativa debe cumplir para aproximarse a una decisión que, finalmente, tomará la asamblea de asociados. La misma empresa explicó que "analizará la factibilidad y conveniencia técnica del ofrecimiento y si fueran consideradas oportunas, a su debido tiempo, la presentaría a consideración de la Asamblea de Asociados, quienes tienen la potestad de aprobar, rechazar o sugerir ajustes".
El tema ocupó por algunas horas a legisladores nacionales por Santa Fe. La diputada Lucila Lehmann (JxC) le solicitó al jefe de Gabinete, Juan Manzur, explicaciones sobre la deuda de U$ S18 millones que Venezuela tiene con SanCor desde la época de Hugo Chávez y de Néstor Kirchner. Pero además intenta saber cuál es el rol del Gobierno en la reciente propuesta de privados y las intenciones que hay de fondo. En tanto, el ruido sigue.