Lunes 20.3.2023
/Última actualización 23:10
La política santafesina debe sincerarse. Cuánto de los Medios de Comunicación, especialmente la televisión, están en la gestión pública de Santa Fe, por Santa Fe. El "de y por" Santa Fe, con actores políticos provenientes de los MdeC, como fragua productora de los representantes populares, proporcionan una evidencia: es una fragua que no resuelve los problemas de gestión sino que desnuda la impotencia, la ausencia, la ineficacia para el aprendizaje de cuadros políticos que lleguen a conformar una "dirigencia experimentada", después de la tarea del aprendizaje en partidos políticos.
El sitio de donde se toman candidatos para las elecciones es el certificado de muerte del ciclo que llevaba a los entusiastas, a las juventudes, a los cargos menores, a lo dicho: la fragua aquella de donde salieron los actuales dirigentes, acaso los últimos de un viejo sistema de representación. Muchos sitios del Estado (El Poder Legislativo es la mas visible marca) conviven con las dos formas de la leva para la gestión política.
Sólo se mantiene, para ambos sitios (desde donde llegan los futuros dirigentes) aquello a lo que adhiero: la representación popular consagrada por el voto. Pero es necesario puntualizar que si el grado de conocimiento opera como el único imán para conseguir la adhesión (el voto), este grado de conocimiento encierra un equívoco que se amplía por la encerrona: sostenemos el voto popular como la medalla única ante la que todos aceptamos el rango, el protocolo, la certificamos como la autoridad competente. La contradicción nos acompaña en cada elección. El voto popular consagra a los mas conocidos.
Apretados entre la inflación y la pared, la desocupación y el desamparo, entre el narcotráfico y la muerte a cualquiera en algún lugar (cualquiera), entre la miserable escenografía que exhiben los noticieros y "notas especiales" donde se menciona a un chico muerto y no el entorno, la escenografía de esa tremenda desgracia, ante tamaña suma de despropósitos la política santafesina debe, debería sincerarse. El voto popular es el que debería sostener a quienes trabajen para la solución de los problemas de la sociedad. Ese es el destino manifiesto, no lo que en rigor sucede. El hecho es que las últimas elecciones indican el voto popular a los más conocidos que después, a voluntad, aprenderán qué se necesita, qué necesitan, en algunos casos hasta que facilidades otorga el cargo conseguido… por el voto popular.
La voz callada de cada actor público al que las circunstancias de su vida lo llevaron a "actuar en la política activa" puede decir, al menos pensar..."Solo sabemos que no sabemos nada. Nos votaron, tenemos respaldo popular, pero -a mí- no me pregunten de ciertas cosas porque no sabría qué contestar… déjenme fuera de todos estos temas…".
Esto, un texto figurado que nadie dice… "textualmente"… aflora, está allí, apenas se rasca en gestos y silencios. Tal vez el desconcierto en algunas respuestas y el desatino de otras incluye, por la tácita existencia, la verdadera respuesta. "Solo sabemos que no sabemos nada…".
Hay una velada excusa, un atajo que se usa y que consiste en la confesión: "estoy estudiando el tema". Pongámosle el recorte de la indulgencia: ojalá. No está en los personajes, de ningún modo, el eje de esto que es un problema porque el punto incandescente es ese: es un problema llegar sin saber. Se insiste: es un problema llegar sin saber dónde se llega.
Se insiste: no les pertenece la culpa excepto en un punto, dijeron que sí a la oferta de candidaturas… luego cargos efectivos (y electivos) por el voto popular. Deliberamos y gobernamos por ellos. Detención. Stop.
De qué se habla cuando se menciona el voto popular…
Lewandowski, Losada, Granata, son solo tres de los nombres que se pueden mencionar como provenientes de una pantalla de televisión que se convirtieron en responsables políticos de nuestra existencia, con el fenomenal salto a la gestión pública en nombre del pueblo que votó. Los votó. Votamos. Son sus representantes. Nuestros representantes. Representan al pueblo. No hay disculpas por el abuso de la palabra representantes. Es necesaria.
Si en votos rosarinos se cifra la representatividad, los tres mencionados provienen de Rosario. Losada panelista en Buenos Aires en diversos programas de televisión. Granata integra la calificación sencilla: "mediática", esto es: sirve para una nota, un panel, una opinión. Un honrado trabajo que la define: es "mediática".
Losada ganó el cargo de Senadora Nacional; trabajaba en Buenos Aires como integrante de un panel de televisión. Granata, con un partido realmente creado a tal efecto, sin historia, obtuvo mas representantes que el peronismo en las elecciones provinciales a las que se presentó y se insiste; sin una "fragua partidaria" detrás.
Lewandowski, con muchos años de comentarista deportivo en Telefe, realizaba esa tarea contratado por la empresa que tiene el monopolio de dichas transmisiones (AFA, Primera división). Fue primero senador provincial por el departamento Rosario, con un triunfo rotundo ante Norma López en la interna partidaria y luego senador nacional, perdiendo, provincialmente, ante la señorita Losada… y Scarpín.
En las elecciones de este año, provinciales primero, nacionales después, los tres nombres mencionados forman parte de las especulaciones partidarias y muchos sueñan una aventura detrás de alguno de estos nombres. Que su sola mención sea el paraguas que los deje fuera de la lluvia y la intemperie. Que la integración asegure cargos, sueldos, porvenir dentro del Estado. En el horizonte aparece este perfil: con alguno de ellos, encolumnados detrás de sus famas, muchas personas pueden cambiar su vida.
Un estudio mínimo (y seguramente con poco rigor) asegura que el 40% de los cargos de concejales rosarinos proviene de los MdeC. Las senadurías nacionales, sin dudas. Las diputaciones que consiguió la Granata tampoco ofertan dudas (obtuvo mas votos que el peronismo).
En estas elecciones provinciales dicen que sí, dicen que no, preguntan qué me das y qué te puedo asegurar con mi mera sonrisa en las fotos, pero las tres personas mencionadas definirán, por presencia… como por ausencia, quienes nos gobernarán y quienes serán opositores. Y de qué modo se ejercerá esa oposición.
La señorita Losada candidata a Gobernadora, candidata a vicepresidenta, continuidad como senadora nacional y muchas fotos para ayudar a otros dirigentes, tales sus opciones. Lewandowski candidato a Gobernador, a Intendente o continuidad como senador nacional.
El tablero no es el mismo si se juegan algunas de estas opciones. Es evidente, mas allá que lo certifiquen las encuestas, que la patria panelera existe y que, honradamente, tiene una copia de la llave: el voto popular. La señorita Granata insiste en su pretensión: encabezar una lista de diputados provinciales.
No podemos escapar de esta síntesis: por acción u omisión, los próximos gobernantes habrán dependido, para su consagración, de estos políticos en actividad.
Losada, Granata y Lewandowski, tres nombres que los candidatos nacionales no pueden apartar de sus sueños. Los otros candidatos provinciales no pueden apartarlos de sus pesadillas.
Asumir la patria "panelera" será un modo de sincerar las noches y entender que no son pesadillas, son el resultado del voto popular ante el cual ayer, hoy y mañana nos rendimos, aceptamos, creemos la salida que supimos conseguir.